El porqué del desdén
Por Andrés Manuel López Beltrán
El día de ayer festejamos los cien años de la Revolución Mexicana, hecho que dio a nuestro pueblo la mayoría de las, hasta ahora escasas, conquistas en su favor.
Sin embargo, dicho festejo pasó de noche en la conciencia de los ciudadanos, y mucho más en la agenda pública del Gobierno usurpador. Esto, en contraste con los multimillonarios y onerosos festejos del bicentenario de la independencia, meses atrás.
Dicho desdén hacia los festejos del centenario de nuestra Revolución, no se deben a la casualidad, al olvido, a la situación económica, ni mucho menos al desconocimiento de la importancia de este hecho. El motivo de tan obvio desdén se encuentra fundado en un hecho mucho más importante, el cual pretendo analizar a continuación, en compañía de usted, amigo lector.
El Partido Acción Nacional (PAN), que actualmente detenta el poder, es un partido que podemos ubicar ideológicamente en la ultraderecha. Dicha caracterización surge precisamente de otra Revolución, la Francesa, donde en las asambleas, los diputados conservadores se sentaban a la derecha del presidente.
Por Andrés Manuel López Beltrán
El día de ayer festejamos los cien años de la Revolución Mexicana, hecho que dio a nuestro pueblo la mayoría de las, hasta ahora escasas, conquistas en su favor.
Sin embargo, dicho festejo pasó de noche en la conciencia de los ciudadanos, y mucho más en la agenda pública del Gobierno usurpador. Esto, en contraste con los multimillonarios y onerosos festejos del bicentenario de la independencia, meses atrás.
Dicho desdén hacia los festejos del centenario de nuestra Revolución, no se deben a la casualidad, al olvido, a la situación económica, ni mucho menos al desconocimiento de la importancia de este hecho. El motivo de tan obvio desdén se encuentra fundado en un hecho mucho más importante, el cual pretendo analizar a continuación, en compañía de usted, amigo lector.
El Partido Acción Nacional (PAN), que actualmente detenta el poder, es un partido que podemos ubicar ideológicamente en la ultraderecha. Dicha caracterización surge precisamente de otra Revolución, la Francesa, donde en las asambleas, los diputados conservadores se sentaban a la derecha del presidente.
Un partido de derecha es aquel que está relacionado ideológicamente con la conservación de un “status quo” o el estado de cosas. Es decir, la conservación de ciertas características de un régimen o gobierno, es por esto que se relaciona también el concepto de derecha con el ser conservador.
Pero en el caso del PAN, ¿qué es lo que se pretende conservar?
Es muy sencillo responder a esta interrogante, sin embargo para esto es necesario escarbar un poco en la historia, para ser más precisos, en la historia del PAN.
El PAN se fundó en el año de 1939 y tiene como un primer antecedente inmediato la guerra cristera de 1926, la cual surge debido a la respuesta de la Iglesia Católica a las políticas anticlericales planteadas en uno de los principales frutos de la Revolución Mexicana: la Constitución de 1917.
Dicho movimiento se vio acompañado de otra corriente conservadora, la cual pretendía suprimir de la Constitución de 1917 aquella parte que se refería a la Reforma Agraria y la repartición de los grandes latifundios y las tierras improductivas que poseía una minoría privilegiada por el régimen prerrevolucionario.
Ambos movimientos fueron derrotados y se vieron obligados a pactar una tregua. Esta decisión no fue bien vista por muchos de los integrantes de la lucha, por lo que muchos decidieron organizarse en diferentes frentes para seguir reclamando lo mismo.
Una de las principales organizaciones proveniente de esa escisión fue la Unión Nacional Sinarquista (UNS), la cual a su vez se forma de unas organizaciones clandestinas llamadas “Legiones”, que estaban en contra de la educación socialista.
La UNS, surgida en 1937, se caracteriza por estar contra la Revolución Mexicana, de Calles y de Cárdenas, de este último porque estaba afectando los intereses de esa minoría, con políticas como: la educación laica, la reforma agraria, los sindicatos y, sobre todo, la expropiación petrolera.
Cabe aquí recalcar que el PAN como evolución de la UNS surge con la misma ideología, sólo que éste es ya un partido plenamente regular y que no recurre a las prácticas fascistas de la UNS, que ya había caído en la radicalización, por lo que perdía fuerza.
El primer presidente del PAN también corresponde a los intereses antes señalados, ya que Manuel Gómez Morín era un banquero, empresario y abogado que tenía a su cargo los casos de empresas extranjeras y nacionales afectadas por las políticas de la Revolución.
El PAN surge, a su vez, del financiamiento del sector empresarial y los grupos oligárquicos de la época. Su principal fuente de ingresos lo constituía el Grupo Monterrey y el Banco de Londres y México, del cual fue presidente Gómez Morín antes de ser presidente del PAN. Aquí es importante mencionar la similitud con el origen del financiamiento de la UNS.
Es así como el PAN pasa a ser el vocero de las inconformidades de los grupos oligárquicos prerrevolucionarios y de los empresarios nacionales y extranjeros, como se puede ver en los principios doctrinarios que presentó en su fundación, sobre todo en su octava fracción, donde habla de su iniciativa y en su primera frase dice textual: “La iniciativa privada es la más viva fuente de mejoramiento social. El Estado debe promover su mejor y más ordenado desenvolvimiento y garantizarlo”.
Dado este pequeño esbozo de la historia de los orígenes del PAN, espero quede claro al lector el porqué del desdén a los festejos de la Revolución Mexicana.
Este hecho y otros más, como los intentos privatizadores de la educación, el petróleo, la energía eléctrica, la salud, entre otros, no son más que actos de congruencia (quizás la única que se le pueda reconocer) con la ideología de sus orígenes.
Sus orígenes antirrevolucionarios….
“¿México puede esperar algo de las derechas? La derecha mexicana, como la de todo el mundo, no es mano cordial; carece de la comprensión y la generosidad de que tanto necesita nuestro desdichado país.”
Daniel Cosío Villegas, La crisis de México.
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