La lógica de las reformas estructurales y la
investigación científica
Asa Cristina Laurell
Hay una lógica subyacente en la secuencia de aprobación
de las reformas estructurales. La aprobación forzada y precipitada de la reforma
laboral por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional
(PAN) y el Verde en la Cámara de Diputados es el primer paso. Ahora el
argumento para minar y quitar a los trabajadores sus derechos constitucionales
del artículo 123 fue que se generarían más empleos, mientras se mantuvo la
antidemocracia sindical. La realidad es que se legaliza el trabajo precario y
con ello la ampliación del grupo de trabajadores que no cuenta con seguridad
social laboral.
Es de señalar que actualmente sólo 54 por ciento de los
trabajadores asalariados con derecho legal al Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) están inscritos en este instituto, a pesar de la inclusión en la
ley (artículo 15-A) de la obligación de las empresas de out-sourcing a
registrar a sus trabajadores en el Seguro Social.
El argumento es circular. Primero se hace más precario el
trabajo y pronto se nos dirá que es más justo que todos los
trabajadores tengan la misma seguridad social y, por tanto, hay que legislar la
seguridad social universal con los mismos derechos para todos. La
tercera reforma que sigue en esta lógica es la reforma fiscal con el argumento
de que hay que dar solvencia financiera a la seguridad social universal.
Esta reforma incluye generalizar el IVA a alimentos y medicamentos, cuyos
precios aumentan muy por arriba del índice de inflación, y un incremento de
varios puntos en la tasa del impuesto al valor agregado.
El eje ordenador de esta lógica es favorecer a los
empresarios, quitar derechos a los trabajadores y hacer pagar proporcionalmente
más a los que menos tienen.
La idea de la seguridad social universal suena
atractiva, pero hay que ponerle condiciones muy claras. La primera es que debe
ser progresiva y no regresiva. Para el seguro de salud, las pensiones y riesgos
de trabajo esto significa que nadie debe perder sus derechos y tiene que
fijarse un plazo, corto y explícito, de transición para incrementar los
derechos de todos al mismo nivel. Es inadmisible la tentativa de reducir los
derechos de todos a un paquete mínimo de servicios de salud, fijar una pensión
mínima y desaparecer las tablas de enfermedades del trabajo y la valuación de
incapacidades permanentes. Sin embargo, está a la vista que es lo que persiguen
las reformas.
Cabe añadir que estas reformas también tendrán un impacto
regresivo sobre la investigación. A excepción de algunas universidades, la
principal institución que realizaba esta función era el IMSS, cuyo presupuesto
en este rubro ha sido de altas y bajas inexplicables si se tratara de promover
la investigación. Incluso en 2008 y 2010 el presupuesto apenas alcanzó para
pagar salarios.
Esta reorientación de las actividades innovadoras de
investigación no es privativa de México y existe una amplia literatura al respecto.
Sujetar las instituciones públicas a la lógica del mercado significa dejar que
la iniciativa privada y las fundaciones filantrópicas fijen la agenda de
investigación, nacional e internacional. Es decir, quien tiene el dinero decide
qué se hace en función de sus agendas e intereses particulares.
La iniciativa privada –la industria farmacéutica, de
biotecnología y de tecnología médica– con intereses económicos gigantescos
financia a los investigadores que le conviene para tener evidencias de la
utilidad de sus productos. Las fundaciones, por su parte, tienden a favorecer
la investigación con resultados en el corto plazo para convencer a la sociedad
civil de su alta eficiencia frente a la supuesta ineficiencia del sector
público.
Este nuevo mando de la investigación ha sido un tema de
discusión acalorada en la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuya
directora, hasta ahora sin éxito, ha intentado constituir un organismo con
participación precisamente de la iniciativa privada y las fundaciones filantrópicas
para determinar la orientación y prioridades de las actividades de este
organismo (ver mi artículo el 2/6,2011). En este contexto es significativo que
el informe de 2012 de la OMS sobre la salud en el Mundo, tituladoSin
investigación no hay salud, subrepticiamente cambió al tema de Las
contribuciones de la investigación a la cobertura universal (ver plosmedicine.org).
Como se aprecia, los reformadores mexicanos
legislan la agenda impugnada en todo el mundo y cuyas repercusiones negativas
se extiende en círculos concéntricos.
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