Julio Hernández López
Astillero
Empatar y exhumar
A salvo el fuero charro
Neoesclavismo, adelante
Lazca, La Paca
Extrañas emociones con pretenciosidad de suspenso se
vivieron ayer en el Senado. Todos sabían del empate por venir, pero los
vaivenes de las aguas turbias de la política partidista hacían esperar alguna
variación que finalmente no llegó. Seis contra seis en una cancha de ensayo que
habrá de trasladar la búsqueda de victoria de una de las partes al pleno
senatorial, donde los cálculos aritméticos auguran similares aprietos
parejeros.
Seis priístas aferrados a la conservación indemne de los
genes de dinosaurismo sindical, que con toda razón se sienten afectados por la
posibilidad de rendir cuentas de los abundantes dineros recibidos y de darles
un barniz democrático a los procesos de elección de esa gerontocracia corrupta.
Y, enfrente, un sexteto de votos provenientes del PRD y el PAN, en una amalgama
de factores que a pesar de todo fue sostenida por el partido de blanco y azul,
cumplidor del compromiso anunciado de ir con el sol azteca en la exigencia de
modificaciones al esquema sindical, a pesar de que el propio Felipe Calderón y
la secretaría federal del trabajo habían exhortado a pasar por alto este tema,
lo que había hecho temer un recular de última hora de los panistas. Juntos, en
esas alianzas circunstanciales que la política propicia, la perredista Alejandra
Barrales y el panista Javier Lozano.
Ya en esa plenaria, uno o unos cuantos votos puedan
romper el embrujo. Ayer mismo, en las comisiones senatoriales, la ausencia de
un senador panista generó inmediatas especulaciones que temían una maniobra
típica de ausentismo concertado para dar paso al triunfo priísta, previos
arreglos en lo oscurito. Pero, con retraso, el panista llegó y las teorías del
complot amainaron, aunque en la sesión de hoy todo mundo estará atento a las
faltas, a las salidas (así sea a los sanitarios), a las tretas concertadas.
Toca al Partido del Trabajo determinar hoy buena parte de
lo que suceda. En una votación reñida, los sufragios de las agrupaciones
pequeñas suelen cobrar una importancia central por cuanto pueden inclinar el
forcejeo hacia alguno de los bloques mayores. En el partido que tiene a Alberto
Anaya como principal dirigente hay dos posturas: una va con el conjunto de la
oposición al PRI (el PRD, el PAN y el voto solitario de Layda Sansores a nombre
del Movimiento Ciudadano) y otra pretende votar a favor de que no se toquen los
cotos sindicales. Antes de que se inicie hoy la sesión plenaria (a la hora de
redactar esta columna no se sabía si el tema de la reforma sería incluido en la
agenda del día), Andrés Manuel López Obrador se reunirá con miembros de esa ala
izquierdista para fijar postura respecto a un tema que posiblemente minutos
después será abordado en su fase definitoria.
Tanto jaleo y jaloneo puede dar la impresión de que hay
una batalla de enormes dimensiones y de imprevisibles resultados en una de las
cámaras del poder legislativo que así se vería como cumplidora de sus altísimas
funciones representativas. Pero mucho de lo que sucede corresponde a efectos
escenográficos y a desenlaces previstos. Los caciques sindicales son y serán
intocables porque mantienen una alianza de fondo con el peñanietismo, que ha
ordenado a sus diputados y senadores que respeten el fuero charro. Y el
calderonismo sostiene con la cúpula priísta una alianza de impunidades que se
traslada para votaciones a la franja senatorial perteneciente a quien todavía
despacha desde Los Pinos.
La reyerta por el tema sindical ha quitado reflectores,
en todo caso, al tema más trascendente: las reformas laborales de
walmartización nacional. Éstas han sido aprobadas en lo general y la pelea en
contra de aspectos específicos de esas nuevas normas las dará la izquierda sin
acompañamiento del PAN, que desde luego apoya los términos de lo que comenzó en
el escritorio de Javier Lozano cuando era secretario del trabajo y luego
recibió el impulso pleno de Felipe Calderón y la élite empresarial. Al PAN lo
que le ha interesado, al hacer alianza provisional con el PRD en el Senado
contra el proteccionismo a lo sindical, es aparentar para fines electorales que
está contra los malvados caciques a los que, en realidad, protegió y benefició
durante 12 años en que tuvo la Presidencia de la República. Así que el
articulado nefasto para los trabajadores está ya aprobado, previos alegatos
testimoniales de la izquierda, y el tema de los caciques sindicales servirá de
gran foco de atracción que finalmente acabará también en los términos
previstos, es decir, sin cambio alguno. El gran circo legislativo en pleno.
En un panteón del estado de Hidalgo, mientras tanto, se
realizaba ayer un ceremonial forense que evocaba los tiempos aquellos, tan
distantes y ahora tan cercanos, de La Paca y sus clarividencias
buscadoras de cadáveres en el caso de Raúl Salinas de Gortari. Luego de una
cadena de pifias respecto a las formas de identificación de un cuerpo que en
ausencia acabó siendo clasificado bajo el nombre de Heriberto Lazcano Lazcano,
las autoridades federales presuntamente procuradoras de justicia tuvieron a
bien realizar nuevas diligencias comprobatorias de que el cadáver en fuga perteneció
al buscadísimo jefe máximo de Los Zetas, abatido fortuitamente
en tierras coahuilenses muy agitadas en ese momento por el asesinato del hijo
de un ex gobernador reciente.
Alguno de los funcionarios participantes en esta nueva
temporada del paquismo dijo que no había absolutamente ninguna duda de que el
cuerpo prófugo era el del famoso Lazca, pero que las probanzas oficiales
serían llevadas hasta los extremos legales. Por ello fueron a un
cementerio de Pachuca a exhumar los restos de uno de los padres y comprobar
mediante estudios científicos que las muestras del Zeta mayor
corresponden a las de sus familiares. Sumidas en el descrédito, comprobadamente
dadas al montaje y la ficción, esas autoridades deberán luego hacer pruebas
sobre las pruebas, y así hasta el fin del sexenio macabro.
Y, mientras Michoacán se calienta cada vez más, ¡hasta
mañana, ya con remodelaciones en Los Pinos al gusto de los siguientes
huéspedes!
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