Ojalá y México fuera un país en guerra
Por María Teresa Jardí
Es peor que ser un país en guerra. Las guerras a final de cuentas tienen un inicio y un final. La de Calderón contra el narcotráfico es falsa.
Los que imponen las reglas para el mundo no están dispuestos a combatir el narcotráfico porque se caerían los sistemas financieros. Desde luego de México y del imperio asesino. Pero también puede ser que los sistemas financieros del mundo. Y por eso la falsa guerra que el fascista Calderón se prestó a implementar en México nunca tuvo como objetivo combatir el lavado de dinero. Y la jerarquía política, de todos los partidos, lo sabe. Por eso le hacen el juego, al fascismo que se apodera del mundo, los legisladores de los principales partidos políticos y los de los satélites creados a modo para llevar a votar a sus impresentables miembros bien comprados, no entrando al meollo del problema ni menos aún legislando para combatirlo.
Lo saben y por eso no se legisla sobre el lavado de dinero ni se atiende el problema, desde la salud preventiva, que es la otra forma de combate al negocio usado como pretexto para convertir a México en laboratorio de la dictadura que imponen los capitales financieros, vía los mismos tecnócratas, que ya se imponen también en Grecia y en Italia, como desgobiernos, mientras en España regresa la falange, que también sirve para los mismos fines que convierten al mercado en el productor del becerro de oro que se impone por encima de los hombres, que son conducidos al Infierno.
México ha sido convertido, a lo largo de los diez interminables años de terror impuestos por el panismo fascista, en el laboratorio de la dictadura del capital financiero mundial.
Lo de México es incomprensible. Es atroz. Es miserable. Es el crimen de lesa humanidad más canalla de la historia. El peor de los crímenes, hasta ahora conocidos, orquestado contra un pueblo con el apoyo de la clase política.
Un pueblo convertido antes en vulnerable a base de matarlo también de hambre, luego de haberlo deseducado, de manera tan brutal, que igual, dejándose comprar, hay quien vota por la hermana del que como cabeza a México ha convertido en el Infierno.
A los mexicanos nos están ejecutando, por la limpia de personas que realizan los ejércitos regular y los irregulares ayudados por los grupos paramilitares creados desde el poder para funcionar como escuadrones de la muerte.
Ojalá fuera una guerra la que se viviera en México. En ese caso sabríamos que un día terminaría. Pero no. Es peor que eso. México es el laboratorio de lo que quieren hacer los capitales financieros con el mundo y más valdría que el resto de países que apenas empiezan a ser adentrados en el Infierno así lo entendieran, antes de que para todos sea del todo tarde como todo parece indicar que va a ser para los mexicanos mientras el mundo exista.
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