Gilberto Balam Pereira
PRI aprobó gasolinazos panistas por tres años
No obstante, Peña Nieto tiene la desfachatez de creer que la tiene muy segura confiando en la avalancha de sus millones de dudosa procedencia. MoReNa lo hará volver a la realidad, lo pondrá en su lugar.
La reforma antilaboral propuesta por el ilegítimo FeCal y su partido, el PAN, defendida irracional y ridículamente, sobre todo inútilmente por el Secretario del Trabajo, fue motivo de la zarandeada que Fernández Noroña le propinó a éste en la Cámara, lo exhibió inmisericordemente ante la audiencia televisiva. Este inefable (sin poderse explicar) y esfumable Secretario salió del recinto revolcado y con la cola entre las patas.
No podía salir de otra manera, ante la oprobiosa reforma laboral panista que pretende sepultar a los trabajadores mexicanos.
Al menos hay unos 57 puntos fundamentales, básicos, de coincidencia entre las propuestas priísta y panista.
Es más. En el proceso de análisis de las propuestas, el PRI permitió al Consejo Empresarial meter mano en las resoluciones, pero privilegiando los viejos vicios de los liderazgos sindicales corruptos.
Un descuido fatal para estos enemigos de los trabajadores fue que no tomaron en cuenta a los sindicatos independientes y otras agrupaciones aguerridas de obreros y empleados. La resistencia de las bases laborales está presente y ha hecho valer su oposición, como buen sector de indignación.
La Comisión del Trabajo y Previsión Social enfrentó resistencia, a pesar de que los priístas estaban en mayoría en dicha Comisión, en número de 14, frente a nueve panistas y cuatro perredistas.
Y es que estaba prevaleciendo la exigencia de modificar los artículos 13 y 15 bis de la Ley Federal del Trabajo a fin de legalizar la actividad que realizan las llamadas “outsoureing” o tercerías de modo que terceras empresas tengan la libertad de subcontratar trabajadores a destajo y para tareas específicas, un verdadero sistema de atraco y discriminación laboral en cuanto a salarios y prestaciones.
También se pretende prolongar demasiado los tiempos de prueba a los trabajadores durante la fase de contratación, lo que atenta la seguridad del empleo.
Además, la iniciativa privada quiere limitar la justicia laboral, al acotar los salarios caídos de empleados despedidos injustamente a sólo 12 meses, en un sistema dictatorial de prolongar más allá de cinco años los juicios laborales, con tal de que la reinstalación del operario se lleve un período más de tres años.
Total. La iniciativa que el PRI propone es que los patrones traten en forma directa con los empleados las condiciones laborales, más allá de un contrato colectivo o un contrato en condiciones que beneficien al trabajador.
Por otra parte, el artículo 388, en la propuesta, elimina el derecho a la organización en estratos, lo que significaría la dilución de los sindicatos de pilotos, sobrecargos y empleados de “tierra”.
La reforma también introduciría argumentos adicionales a las Juntas de Conciliación y Arbitraje para declarar la inexistencia de huelgas.
Por supuesto que todos estos contenidos en la reforma priísta-panista es una afrenta a los derechos laborales y humanos.
Pero héteme aquí que a última hora, la CTM, la principal aliada de la Comisión de Trabajo, se echó para atrás temiendo desbandadas y movimientos de protesta en momentos críticos de la política nacional e internacional. ¡Cuidado con los indignados!
Con justa razón. Porque además, el escenario internacional de movilizaciones de indignados contra el neoliberalismo no puede descartar la participación de los trabajadores y sectores populares de México, porque la lucha de clases en el país ha sido permanente y continua aunque las fuerzas del poder oficial y la fuerza fáctica pretenden, también continuamente, desalentar, deslegitimar y desprestigiar los movimientos de los trabajadores, intelectuales, estudiantes, luchadores de género, campesinos, etc. que se dan aparentemente aislados.
Respuesta social a la reforma laboral priísta-panista.
Por el momento, como respuesta a las intenciones reformistas neoliberales a la Ley del Trabajo, más de 70 sindicatos y 36 organizaciones sociales entre los que se incluyen los electricistas, mineros, maestros, trabajadores de la industria automotriz y del transporte, acordaron formar un FRENTE AMPLIO, contra esa reforma priísta-panista que pretende, todavía más, afectar los derechos de los trabajadores y luchar por la recuperación salarial, por la educación pública y laica y la soberanía energética.
El Frente Amplio busca sumar a sus filas a los campesinos abatidos por el TLC, estudiantes, grupos de usuarios de servicios (inconformes con las tarifas de luz. teléfono, agua y predial), trabajadores informales y no organizados, para convocarlos a organizarse y movilizarse a partir del desfile del próximo 20 de noviembre. El objetivo: sumarse a la Asamblea Nacional de Mexicanos Indignados.
En el marco de la V Conferencia Sindical Nacional, tuvo lugar el Frente Amplio. impulsado por el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), en el que participaron representantes de organizaciones como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), las internacionales como la Central Sindical de las Américas (CSA), la Federación de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM) y del Centro de Solidaridad AFL-CIO.
Este Frente Amplio desarrollará campañas contra los ataques a la libertad sindical y contra la corrupción de alianzas de las autoridades laborales y los patrones. Se exigirá la abrogación de las leyes del ISSSTE y del IMSS que afectan las pensiones y la asistencia médica; se exigirá el aumento salarial de emergencia y la prohibición del trabajo infantil.
La mera verdad –digo– es que este tipo de noticias (POR ESTO! 01/11/2011, La República, pag. 12) nos fortalece el ánimo a veces tan decaído frente los atropellos a nuestro país secuestrado por una oligarquía macabrona y atroz.
Comentario aparte. La Cocoa (qué apodo tan pinchurriento)
Los mexicanos somos conscientes de que lo que menos disfrutamos es de democracia, y sí padecemos de inoperancia y corrupción de las instituciones electorales. Los mexicanos no salíamos de nuestro asombro al presenciar el sábado pasado en TV Azteca, a las 21 hrs., una entrevista de campaña electoral de más de 60 minutos. Se trató de la serie nocturna “Historias Engarzadas”.
La entrevista fue a la terriblemente inefable Cocoa Calderón, quien se dio vuelo en su campaña electoral televisiva. No sé si habrá otro ciudadano, además de este tecleador, que recuerde que cuando la tal Cocoa se enteró que vendrían los zapatistas a la tribuna del Congreso, ésta gritó histéricamente: “¡que vengan y aquí les rompo la madre!” (a los zapatistas). ¡Qué tal!
Si contáramos con instituciones electorales respetables, la pinche panista estaría ya fuera de la órbita electoral por violar las normas de la propaganda.
La tipa insistía e insistía en que “cuando Felipe Calderón recibió su constancia de presidente electo… etc. o “cuando tomó posesión como primer magistrado de la nación… etc., opté por apagar el aparato porque la bilis ya me había escurrido toda. Me pregunto: ¿quién debe poner orden en esta casa descuanjeringada de burla, cinismo y corruptela compartida ente los medios y el mal gobierno?
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