martes, noviembre 22, 2011

Cuando los pueblos no quieren, ni la cordura puede : María Teresa Jardí



Cuando los pueblos no quieren, ni la cordura puede
María Teresa Jardí



Los españoles acaban de demostrar lo que es dar una patada al que traiciona al pueblo. Porque eso es lo que hizo Rodríguez Zapatero, traicionar al aliado que en el pueblo trabajador había encontrado el PSOE. Para llegar primero con Felipe González, al que también, cuando traicionó al pueblo con la guerra sucia con la que quiso combatir lo que con la ley en la mano tenía incluso la obligación de prevenir, la gente salió y votó por la derecha, eligiendo a Aznar, quien asimismo fue echado cuando los ciudadanos se hartaron de sus mentiras.
Zapatero traicionó al pueblo español para seguir el mandato de los que imponen al mundo las reglas del perverso juego en que se ha convertido a la política. Traicionó a los españoles como ha hecho la derecha panista y en particular Calderón con los mexicanos, vía la iniciativa Mérida, para seguir los dictados de criminales de los que han convertido al dinero en su único dios, a pesar de estar claro que el dinero es la divisa que garantiza, incluso para ellos, la llegada al infierno.
Como señalaba la crónica, el PP ganó por mayoría absoluta en España. Triunfó Rajoy a pesar de que los españoles saben que sin duda habría sido mejor gobernante Rubalcaba. Y por eso no son del todo malas las nuevas para el pueblo español. Siempre es mejor tener de frente al enemigo y no solapado en aras de una ideología compartida que sólo persiste de un lado.


La lucha de clases nunca se fue y cuanto antes lo entendamos todos será mejor. Y, otra vez, el pasado se convertirá en presente, como señala una crónica de El País, de alguno de los articulistas que analizan las elecciones del 20 de noviembre.
Y sí, el golpe de tuerca debe ver al pasado, si no queremos que con el atroz presente se nos cancele del todo el futuro a los mexicanos.
Qué tal que Angélica Araujo, quien busca ser la candidata del PRI a la gubernatura del Estado, dejara de preocuparse por el dinero del presupuesto que necesita para la campaña y llamara simplemente a la ciudadanía a juntos empezar a renovar la vida toda, de momento, en la capital del estado. Debería recordar su pasado como nieta de su abuelo socialista. Lo que no compagina, por supuesto, con su necia apuesta en apoyo de la doble moral de la burguesía yucateca, no reubicando la escultura de los Montejo, del lugar donde la derecha panista quiso, en agravio del pueblo mestizo, ponerla.
Hay mil cosas que los gobernantes pueden hacer junto con los ciudadanos si se empeñan en servir a los que los eligen y por ende mandan. El problema de la basura es generalizado en nuestro país y en Mérida enoja a muchos. Porqué, entonces, no enseñar a la sociedad yucateca a reciclarla casa por casa, como se hace en otros lugares que prácticamente no tienen para tirar más que unas cuantas cosas, luego de reutilizar la mayoría o compartirla con aquellos para los que, lo que es basura para unos, no sólo no es basura para otros, es incluso a veces calidad de vida.
Pongo algunos otros ejemplos que se me ocurren a botepronto. Qué tal Angélica encabezando, acompañada por padres de familia, una visita a las escuelas del lugar, para ver cómo funcionan, en qué condiciones se encuentran, el nivel de los maestros, el trato entre alumnos, y, sobre todo, escuchando a los maestros y pugnando, aunque del centro del país vengan otras directrices, por regresar a la enseñanza desde el jardín de niños de la letra cursiva; buscando la enseñanza de la música y del teatro, a base de acuerdos entre pares, como deben ser los acuerdos entre gobernantes y gobernados cuando el pacto social funciona de acuerdo a lo establecido en aras de propiciar: unos, seguridad, bienestar y felicidad, como garantías de la tranquilidad que proporcionan los otros cuando la vida es digna.
Digna a secas, Sin excesos ni de un lado ni del otro. Con gobernantes que no necesitan guaruras porque se saben respaldados por el pueblo que en cada acto los evalúa poniéndoles la alta nota que dan las acciones más simples cuando se implementan de manera acordada.
Las nuevas no son del todo malas para los españoles. El PP sabe que a pesar de tener mayoría llega acotado y vigilado por los indignados españoles. Lo que además se avala por el alza en la mayoría de los escaños para los partidos autonómicos. Y Rajoy sabe que no le extendieron un cheque en blanco. Lo que no entendió aquí Fox. Ni mucho menos ha entendido Calderón, quien, ni siquiera pudo llegar más que como usurpador. Lo que parece haber entendido Ebrard y lo que parece, desde luego, entender muy bien AMLO.

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