Alvaro Cepeda Neri : ¿Infarto o farsa del obispo Onésimo?

Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri
¿Infarto o farsa del obispo Onésimo?

Ante el Ministerio Público, el señor Onésimo Cepeda (al cual el “hábito no hace al monje”), Obispo de la mole-iglesia de Ecatepec, cuya construcción fue financiada por los millonarios que siempre han amparado al rechoncho clérigo, protagonista en todos los eventos de la “grilla” y ajonjolí en el mundo del esnobismo o sea de la rancia dizque “nobleza” nativa, fue denunciado, con pruebas, de un presunto fraude por 130 millones de dólares, supuestamente por haber falsificado la firma de una señora ya fallecida, en la que se reconocía dicha deuda. ¿De qué le debería esa enorme suma y en dólares, al obispo de marras” ¿Se trataría de compra de indulgencias, para ser llevada al cielo o cuando menos al purgatorio para esperar benevolencia en el juicio final?
Llevado ya ante el juez que conoce del asunto penal, éste giró la orden de aprehensión, y que Onésimo ni se presentó cuando fue citado a comparecer en el MP ni respondió al citatorio judicial, por lo que fue objeto de una presentación por vía de apremio policiaco. Onésimo es un clérigo muy rico y con amigos poderosos en la clase empresarial-millonaria y de quienes apuestan diariamente en La Bolsa donde él, en sus años mozos, fue un apostador de Carlos Slim y juntos hicieron rendir más su fortuna.

No contrató abogado el obispo, ya que sostiene a voz en cuello, casi a gritos, que tanto su Dios como sus influencias hasta en la clase política, lo hacen tener impunidad.
Avisado de que iban por él, es decir: puesto sobre aviso tras el escándalo en los medios de información (los pocos que se atrevieron a informar), y cuando la orden de presentación y posiblemente hasta de arresto provisional, sucedió el “milagro” y fue internado de emergencia en uno de los lujosos y carísimos hospitales de su amigo Olegario Vázquez Raña, donde el parte médico fue que sufrió un infarto y luego su hermano desmintió para decir que fue una leve afección cardíaca… “y muy pronto saldrá por su propio pie para seguir dando guerra”. Lo que nos preguntamos es si no fue una farsa, una actuación más del tristemente célebre ministro de la Iglesia católica. Los demás integrantes de ella, de inmediato declararon que Onésimo era un hombre “sin pecado” y de conducta intachable. Además que solamente en el “más allá” los curas pueden ser juzgados.