En la Línea
Félix Fuentes
Choque de Calderón contra PRI agrava estabilidad; prosperan funerariasLa violencia verbal entre el gobierno calderonista y sus oponentes llegó al rompimiento y queda cancelada la posibilidad de acuerdos y reformas estructurales. En este escenario de odios, la próxima sucesión presidencial será de desastre y hundirá al país en peor situación.
Nuevamente encendió el fuego Felipe Calderón al afirmar, en referencia al PRI, la “tragedia de retorno al pasado”. Habló de lastres —sin especificarlos— que impiden a la nación avanzar a su desarrollo con rapidez.
Las respuestas de priístas y perredistas fueron inmediatas, despiadadas, en la Cámara de Diputados. El tricolor David Penchyna afirmó: “El que se puso a la altura de las descalificaciones, el domingo pasado, fue el Presidente de México, el Presidente que necesitamos se redujo a un jefe de pandilla”.
Así es calificado por doquier el equipo del primer mandatario, una pandilla que detenta el poder con cuantiosos sueldos y privilegios, por encima de los propios militantes panistas.
El crítico de izquierda, Mario di Costanzo, expresó a los blanquiazules: “Los reto a que me digan en qué sector, en qué ramo del país estamos mejor que antes; prácticamente el único negocio que ha avanzado durante los últimos tres años es el de las funerarias”.
Nadie había mencionado a las funerarias, en esos términos. Cierto, son el gran negocio porque, como se ha dicho tantas veces en estos días, durante el régimen de Vicente Fox se registraron 10 mil ejecuciones relacionadas con el narcotráfico y en el gobierno de Calderón han sucedido más de 30 mil.
Legisladores y analistas, incluso del Partido Acción Nacional, coinciden en que esa es la verdadera tragedia nacional, de tantos muertos más los despojos de casas y predios, así como la aplicación de cuotas hechas por el hampa.
Un desesperado regiomontano vendió sus camiones y una gasolinera a precios de ganga y advierte que las drogas tienen de pláceme a Estados Unidos, en particular a entidades como Texas, porque miles de mexicanos se llevaron sus capitales y lograron que se encarezcan los bienes raíces en ese estado.
Es lo que realmente tiene varado al país, sin posibilidades de cambio democrático como se esperaba de la era blanquiazul. Eso no merece México, según la crítica de Calderón, de pobreza, corrupción y simulación, dicha ante panistas en el Auditorio Nacional.
El también priísta Omar Fayad Meneses lanzó otro reto: revisar renglón por renglón, de todo cuanto sucede en estos días, y compararlo con el pasado antiguo. Hubo silencio en la bancada albiazul.
Otro priísta, Sebastián Lerdo de Tejada, preguntó a Calderón qué sigue, ¿acaso los elogios por la mañana y epítetos por la tarde?
De hecho, le respondió el Presidente al afirmar en Los Pinos, a temprana hora de ayer, que “la complicidad en el pasado causó niveles intolerables del crimen”. Y reconoció que “no aspira a desaparecer el narcotráfico”. ¿Cuál es su aspiración, cuando dentro de un año carezca de poder, aparte de culpar al pasado de todos los males?
ULISES RUIZ TAMPOCO tuvo valor de presentarse en Oaxaca a entregar el poder a su sucesor, Gabino Cué. Menos entregó cuentas de nada. Esto obliga al nuevo mandatario a revelar ante la opinión pública el estado de caos oaxaqueño y proceder en consecuencia.
Choque de Calderón contra PRI agrava estabilidad; prosperan funerariasLa violencia verbal entre el gobierno calderonista y sus oponentes llegó al rompimiento y queda cancelada la posibilidad de acuerdos y reformas estructurales. En este escenario de odios, la próxima sucesión presidencial será de desastre y hundirá al país en peor situación.
Nuevamente encendió el fuego Felipe Calderón al afirmar, en referencia al PRI, la “tragedia de retorno al pasado”. Habló de lastres —sin especificarlos— que impiden a la nación avanzar a su desarrollo con rapidez.
Las respuestas de priístas y perredistas fueron inmediatas, despiadadas, en la Cámara de Diputados. El tricolor David Penchyna afirmó: “El que se puso a la altura de las descalificaciones, el domingo pasado, fue el Presidente de México, el Presidente que necesitamos se redujo a un jefe de pandilla”.
Así es calificado por doquier el equipo del primer mandatario, una pandilla que detenta el poder con cuantiosos sueldos y privilegios, por encima de los propios militantes panistas.
El crítico de izquierda, Mario di Costanzo, expresó a los blanquiazules: “Los reto a que me digan en qué sector, en qué ramo del país estamos mejor que antes; prácticamente el único negocio que ha avanzado durante los últimos tres años es el de las funerarias”.
Nadie había mencionado a las funerarias, en esos términos. Cierto, son el gran negocio porque, como se ha dicho tantas veces en estos días, durante el régimen de Vicente Fox se registraron 10 mil ejecuciones relacionadas con el narcotráfico y en el gobierno de Calderón han sucedido más de 30 mil.
Legisladores y analistas, incluso del Partido Acción Nacional, coinciden en que esa es la verdadera tragedia nacional, de tantos muertos más los despojos de casas y predios, así como la aplicación de cuotas hechas por el hampa.
Un desesperado regiomontano vendió sus camiones y una gasolinera a precios de ganga y advierte que las drogas tienen de pláceme a Estados Unidos, en particular a entidades como Texas, porque miles de mexicanos se llevaron sus capitales y lograron que se encarezcan los bienes raíces en ese estado.
Es lo que realmente tiene varado al país, sin posibilidades de cambio democrático como se esperaba de la era blanquiazul. Eso no merece México, según la crítica de Calderón, de pobreza, corrupción y simulación, dicha ante panistas en el Auditorio Nacional.
El también priísta Omar Fayad Meneses lanzó otro reto: revisar renglón por renglón, de todo cuanto sucede en estos días, y compararlo con el pasado antiguo. Hubo silencio en la bancada albiazul.
Otro priísta, Sebastián Lerdo de Tejada, preguntó a Calderón qué sigue, ¿acaso los elogios por la mañana y epítetos por la tarde?
De hecho, le respondió el Presidente al afirmar en Los Pinos, a temprana hora de ayer, que “la complicidad en el pasado causó niveles intolerables del crimen”. Y reconoció que “no aspira a desaparecer el narcotráfico”. ¿Cuál es su aspiración, cuando dentro de un año carezca de poder, aparte de culpar al pasado de todos los males?
ULISES RUIZ TAMPOCO tuvo valor de presentarse en Oaxaca a entregar el poder a su sucesor, Gabino Cué. Menos entregó cuentas de nada. Esto obliga al nuevo mandatario a revelar ante la opinión pública el estado de caos oaxaqueño y proceder en consecuencia.
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