Política consanguínea
Francisco Luna Kan
Las elecciones de Michoacán revisten una singular importancia por cuanto es uno de los pocos estados que había logrado gobernar el PRD como una evidente demostración de la prevalencia del grupo político que giraba sus acciones alrededor de Cuauhtémoc Cárdenas y consecuentemente tenía el control del Ejecutivo estatal, varios de los principales municipios y el Congreso del estado.
En las campañas políticas de esa entidad la hermana del presidente Calderón, Luisa María, juega encabezando la lista como aspirante panista a la gubernatura. Detrás del nombre de ella se arropan los candidatos municipales del Estado para contender en las próximas elecciones, ya muy próximas a su realización.
La muerte del Alcalde panista, en funciones, de La Piedad, uno de los principales municipios de la entidad, junto con Uruapan y Morelia, tendrá repercusión en el proceso electoral.
Aunque, desde fuera, se observa el panorama político del Estado de Michoacán, que a partir de Lázaro Cárdenas Batel, ha sido gobernado por elementos perredistas que habían ganado tanto la gubernatura como la mayor parte de municipios; parece que la hegemonía cardenista sufrirá severo quebranto como consecuencia del desgaste político natural, después de varios años de ocupar muchas presidencias municipales, la mayoría del Congreso estatal y la titularidad del Gobierno local.
Lamentablemente para los michoacanos el régimen del presidente Calderón parece estar cayendo en las viejas prácticas del priísmo, como lo demuestra el hecho de que una hermana del Presidente de la República es la candidata al gobierno estatal. Aunque los derechos ciudadanos están a salvo de cualquier contingencia partidista en la participación electoral, no deja de ser censurable que un familiar cercano al titular del Ejecutivo Federal, sea ahora la candidata del partido en que militan ambos.
Tal situación tiene el antecedente de un hermano del presidente Manuel Ávila Camacho, cuando Maximino, su hermano, era Secretario de Comunicaciones. O como el caso de Coahuila, donde el actual Presidente Nacional del PRI deja el gobierno de ese Estado a su consanguíneo, después de un breve interinato establecido para guardar las formas y que la entrega del gobierno no fuera directa de un hermano a otro. ¡Qué caramba! existe rectitud para guardar las apariencias en una Democracia operante. La opinión que tengan los ciudadanos no importa gran cosa para el caso.
Como en el Estado de Coahuila se conoce el crecimiento desmedido del endeudamiento de la entidad que deja en entredicho al Presidente del PRI, en su calidad de dirigente de ese Partido, el aludido ha manifestado que todo el escándalo tiene como origen el proceso electoral de su estado natal en que obtuvo mayoría y se desempeña como gobernador un hermano suyo. Una jugada peculiar en el panorama político nacional.
Retomando el caso de Michoacán, las campañas políticas se imbrican con los sucesos originados en varios municipios de la entidad, por la actuación de personas ligadas al narcotráfico, de donde proceden los recursos económicos, con la finalidad de tener el control político de las poblaciones.
Las noticias internacionales nos enteran que el jefe de la banda mayor que opera con gente a sus órdenes, es la del “Chapo” Guzmán, que figura entre las 10 personas más ricas del mundo. Con todo lo que ocurre ahora, parece próxima la fecha en que esa persona, a través de algún prestanombre, controle la Presidencia de la República. Pobre del país nuestro
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