Virginia González Melgarejo
Conducirse como un verdadero jefe de Estado es algo que a Felipe Calderón Hinojosa le ha quedado grande; desatino tras desatino, ha sido el sello de su lamentable administración durante la cual se ha mostrado más como un mediocre jefe de partido (a juzgar por los resultados obtenidos por el PAN en las elecciones que ha conducido desde Los Pinos) que como presidente de la República y ahora, para cerrar con broche de oro e instalado en el más absoluto cinismo, junto a la cúpula panista hace planes para “afinar” las estrategias que seguirá al enfrentar el escenario electoral rumbo a 2012. ¡Hágame usted el favor!
Así es que a lo largo de los próximos días, semanas y meses, seguramente veremos cómo se incrementará, desde el gobierno federal, la engañosa campaña de publicidad que nos ha atosigado desde que vivíamos en foxilandia, al grado que la primera administración panista pasó a la historia por ejercer el gasto más grande que ningún gobierno hubiere hecho en materia de comunicación, y cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, Felipe del Sagrado Corazón supera con creces este gasto y a la fecha ha gastado 21 mil millones de pesos. Tan sólo en el último año la presidencia ha destinado a la publicidad y comunicación 5 mil 487 millones de pesos, para tratar de convencer a la gente de lo imposible: lo bueno que han sido los gobiernos del PAN.
Lo peor de todo esto es que lucrando con la pobreza y la necesidad de la mayoría de la población, estaremos ante una campaña de afiliación masiva a los engañosos programas asistenciales del gobierno federal, como el Seguro Popular, Setenta y más, Crédito para Vivienda, Procampo y Oportunidades, entre otros, que tan sólo reparten migajas sin solucionar de fondo los problemas de la población. Incluso, todos esos programas terminan siendo instrumentos electorales para atraerle votos al PAN.
De igual manera, los secretarios de Estado estarán muy afanositos repartiendo dádivas, otorgando permisos y redoblando privilegios, aunque sea al margen de toda legalidad, tratando de influir de manera descarada en el proceso electoral de 2012, como ocurre con el buen Cordero del PAN que anda prometiendo pavimento y plantas de tratamiento de agua a los ayuntamientos blanquiazules.
Si bien es cierto que en este momento la agenda política apunta ya hacia la sucesión presidencial, al señor Felipe se le olvida que hay asuntos dentro de su partido de los cuales debe permanecer al margen y sacar las manos totalmente, para dedicarse a lo suyo ya que su presidencia, por mucho, pasará a la historia como una de las peores que hemos tenido en todos los ámbitos, económico, político, social y derechos humanos, lo que ha significado un verdadero retraso en el ámbito de la democracia y el bienestar. Hablar de retener la presidencia, y “hacer lo que se tenga que hacer” para lograrse, es de temerse. ¿Querrán volver a robarse las elecciones? Pues de no ser así, recuperar los espacios perdidos (si es que alguna vez fueron suyos) para Calderón y su partido, estará en chino.
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