El sombrío hombre de Peña Nieto en el deporte
Los altísimos presupuestos destinados a las actividades deportivas en el país constituyen un manjar apetitoso para quienes en los últimos años se han especializado en usufructuarlos. Es el caso de un personaje que en la actualidad forma parte del equipo de transición de Enrique Peña Nieto. Su nombre: Eduardo Sánchez Urrutia, quien fuera subdirector general de Deporte de la Conade y ahora regentea un consorcio dedicado a construir instalaciones deportivas con dinero del erario. Su llegada a esa dependencia coincidió con la asignación de recursos sin precedentes para promover las actividades deportivas, en un esquema en el que han prevalecido los manejos oscuros, en favor de empresas privadas.
Eduardo Sánchez Urrutia, subdirector general de Deporte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) durante la administración de Carlos Hermosillo, creó un conjunto de empresas, entre las que se encuentran República Sana, Grupo Soluciones Deportivas y DI Consultores, para construir, equipar y operar instalaciones deportivas con recursos del gobierno federal. Además pretende obtener la concesión para administrarlas.
Este exservidor público, quien ahora forma parte del equipo de transición del presidente electo Enrique Peña Nieto como uno de los principales asesores del coordinador para el Deporte, Ernesto de Lucas, está promoviendo proyectos de diseño, infraestructura y equipamiento de última tecnología en instalaciones deportivas y espacios recreativos.
Sánchez Urrutia trabó amistad con otro de los integrantes del equipo de De Lucas: el exdiputado y exdirector del Instituto del Deporte de Sonora Carlos Rodríguez El Bebo, uno de los aspirantes a encabezarla Conade el próximo sexenio.
En las reuniones de la Coordinación para el Deporte, Sánchez Urrutia lleva la voz cantante para dictar cuál será la política que en materia de deporte se aplicará en la próxima administración. En esos encuentros han participado personajes del deporte como Jesús Mena, Daniel Aceves, Raúl González y Manuel Youshimatz, así como los directores de los institutos del deporte de Coahuila, Javier Díaz; de Nuevo León, Melody Falcó; de Chihuahua, Luis Rivera, y el nadador de aguas abiertas Antonio Argüelles.
En sociedad con el exfutbolista argentino Jorge Valdano, Sánchez Urrutia, quien se ostenta como representante en México de las empresas de aquél, promueve en todo el país la idea de que con sus propuestas se logrará repetir aquí el “milagro” que hizo posible que España obtuviera importantes logros en competencias profesionales y amateur de muchas disciplinas deportivas.
Con su más reciente proyecto, denominado Polideportivos, Sánchez Urrutia pretende operar 32 instalaciones bajo la premisa de que como los gobiernos federal, estatal y municipal han sido incapaces de ofrecer espacios de calidad para la práctica del deporte o la actividad física, se necesita que la iniciativa privada los maneje.
El exfuncionario cuenta con el apoyo incondicional del responsable dela Unidadde Política y Control Presupuestario dela Secretaríade Hacienda y Crédito Público (SHCP), Nicolás Kubli Albertini, quien no sólo es su amigo, sino que le ha ayudado a abrir puertas con dinero que fluye directamente de esa dependencia hacia los estados, a través del Programa S238 Polideportivos.
Sánchez Urrutia y Kubli Albertini se conocieron en 2007, cuando el primero se desempeñaba como subdirector general de Deporte de la Conade, y cuando el segundo, en su calidad de director general de Programación y Presupuesto “A”, asistía a las reuniones del Comité Técnico del Fideicomiso Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), y a las dela Juntade Gobierno de la Conade.
Hasta entonces Sánchez Urrutia había demostrado ser un funcionario discreto, de bajo perfil, que rentaba un pequeño departamento en la colonia Roma y llegaba a su trabajo en motocicleta. Ingresó ala Conadeen noviembre de 2003 para hacerse cargo del área de Establecimiento de Normas de Cultura Física y Deporte, adscrita a la Subdirección General del Deporte que encabezaba Carlos Hermosillo.
A su vez, Hermosillo fue invitado por Nelson Vargas para sumarse a su equipo de colaboradores. En entrevista con Proceso, Vargas recuerda que decidió contratar al veracruzano luego de que éste, durante meses, le pidió una oportunidad. El exfutbolista acababa de cursar un master en gestión de entidades deportivas enla Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, y estaba desempleado.
“Hermosillo me conmovió cuando me dijo que deseaba tener la oportunidad de regresarle al deporte un poco de lo que a él le había dado. Vi que estaba relegado del futbol, me parecía un buen muchacho y por eso lo contraté. Cuando llevó a Sánchez Urrutia como su mano derecha, algunos colaboradores me alertaron que ese señor había trabajado con Carlos Albert en el Instituto del Deporte del DF, donde se había destapado un escándalo por malos manejos en la ejecución de unas obras. Hermosillo me insistió en que era de probada honradez, que él lo conocía, que era su amigo y terminó por convencerme”, cuenta Vargas.
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