martes, noviembre 15, 2011

El cerillo y la autocrítica : Guillermo Fabela Quiñones


Apuntes
Por Guillermo Fabela Quiñones
El cerillo y la autocrítica

Si los comicios en Michoacán terminaran en un conflicto postelectoral, los federales del próximo año estarían en grave riesgo. Es pertinente preguntarse a quién le conviene que la vida política nacional se enturbie a tal grado que no hubiera condiciones para efectuar elecciones por la Presidencia de la República. No al pueblo, desde luego, el cual tiene en las urnas la única oportunidad de hacer valer su voto, y gracias a éste influir en el rumbo del país. Es la extrema derecha en el poder la única interesada en crear tensiones que le permitan mantenerse al frente de las instituciones, porque sólo así estará en posibilidad de hacerlo.


Por eso es muy lamentable que la izquierda haya contribuido de manera tan cínica al entronizamiento de la derecha, pues con su comportamiento errático y corrupto dio paso a la situación prevaleciente, cuando estaba a un paso de acceder al poder ante la incapacidad del PAN y el justificado desgaste del PRI. En los comicios de Michoacán, el PRD recibió el pago a su deslealtad al pueblo, sin que el camino a seguir sea el más conveniente ni mucho menos. Aun con el triunfo del partido tricolor, la democracia sufre un duro tropiezo, que se agrava por el avance electoral del blanquiazul, independientemente del “haiga sido como haiga sido” de tal adelanto en las urnas.
Es hora de una seria autocrítica de la izquierda para tomar las medidas pertinentes que permitan superar esta triste y lamentable realidad. Unos por corruptos, otros por medrosos y conservadores, otros más por cínicos y envidiosos, el caso es que se meten zancadillas todos y a una voz se lanzan contra quien puede sacar a la izquierda de su postración y decadencia, Andrés Manuel López Obrador. En vez de cerrar filas en torno a él, se le quiere derrotar cuanto antes, a fin de facilitarle las cosas a la derecha. Algunos hacen esta labor de zapa conscientemente, otros de manera espontánea al dejarse llevar por la corriente, pero todos quienes están contra el tabasqueño, en las filas de la izquierda, lo quisieran ver totalmente retirado de la vida pública.


En nada se diferencian de los oligarcas que atacan a López Obrador nomás porque es un hombre congruente que no se presta a corruptelas. Reconocen que la situación del país está al borde del estallido social, pero son incapaces de ver las causas del fenómeno. En cambio, se lanzan furibundos contra el tabasqueño porque podría encender el cerillo que iniciaría el incendio. Cuando lo que hace falta precisamente es alguien como él que corrija las causas de una realidad que nos está aniquilando. Que lo haría lo patentiza su propia trayectoria, así como su proyecto de nación, que conviene difundir con más amplitud.
No entienden los oligarcas, y sus corifeos de la izquierda, que no actuar a tiempo con un firme proyecto reivindicador, a lo que se está condenando a la nación es a sobrevivir en un clima de ingobernabilidad cada vez más violento. Son capaces de apoyar a Enrique Peña Nieto, a sabiendas de que los riesgos habrían de incrementarse, porque sólo llegaría a profundizar aún más las injusticias y la falta de democracia en el país. Eso no les importa, porque sólo piensan en sus intereses, no en que él sí encendería el cerillo que incendiaría a la nación, tal como lo ha estado haciendo Felipe Calderón con su malhadado “gobierno”.
Por lo pronto, el PRD fue sacado del gobierno de Michoacán, lo cual es muy doloroso para el pueblo michoacano, como así lo habrá de constatar pronto. Esto es consecuencia directa de las mezquindades de sus dirigentes, empezando por Cuauhtémoc Cárdenas, quien no admite que López Obrador es el verdadero líder moral de una izquierda congruente y patriótica. Si no lo entienden ahora, con el fin de modificar su actitud y ver las cosas con madurez y visión de largo plazo, para julio del próximo año la debacle sería total, dejándole el campo libre a la extrema derecha para que imponga sus terribles condiciones a un pueblo inerme y carente de líderes. Todo porque los dirigentes, al igual que los barones del dinero, sólo piensan en sus intereses.
Aún es tiempo de reflexionar y adoptar las medidas correctivas pertinentes. Si llegara el PRI nuevamente a Los Pinos, con Peña Nieto a la cabeza, su permanencia en el gobierno federal podría ser muy corta, debido a la situación dantesca de un país en completa bancarrota y sumido en una violencia incontrolable, que sólo podría enfrentarse con más violencia, tal como ahora lo hace Calderón. La oligarquía debería darse cuenta, ahora que todavía es tiempo, de que el cerillo está en las manos del grupo en el poder que ha sido el causante de la situación prevaleciente, y que la izquierda sería el apaga fuegos que hace falta en este momento. De otro modo se abrirían las puertas al caos, a una dictadura por demás inviable en el mediano plazo, lo que sucedería en el corto plazo con la permanencia del PAN en el poder.

(gmofavela 2010@hotmail.com)

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