Los simuladores : Jorge Lara Rivera

Los simuladores
Jorge Lara Rivera Desde luego que la teleserie homónima no tiene la patente en el uso del calificativo. Así, “Vergüenza Legislativa Vs. Desvergüenza Clerical” podría titularse el nuevo episodio de la farsa que desde el hipócrita semanario del Episcopado “Desde la Fe” orquesta un clero católico envalentonado por la impunidad de que goza bajo los regímenes de Ejecutivos federales emanados del PAN. No obstante carecer de autoridad moral –ninguna– habida cuenta del historial delictivo (crímenes pasionales, narcolimosnas, irregulares donaciones con recursos públicos, fraudes de obispos a desprevenidos creyentes, despojos, paternidades negadas, abuso sexual y violaciones) que en nuestro país posee, hace cada vez más evidentes los perniciosos efectos prohijados en la era panista por la ineficiencia de Gobernación para cumplir y hacer cumplir la normatividad relativa a las asociaciones civiles y religiosas, con respecto a sus límites sobre tener injerencia en la política.
Y es que si bien los derechos políticos de los curas con el neoliberalismo les fueron restituidos en lo individual, no ocurre así con las colectividades, sociedades e instituciones del ramo, las cuales validas de arteros ardides, artimañas, triquiñuelas y añagazas de toda laya han venido participando en política ilegalmente.

Resulta que pese al vergonzante y abultado historial de bajezas, crímenes e infamias que la clerecía católica detenta su órgano oficial se atrevió recién en un artículo harto injurioso contra legisladores y partidos, a llenar de invectivas a los representantes populares, electos por el pueblo (algo que nunca han vivido al interior de la Iglesia Católica) y a su desempeño en el Congreso, cuando permanecen silenciados y sin esclarecerse las complicidades que por décadas mantuvo la jerarquía católica mexicana y el papado, amafiados con la red de pederastas y con el cinismo de Marcial Maciel y los millonarios Legionarios de Cristo. Esto sin hablar de la falta de restitución de los bienes a los estafados o la devolución de fondos públicos o turbios, ilegalmente recibidos en sus arcas. Todavía se ha atrevido el primado, ese pájaro de cuenta embarrado en los más turbios casos, dándose aires de apocalíptico a agitar el viejo pero rentable espantajo de la “crisis espiritual” y curándose en salud (“no porque algún sacerdote cometa mal comportamiento”, puede uno justificar su propia mala conducta) para desvergonzadamente escurrir el bulto que le toca al clero por el pésimo ejemplo que la Iglesia y sus jerarcas han venido dando a la feligresía, lo cual ha repercutido en el enrarecido clima de violencia que padece la sociedad.
No, si por histrionismo no paran, ni quedan a la saga de sus adláteres los panistas. Allí tiene a la hipócrita “Cocoaína”, hermana del ocupante de Los Pinos, haciéndose la santurrona en la publicidad encubierta de las histerias engarzadas en la televisora del Ajusco (como si su vida fuera tan edificante que alcanzara para 2 transmisiones) arropada en estudiadas nostalgias, invocando acedos catecismos y sin discriminar entre valores familiares y los que le son familiare$. Nomás basta ver la clase de tipos que la rodean para saber qué representa: Santiago Creel Miranda, el tartufo, y el depredador Ernesto Cordero Arroyo hablando de “programas sociales y apoyos a la gente” en los gobiernos panistas. Hasta Jesús Zambrano, el presidente del perredismo nacional, cercano a los “chuchineros” tan frecuentes en el PRD y aliado del régimen, ve difícil que el partido en el poder pueda mantenerse ni con los millones en recursos públicos que, ahora sí, el gobierno federal se dispone a emplear para conseguir que permanezca en el poder la plaga actual.