Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
La corrupción en el gobierno federal calderonista, anda igual o peor que en la administración de la Ciudad de México, DF; o en entidades como Nuevo León y su capital con los Larrazábal; Sonora con Padrés, robándose el agua de Cajeme para favorecer a sus empresarios de Hermosillo; en Guerrero, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Chihuahua… Coahuila con los Moreira, etc. O el Estado de México que Peña dejó en ruinas financieras, con feminicidios al por mayor, impunidades como la de su tío y hoy apoyador Arturo Montiel, el homicidio de la niña Paulett, el misterioso fallecimiento de su esposa y que además apoye la privatización de Pemex y festine la ley electoral, porque gracias a ella –dijo– conoció a su actual pareja salida como una de las “estrellas” de Televisa.
Si hubiera un previo análisis de sus respectivos gobiernos entonces, Marcelo Peña y Enrique Ebrard (como políticamente los rebautizó Miguel Ángel Granados Chapa, en su penúltima Plaza pública, en Reforma: 13/X/11), serían marginados de cualquier postulación. En cambio, Peña es casi, por compra en efectivo del PRI, el candidato presidencial (y en la campaña sería derrotado, previa su exhibición en los debates, ya que cuando lo sacan del guión que memoriza es un hombre al agua y no sabe nadar). Y Marcelo, vuelto a matrimoniarse (tiene a su primera ex esposa con millonaria pensión y, además, la contrató como su representante en Washington con millonario sueldo; paga la rehabilitación de la segunda y, tuvo a la tercera cobrando más de 80 mil pesos mensuales, cuando estaba exiliada como ex embajadora para, tras su corto noviazgo, casarse con ella y llevarla de “Luna de miel” a Kuwait.
Ya regresó Marcelo. Y con su manager Manuel Camacho, sigue consumando la traición a López Obrador para apoderarse de la candidatura chuchista-perredista (con la complicidad de Jesús Ortega y Jesús Zambrano). Mientras la capital del país es víctima de su mal gobierno con Mondragón, Mancera, su secretario general, etc., porque nunca supo ni quiso coordinarse con los 16 delegados. Así, fuera del Centro Histórico, la Ciudad de México padece alcantarillas sin tapas (se acaba de ahogar un niño), basura en las calles y parques sin mantenimiento; colonias sin agua potable; y más de 400 obras al mismo tiempo.
Ni Peña ni Ebrard, por los resultados de sus malos gobiernos deberían ser ni precandidatos; pero, en el “mundo al revés” están los dos en la lista. Peña en el PRI con civilidad frente a su adversario Beltrones. En cambio Marcelo echa mano de traiciones (en política son comunes las puñaladas por la espalda) y sabotea las elecciones internas del PRD, para sacar de la jugada a los adeptos de AMLO. En la Ciudad de México, Ebrard es odiado y por eso las encuestas favorecen al PRI con Beatriz Paredes. Su mal gobierno, saqueo de los dineros públicos, sobornos para todos los trámites, falta total de mantenimiento en servicios (en cuyo descrédito están los delegados) y caos en el transporte colectivo y privado, hacen de Ebrard un mal gobernante, pésimo en administración y un politiquillo del montón.
cepedaneri@prodigy.net.mx
1 comentario:
Un gobierno progresista apoya el crecimeinto económico para mejorar las condiciones de los ciudadanos. Intégrate al proyecto de Marcelo Ebrard.
http://fundacionequipo.org/w/
Publicar un comentario