miércoles, noviembre 10, 2010

Guillermo Fabela Quiñones : La sinrazón de las palabras huecas

La sinrazón de las palabras huecas
Apuntes
Guillermo Fabela Quiñones

La demagogia nunca suplirá la voluntad expresada en hechos como medio para superar los problemas de la sociedad. Y lo primero es lo que abunda en el desgobierno de Felipe Calderón, mientras que resulta inexistente una real actitud solidaria con el país, como lo patentiza la dramática realidad que estamos viviendo los mexicanos en el cuarto año de una “administración”, donde lo más destacable es el afán revanchista del grupo en el poder, con el propósito de acabar de desmantelar un Estado que, pese a todo, sigue manteniendo a flote a una nación que sufre los embates no sólo del crimen organizado, sino de una burocracia dorada decidida a sacar el mayor provecho ahora que tiene los medios para lograrlo.
Si en algo se ha destacado Calderón es en el uso excesivo de palabras huecas, que chocan con la realidad y patentizan un absoluto desdén por la opinión pública. ¿Cuántas veces no hemos escuchado las palabras siguientes: “México enfrenta importantes desafíos, pero también ha demostrado que con unidad los mexicanos sabemos salir adelante y superar los problemas, entre ellos la inseguridad”? En efecto, incontables ocasiones en los más distintos foros, venga o no al caso. Esto puede explicarse en una absoluta falta de compromiso con la sociedad, y en la carencia de un proyecto de país acorde con los problemas y expectativas para resolverlos.
Luego de cuatro años de estar despachando en Los Pinos, Calderón sigue hablando de lo mismo que dijo al asumir una responsabilidad que es muy superior a sus posibilidades y atributos personales. No ha cumplido una sola de sus promesas de campaña y la situación deja ver que ya no lo podrá hacer, en primer lugar porque no le interesa ese aspecto de su tarea, y en segundo porque los problemas ya lo rebasaron, de ahí que cada vez sea más explícito su llamado a la unidad nacional, que no es otra cosa que una manera de hacer copartícipe a la sociedad de sus yerros, abusos y despropósitos.
Ahora le resulta una salida fácil decir que “es fundamental que sociedad y gobierno sigan trabajando juntos en la lucha contra el crimen organizado, en el fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas, así como en el mejoramiento de nuestros sistemas de procuración de justicia, y de principios y valores para una mejor convivencia social”, como lo afirmó el pasado lunes ante los obispos participantes en la 90 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano. ¿Cuándo ha tomado en cuenta a la sociedad para tomar decisiones que sirvan a los objetivos que menciona?
Evidentemente nunca. Ni lo ha hecho ni lo hará, porque finalmente encabeza un “gobierno” comprometido sólo con los intereses de una minoría muy selecta.
Tal realidad se refleja en su trato a los medios de comunicación. A los electrónicos, principalmente los que pertenecen a Televisa, les ha otorgado privilegios desmedidos, que rebasan lo hecho por sus predecesores, incluido el gobierno de Vicente Fox, que ya es mucho decir. Se ha caracterizado por tener un manejo discrecional de los recursos públicos, lo que en los hechos se ha traducido en un mecanismo nada oculto para castigar a los medios críticos, o que no son fácilmente manipulables, sobre todo entre la prensa escrita. Esto ha desembocado, en muchos casos, en una desafortunada autocensura que equivale a una real afectación a la libertad de prensa. Son muy escasos los diarios que pueden, como lo hace POR ESTO!, enfrentar tal situación y cumplir a plenitud su tarea informativa.
Así de nada sirve que se permita “criticar al Presidente, incluso en el exceso del escarnio o la burla”, como lo puntualizó al hablar en la 66 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Al hacer tal señalamiento, deja ver que mira su relación con los medios como lo hacían los mandatarios priístas de la etapa del partido único, es decir como una fórmula para otorgar premios y castigos a los periodistas de conformidad con su comportamiento. Dice Calderón que “es necesario informar sin hacer apología del crimen”, y argumenta que “no se trata de ninguna manera de ocultar los problemas, sino reflejar la realidad y poner en perspectiva los grandes esfuerzos que hacemos para solucionar nuestros problemas”.
Obviamente el enfoque es incorrecto, ya que la “apología del crimen” la hacen los propios hechos sangrientos, inocultables para la sociedad que los vive y sufre en carne propia. En última instancia, es el propio gobierno federal el que ha instaurado el clima apologético que se respira en el país, al haber hecho del combate al crimen organizado su único y principal proyecto de nación. ¿Cuáles grandes esfuerzos se pueden poner en perspectiva, “para solucionar nuestros problemas”, si los únicos que hay se refieren a la lucha contra el crimen organizado, con resultados cada vez más contraproducentes? ¿Cuándo ha escuchado las voces de la sociedad clamando por el regreso de los militares a sus cuarteles?

(gmofavela2010@hotmail.com

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