Cinismo sin fin
Por: Virginia González Melgarejo
El pasado fin de semana presenciamos la
institucionalización del cinismo con la renovación de la dirigencia de dos de
los más grandes y poderosos gremios del país: los maestros y los petroleros.
En efecto, la profesora Elba Esther Gordillo, convertida
en la “consejera suprema” de los maestros, ejerce su liderazgo desde 1989, y de
su historial poco se puede decir que no se conozca, además propios y extraños
conocen el poder acumulado por la “profesora” junto con una riqueza que no
oculta y no resistiría la más elemental auditoria. Ahora, en un Congreso
“democrático”, representantes de todas las secciones del magisterio –excepto la
XXII de Oaxaca y la IX del Distrito Federal– se dieron cita en Cancún para
reelegirla. Viaje todo pagado y una lap top para cada participante,
fueron lo de menos, pues lo que le permite reelegirse a Elba Esther es la
maraña de corrupción que se gesta justamente ahí, en las entrañas de las
delegaciones estatales, es ahí es donde se negocian las plazas, las comisiones
y toda la operación política a la que se ha dedicado el magisterio en los
últimos años, tanto que hasta un partido político ya se cuenta entre sus
activos.
Otro caso de cinismo mayúsculo es el del sindicato
petrolero. Ahí, en lo oscurito, en las oficinas de la empresa en la Ciudad de
México, con la presencia de representantes de 36 secciones sindicales y la
ausencia de los trabajadores reales, se reeligió al senador de la república
Carlos Romero Deschamps, por seis años más al frente del sindicato petrolero
que maneja desde 1993. Este líder, al igual que la maestra, ha logrado acumular
una fortuna desmesurada que sin pudor alguno muestra su familia cercana
viajando en yates y jets privados por todo el mundo. Del propio Romero
Deschamps son famosos los relojes de oro puro que le gusta lucir y cuyo costo
de uno solo es muchas veces superior al salario anual de cualquier trabajador
mexicano. Lo lamentable del caso, es que el sindicato petrolero forma parte del
Consejo de Administración de Pemex y de la Comisión de Energía del Senado,
combinación muy peligrosa para la principal empresa de la nación, cuya apertura
al capital privado se anuncia ya en total desacato a la Constitución.
El poder acumulado por estos personajes es tal que
lograron salir adelante en la intentona de transparencia sindical propuesta en
la mal llamada reforma laboral, que sigue pendiente, ahora de regreso en Cámara
de Diputados. Lo curioso de esta propuesta de Felipe Calderón y los panistas,
es que la hacen a unas semanas de abandonar la presidencia de la república,
cuando tuvieron doce años para poder contener al charrismo sindical y
ahora se rasgan las vestiduras ¿demasiado tarde, no?
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