miércoles, diciembre 15, 2010

VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO : COP 16: simulación e hipocresía

COP 16: simulación e hipocresía
VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO


Concluyó por fin en Cancún la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), y la conclusión vuelve a ser un catálogo de buenos propósitos para detener el deterioro ambiental provocado por el capitalismo voraz y su producción insustentable, sobre todo de los países de mayor desarrollo que provocan la mayor contaminación al planeta y que en los hechos no reducen su emisión de gases contaminantes, y he aquí la simulación, pues si bien dicen estar dispuestos a frenar el deterioro ambiental ni siquiera asumen el compromiso de hacerlo; tal es el caso de China, Japón y Estados Unidos.

Los discursos son dignos de enmarcarse; ¡qué maravilla, “salvar al planeta”! Y aquí la hipocresía y haré referencia a sólo a dos casos emblemáticos en México de la falsedad del gobierno federal. El primero es el caso de la Minera San Javier, en San Luis Potosí, la cual sigue operando a pesar de tener una orden de cierre definitivo. La minería a cielo abierto que ahí se practica, es altamente contaminante, además de provocar la destrucción sistemática del cerro de San Pedro. Diversos grupos ambientalistas han luchado por más de 10 años para detener a esta compañía Canadiense, que en contubernio o complacencia con los gobiernos federal, estatal y municipal, sigue operando como si nada.


Otro caso preocupante es el la destrucción de el arrecife coralino de Cabo Pulmo en el Golfo de California. El arrecife tiene unos 20 mil años, lo que lo convierte en uno de los más antiguos del Pacífico americano y en él habitan 226 de las 875 especies de peces que existen en el Golfo de California. En 1995 el arrecife fue declarado zona protegida, y estaba muy bien hasta que la empresa española “Hansa Urbana de México” se le ocurrió construir un complejo turístico dirigido a un sector de alto nivel adquisitivo, de gran exclusividad y privacidad en 45 millones de metros cuadrados, justamente ahí en esa área protegida, con más de siete kilómetros de playa y en el que está previsto el desarrollo de cuatro campos de golf, más de 400 atraques náuticos dentro de su marina interior, un aeropuerto para vuelos ejecutivos (aviones y helicópteros), además de áreas hoteleras, conjuntos residenciales, núcleos comerciales y de ocio, así como múltiples instalaciones deportivas. Una maravilla, pues, pero que sin duda destruirá de forma irremediable esa zona.

La falsedad e hipocresía saltan a la vista, Calderón recibió a estos inversionistas en Los Pinos les brindó un espléndido desayuno y hasta los felicitó por la devastación que vienen a hacer a nuestro país. Esta empresa, dicho sea de paso, intento hacer este tipo de desarrollo en España y en algunos otros países pero en ninguno les autorizaron proyectos similares por ser altamente destructivos de la flora y fauna nativas. ¡Ah! pero esos españolitos muy listos vinieron a México y hoy, como antaño, los apátridas les han abierto las puertas para que terminen con la riqueza biológica que nos ubica como uno de los doce países en el mundo con la mayor biodiversidad. ¿Esta es la ruta correcta? Francamente no lo creo.

En un entorno de corrupción, simulación e hipocresía detener el deterioro ambiental es una tarea difícil, complicada y casi imposible por más cumbres mundiales que se realicen.

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