Carlos Fernández-Vega
México SA
Vista Gold: ataca otra vez
El cuento de nunca acabar
BCS: no a la minería tóxica
Es el cuento de nunca acabar: en febrero de 2010 los
ciudadanos organizados y movilizados de Baja California Sur lograron detener
uno de los proyectos mineros más tóxicos de los muchos que existen en la
República, vía generosas concesiones del gobierno federal. Se trataba de
Paredones Amarillos, de la trasnacional canadiense Vista Gold (la cual cuenta
con otras siete concesiones mineras en el mismo estado para la explotación
aurífera en la reserva de la biósfera Sierra de la Laguna). Tan notorio
resultaba el deterioro ambiental que provocaría el proyecto, que hasta la
Semarnat se vio obligada a rechazar la solicitud de cambio de uso de suelo
forestal del referido consorcio para iniciar la explotación, no sin advertir
que la empresa incumplió los requisitos de ley.
Por esas fechas los sudcalifornianos celebraron su
triunfo, pero meses después la trasnacional canadiense (que conoce muy bien los
tejes y manejes para hacer negocios en esta República concesionada) simplemente
le cambió de nombre al citado proyecto: Paredones Amarillos (como se conocía
hasta febrero de 2010) pasó a denominarse Minera Concordia (a partir de
septiembre del mismo año), y sin más retomó el trámite ante la Semarnat para
lograr los permisos de cambio de uso del suelo forestal y otrosmenores para
comenzar la explotación del área concesionada.
De nueva cuenta le negaron los permisos ambientales al
proyecto minero, y los sudcalifornianos volvieron a celebrar el triunfo, aunque
fue tan efímero como el primero, porque las autoridades federales parece que de
plano no entienden de qué se trata. Así, la entrona ciudadanía de
aquella entidad vuelve a dar la batalla, porque si en septiembre de 2010
Paredones Amarillos se transformó en Concordia, a partir de febrero
de 2012 ésta se convirtió en Los Cardones, tras la asociación empresarial
(40-60 por ciento) de Vista Gold con el Grupo Invecture, el cual cuenta con su
propia concesión minera en el estado de Sonora (mina de cobre Piedras Verdes).
La ciudadanía logró echar para atrás Paredones Amarillos;
lo mismo con La Concordia, y ahora hará lo propio con Los Cardones, un refrito de
los dos anteriores, aunque todo indica que sus principales enemigos están en
los gobiernos federal, estatal y municipal. Ante esto, organizaciones
ambientalistas como Niparajá, Medio Ambiente y Sociedad, Centro Mexicano de
Derecho Ambiental y Agua Vale Más que Oro reiteran que cualquiera que sea su
denominación el citado proyecto minero es una amenaza tóxica para Baja
California Sur, y contraviene el decreto del área natural protegida de La
Sierra de la Laguna.
Las citadas organizaciones subrayan que el proyecto de
Los Cardones liberaría inevitablemente durante el proceso de molienda 67
millones de kilogramos de arsénico, que quedarían expuestos a la intemperie a
perpetuidad y que con las constantes lluvias en la zona terminarían por
contaminar permanentemente los acuíferos, como sucedió en la zona de San
Antonio y Los Planes, donde actualmente hay un índice muy elevado de
incidencias de cáncer, así como de pozos contaminados.
Explican que el proyecto tiene serios
inconvenientes, porque además de tratar de ubicarse en la Reserva de la
Biosfera Sierra de La Laguna, que es nuestra principal fuente de agua, también
liberaría más de 100 millones de kilogramos de tóxicos, entre ellos: arsénico
suficiente para envenenar a toda la población del país, además de plomo, cromo,
uranio, torio, etcétera, y todos ellos se quedarían almacenados en una presa de
jales, con una cortina de una altura superior a 80 metros, construida con las
rocas desechadas en las tepetateras, compactadas y cubiertas con un plástico de
sólo 1.5 mm de espesor.
Lo anterior no da ninguna seguridad de que los
contaminantes se van a quedar almacenados para siempre, sino más bien de que se
liberarán gradualmente conforme esta estructura empiece a deteriorarse o, lo
que es peor y muy probable, en un solo evento, debido a una falla estructural,
un sismo o un fuerte huracán. Sólo profesionistas sin ética pueden atreverse a
afirmar que la presa de jales durará al menos 10 mil años; este no es un
problema sólo de autoridades federales. Marcos Covarrubias (gobernador de Baja
California Sur) y Esthela Ponce (alcaldesa de La Paz) tienen la facultad y las
herramientas legales para apoyar a los paceños defendiendo la Sierra de la minería
tóxica.
La alcaldesa, indican, puede a través del Programa
de Ordenamiento Ecológico Local (POEL) prohibir este tipo de actividades
riesgosas y contaminantes; además, participar dentro del Procedimiento de
Evaluación de Impacto Ambiental (PEIA) ante la Semarnat emitiendo una opinión
en contra, y a la vez negar el permiso de construcción. Al igual, el gobernador
Covarrubias tiene la facultad de opinar dentro del PEIA y no autorizar el uso
de suelo. Les pedimos que hagan uso de estas facultades para proteger a los
sudcalifornianos de los impactos de la minería tóxica. ¿Qué no entienden? Los
sudcalifornianos insistimos con firmeza en nuestro rechazo a este tipo de
minería tóxica. Rechazo que ha sido expresado por sus representantes, por el
gobierno del estado, el ayuntamiento de La Paz y recientemente reiterado en el
Congreso local.
Las organizaciones citadas subrayan que no cabe duda
de que la megamina tóxica a cielo abierto de Los Cardones únicamente busca
especular con nuestros recursos naturales. Éste y cualquier otro proyecto de
mega minería a cielo abierto contraviene el decreto de creación del área
natural protegida de la Sierra de La Laguna, el cual prohíbe dentro de la
reserva verter o descargar contaminantes en el suelo, subsuelo y en cualquier
clase de corriente o depósitos de agua, y desarrollar actividades
contaminantes.
La mina proyectada para Paredones Amarillos-La
Concordia-Los Cardones tendría una vida útil de alrededor de 9.5 años, durante
los cuales se extraerían cerca de 40 toneladas de oro. Como este oro se
encuentra en el suelo en una proporción cercana a una parte por millón (1.08,
para ser exactos), para extraer estas 40 toneladas de oro la empresa tendría
que procesar cerca de 40 millones de toneladas de material, separarlo de la
montaña, pulverizarlo y rociarlo con una solución a base de cianuro. De hecho,
en los materiales de la propia empresa se habla de la necesidad de procesar 11
mil toneladas diarias de material. Además, utilizaría un millón 400 mil metros
cúbicos de agua por año.
Las rebanadas del pastel
Cero y van tres. La ciudadanía se niega a que le impongan
el proyecto, pero el sordo gobierno federal sólo facilita el camino a la
trasnacional minera.
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