miércoles, noviembre 23, 2011

Con el camino despejado : Guillermo Fabela Quiñones



Con el camino despejado
Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes


 Con su rechazo a seguir en la contienda de su partido para seleccionar candidato, Manlio Fabio Beltrones le deja el camino libre al prospecto de la oligarquía y del salinismo, Enrique Peña Nieto. Así se confirman los pronósticos largamente anunciados, sobre lo que parecía un absurdo pero que ahora vemos como una realidad. El ex gobernador mexiquense se convierte ya en el abanderado del PRI (a menos que sucediera algún imponderable), para demostrar así el peso que sigue teniendo en el tricolor la corriente profascista encabezada por Carlos Salinas de Gortari.
En el desplegado que mandó Beltrones a los diarios, se puede leer entrelíneas la causa verdadera de su decisión. Dice reconocer que “en mi partido hay quienes tienen prisa y alegan la necesidad de la unidad para conservar privilegios o para garantizar sus intereses personales o de grupo”. ¿Quiénes son esos que “tienen prisa”? No pueden ser otros que los salinistas, cuyo futuro está en riesgo en caso de perder la elección en el 2012. Esos mismos que no buscan otra cosa que disfrutar del poder y seguir actuando con total impunidad en contra de la sociedad mayoritaria.
Ponen como argumento justificatorio la necesidad de preservar la unidad del partido, pero serían incapaces de proceder de manera consecuente si ellos no fueran quienes quedaran como el grupo beneficiado con la candidatura para contender por la Presidencia de la República. Esto lo sabe muy bien Beltrones, de ahí su decisión de renunciar a seguir en la contienda preelectoral, él sí para no poner en riesgo una unidad que a partir de este momento estará prendida de alfileres, porque no todos los priístas estarán dispuestos a prestarse a una jugarreta más del salinismo, cuya finalidad no es otra que salvaguardar sus intereses de grupo.


Afirma el senador sonorense no tener obsesiones personales, “y mucho menos abrigo conductas mezquinas. La decisión de no participar en la contienda interna no es un sacrificio, es mi aportación para la victoria del PRI en 2012”. Aquí sí se equivoca rotundamente, pues con su salida del proceso selectivo deja el camino despejado a quien más garantiza una derrota del partido tricolor, a menos que le apuesten, sus patrocinadores y Peña Nieto, a un fraude monumental, que de producirse pondría al país en un clima de ebullición social que iría en aumento. Por más prudente que fuera Andrés Manuel López Obrador, así como los dirigentes de los partidos que lo apoyan, no sería nada fácil calmar el justo enojo de la ciudadanía ante una burla más.
Ya vimos lo que ocurrió cuando un improvisado como político a la carrera quedó en la Presidencia. Aún estamos viviendo las terribles consecuencias de haberle dado el voto a Vicente Fox, dizque para castigar al PRI. De hecho nada cambió en la cúspide del poder oligárquico, y lo que sí se modificó fue para dañar mucho más al país de lo que lo habían hecho los tecnócratas del tricolor. Con Peña Nieto en Los Pinos sucedería algo similar, aun cuando detrás de él estén políticos con experiencia, como Emilio Chuayffet, pero que en realidad no representan más que a intereses del salinismo.
Es obvio que el ex gobernador mexiquense es un “político” hecho a la carrera, siempre a la sombra de los poderes fácticos del estado de México, quien deslumbró a Televisa por su capacidad de dispendio y su presencia, ideal para manejar en forma mediática como un producto de consumo masivo. Sin embargo, lo que el país requiere con urgencia es un estadista visionario, dispuesto a sacrificarlo todo por salvar a la nación de los desmanes de una clase política apátrida y corrupta, que a pesar de saber que su actuación es la principal culpable de los males de México, quiere seguir en el poder para, como reconoce, Beltrones, “conservar privilegios o para garantizar sus intereses personales o de grupo”.
Por eso han llevado de la mano al ex gobernador mexiquense, quien ha demostrado tener las condiciones necesarias para prestarse a todo lo que haga falta con tal de llegar a Los Pinos. No es fortuito que una de sus frases favoritas sea “tenemos que ser pragmáticos”. Está diciendo la verdad, aunque con ello patentice sus verdaderas intenciones, o sea favorecer a la oligarquía y a su grupo de interés, en aras de ese pragmatismo que en realidad debemos entender como total falta de escrúpulos, que es la principal cualidad de un “político” pragmático.
Está más que claro que este grupo está dispuesto a lo que sea con tal de relevar a otro pragmático en el poder presidencial. Ya han invertido muchos miles de millones en ello. Con todo, cabe esperar que impere la prudencia en algunos líderes de la oligarquía y logren entender lo peligroso que sería, incluso para ellos mismos, dejarse llevar por ese absurdo pragmatismo. ¿Acaso no están viendo cómo anda medio mundo, metido en gravísimos conflictos por el estúpido afán de minorías mezquinas que pretenden seguir saqueando la economía de sus pueblos? Ojalá recapaciten a tiempo y eviten males apocalípticos a los mexicanos.
(gmofavela2010@hotmail.com)

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