martes, agosto 09, 2011

Y peor aún cuando se convierte en regla : María Teresa Jardí



Y peor aún cuando se convierte en regla 
María Teresa Jardí


La corrupción de la clase política siempre es inaceptable y peor aún cuando se convierte en regla. La corrupción es inaceptable porque hace necesarias las complicidades que garantizan la impunidad que como la humedad acaba por destruir la posibilidad de vida civilizada para enormes sectores sociales. Y el caso mexicano en materia de corrupción se halla convertido en el ejemplo de cómo la corrupción de la clase político/ empresarial acaba con la posibilidad de tránsito democrático. Incluso del que no significa otra cosa que una democracia formal: unos votan y eligen y otros acatan y esperan.
La usurpación es tan inaceptable como la corrupción, incluso porque la usurpación es por definición corrupción. La usurpación es robo. Pero además es carga y cuando es un imbécil al que se deja ocupar el cargo no se puede esperar que nada bueno para el pueblo suceda.
La diferencia entre Colombia y México, en materia de combate al narcotráfico con apoyo de los yanquis, es del todo clara. Allá, como los gobernantes colombianos, algunos también impresentables, no entregaron del todo las nalgas, se matizó el ataque a los carteles.

Aquí, al usurpador se le hizo fácil declarar, para legitimarse una guerra. Y aquí como los yanquis pidieron, a la llegada de la derecha al poder, que se convirtiera a México en el filtro de los migrantes, se decidió de golpe, con la falsa guerra contra el narcotráfico —-que es lo único que no se combate—- orquestada por Calderón realizar una limpia de pobres mexicanos y de migrantes centroamericanos y la colección de muertos ya es espeluznante.
Razón lleva el gringo que declara, en la nota publicada el domingo pasado por el New York Times sobre el intervencionismo solicitado por el usurpador fecalista.
Nota, que en el caso de cualquier otro lugar, obligaría, a quien conservara un ápice de dignidad, a suicidarse e incluso a un indigno, pero menos cínico, a presentar de inmediato la renuncia como jefe de estado. Tiene razón el gringo que declara que México pone el show. Mientras, la nota también informa, que la CIA, la DEA, y los militares gringos, investigan, torturan y secuestran con absoluta impunidad en territorio mexicano y que además lo hacen a petición del usurpador panista, que es, con mucho, lo peor, a menos que logren imponer a otro impresentable bajo las siglas del PAN, que los mexicanos ni la peor de nuestras pesadillas podíamos haber soñado.
Un lector madrugador me señala que de los candidatos en la mesa ya del PRI, es decir, que entre Peña Nieto y Beltrones, el segundo al menos pertenece a un grupo político, amén de que el hecho de no ser el favorito televisivo es un plus en el momento dramático por el que el país atraviesa. Opina que lo peor que le puede pasar al país es que otro sometido al show televisivo logre ser el impuesto permitiendo que el destructor poder de facto en que en México se halla convertido, la telebasura continúe desgobernando a través de otra versión fecalista.
Para mi está claro que el único que al menos genera una esperanza de cambio aunque sea a largo plazo es AMLO.
Pero, sí, entre Beltrones y Peña, siempre sería menos malo que Beltrones llegara incluso porque tampoco es del gusto de los yanquis, a pesar de que el miserable imperio vecino vive del dinero que produce la droga mantenida como mercancía clandestina.

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