Sólo el primer paso
Alejandro Encinas Rodríguez
Andrés Manuel y Marcelo honraron su palabra y cumplieron el compromiso que habían asumido para encontrar un mecanismo transparente que permitiera definir la candidatura que representará a las izquierdas en las elecciones presidenciales.
A través de una encuesta —caso único en el mundo— cuyo resultado nadie ha cuestionado, incluso quienes auguraban una inevitable ruptura, hoy las izquierdas tienen candidato. Se trata de un acontecimiento de la mayor importancia que trascenderá el proceso electoral.
Con ellos, las izquierdas han dado un paso fundamental, primero, para dejar atrás el desaseo y confrontación recurrente que ha caracterizado la elección de sus dirigentes y candidatos. Segundo, para dejar atrás la inminencia de su división. Basta recordar cómo en enero de este año, ante la posible alianza entre el PRD y el PAN en el Estado de México, se iniciaba un camino sin regreso para ir con dos candidatos a la presidencia, y en tercer lugar, para que tras la elección surja del Movimiento Progresista un nuevo partido que abandone las inercias que desdibujaron el proceso unitario iniciado con la fundación del PSUM en 1981 y consolidado en 1989 con el PRD y alejado al PRD de su proyecto original.
Sin embargo, y pese a su relevancia, debemos tener claro que se trata sólo del primer paso para alcanzar un resultado exitoso en la campaña que se avecina, ya que deben adoptarse mayores decisiones, pues como lo hemos visto en procesos anteriores no basta estar unidos, contar con un buen candidato, haber logrado la coalición de las fuerzas progresistas, tener una propuesta viable y alternativa a la que representan el PRI y el PAN o volver a tener acceso a los medios de comunicación. Se deben dar otros pasos y forjar nuevas condiciones.
En primer lugar, se requiere resolver adecuadamente el conjunto de las candidaturas federales a jefe de gobierno, delegados y asambleístas en el DF y en las demás elecciones concurrentes, siguiendo el método de encuestas ahora acreditado, sujetándose todas y todos a las mismas reglas y sus resultados, para que emerjan candidatos del escrutinio público y no del reparto de cuotas entre corrientes y partidos. Se necesita, como nunca, de candidatos que aporten a la elección presidencial y que no sean un lastre en la campaña.
Es necesario un esfuerzo de integración real. Que todas las expresiones partidistas se sumen a la campaña, las que apoyaron a Marcelo Ebrard o en su momento a otros candidatos. Nadie puede quedar fuera. Sé, por experiencia propia, que esto difícilmente sucede, no sólo por la polarización alcanzada en el interior del PRD o la actitud antiperredista anidada en diversos sectores del movimiento, lo que ha conducido en elecciones anteriores a no apoyar a un candidato distinto al de la corriente o hacer el vacío a la campaña, e inclusive al voto diferenciado o al cambio de partido. Sin embargo, esta es una condición que rebasa el diferendo con los candidatos, es una condición para la competencia y la viabilidad futura de la izquierda, ante un adversario que no va a escatimar recursos ni práctica alguna para imponerse.
Pero el mayor reto es superar los linderos partidistas para sumar a amplios sectores del movimiento social a la causa electoral. La crítica tradicional nos ha señalado que las izquierdas llenamos las plazas, mas no las urnas. Ello tiene que ver con diversos factores, como falta de organización y una endeble estructura electoral, y la reproducción de las prácticas clientelares que antes se cuestionaban. El desafío es abrir la campaña, incluir a todos, incluso a aquellos en el PRD y otras expresiones de la sociedad con quienes hemos tenido disputas y diferendos profundos, pero especialmente en lograr que las múltiples expresiones de la sociedad organizada, harta de la profunda crisis de las instituciones y la ética pública, que engrosa las filas del abstencionismo, participen y acompañen una voluntad de cambio.
Se ha dado un importante primer paso de los muchos que deberán darse para reconstruir la mayoría y el triunfo despojado en 2006.
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