2010, un año más de impunidad
Virginia González Melgarejo
Por fin termina este año en el que hemos sido testigos de hechos superiores a cualquier desbordada imaginación. Quien reinó en el país fue la impunidad y por más que Calderón lo niegue, el desgobierno es evidente; en lo económico, en lo social y en lo político, la descomposición del país es preocupante e insoportable.
A lo largo del año hemos sido testigos de como la violencia se apoderó de regiones enteras del país y ha dejado más de 10 mil muertes, con toda la tragedia que esto encierra de familias desechas y se habla que 50 mil niños terminarán el año sin padres; las autoridades han sido completamente rebasadas, así lo muestran los recientes acontecimientos de Apatzingán, donde las imágenes vistas y sufridas revelan la absoluta ingobernabilidad que vive el país; y no se puede dejar de mencionar el lamentable caso de la señora Marisela Escobedo, asesinada de forma artera e inaudita a las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua mientras reclamaba se hiciera justicia y se castigara al asesino de su hija; o la fuga de de reos en el penal de Nuevo Laredo. ¿Se imagina usted a casi 200 presos huyendo de una cárcel sin que nadie lo note, ni lo impida? Es de locura, y todo esto aunado a la creciente militarización del país, que no ha servido, sino para incrementar las quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por ciudadanos víctimas de los abusos de las fuerzas castrenses.
Virginia González Melgarejo
Por fin termina este año en el que hemos sido testigos de hechos superiores a cualquier desbordada imaginación. Quien reinó en el país fue la impunidad y por más que Calderón lo niegue, el desgobierno es evidente; en lo económico, en lo social y en lo político, la descomposición del país es preocupante e insoportable.
A lo largo del año hemos sido testigos de como la violencia se apoderó de regiones enteras del país y ha dejado más de 10 mil muertes, con toda la tragedia que esto encierra de familias desechas y se habla que 50 mil niños terminarán el año sin padres; las autoridades han sido completamente rebasadas, así lo muestran los recientes acontecimientos de Apatzingán, donde las imágenes vistas y sufridas revelan la absoluta ingobernabilidad que vive el país; y no se puede dejar de mencionar el lamentable caso de la señora Marisela Escobedo, asesinada de forma artera e inaudita a las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua mientras reclamaba se hiciera justicia y se castigara al asesino de su hija; o la fuga de de reos en el penal de Nuevo Laredo. ¿Se imagina usted a casi 200 presos huyendo de una cárcel sin que nadie lo note, ni lo impida? Es de locura, y todo esto aunado a la creciente militarización del país, que no ha servido, sino para incrementar las quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por ciudadanos víctimas de los abusos de las fuerzas castrenses.
En el plano económico también ha sido un año que ha pegado fuerte a la economía familiar. Son ya 12 los aumentos en el precio de las gasolinas (la Magna registró un aumento en el presente año de 12.3 por ciento. la Premium aumentó 5.53 por ciento y el Diesel 11.76 por ciento ¿y el salario en qué porcentaje aumentó? 4.5 por ciento el mínimo ¿es justo? Pero la cosas no se detienen ahí, pues también se han generalizado las alzas de los precios de los bienes y servicios que a diario consumimos, lo que acelera y profundiza la caída del poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Pero aunque el panorama parezca desalentador, con todo y todo somos ganadores, conseguimos sobrevivir este año, y los retos que debemos enfrentar en 2011 son muchos pues no podemos quedarnos en el lamento y en la condena. Por el contrario, no debemos acostumbrarnos a vivir así, por más cantaletas del (des)gobierno federal diciendo que vamos por el camino correcto.
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