domingo, noviembre 13, 2011

La corrupción panista y los hermanos Larrazábal : Alvaro Cepeda Neri


Prólogo Político
Por Alvaro Cepeda Neri
La corrupción panista y los hermanos Larrazábal


Tras la investigación del ministerio público, Jonás Larrazábal Bretón, ha sido consignado por exigir sobornos a los concesionarios de casinos en Monterrey. Sumando a la delincuencia del narcotráfico y demás matones, la delincuencia panista en Nuevo León y los que contravienen las disposiciones penales y civiles, distribuidos en cargos federales y en otras entidades, pues no tardamos en saber que a medida que se hunda la embarcación con bandera, por un lado panista y por el otro con la figura de los piratas, las ratas huirán para alcanzar la playa, ahogándose algunas en el intento. El país padece la voracidad de los delincuentes incrustados en la burocracia de los poderes ejecutivos, judiciales y legislativos, donde se hartan de robos y abusos a sabiendas de que la impunidad es el santo y seña para escapar de los tribunales.

Ahora sabemos que Jonás, no el que bíblicamente –dicen– fue tragado por un pez gigantesco y dentro de su vientre, 72 horas entonó alabanzas a su Dios, para luego profetizar la destrucción de Nínive, etc., sino el Jonás oaxaqueño se fue radicar a Monterrey para, a la sombra de su hermano Fernando, hacerse rico cobrando sobornos, como la mafia narca. Uno de ellos por un millón de pesos, y el último (que sepamos) fue de 400 mil pesos. Con el pretexto de surtir con tlayudas, chocolate, nieve de rosas, etc., se apersonaba en los casinos que asaltaba con el título de hermano del presidente municipal de Monterrey y fue cogido con las manos en los quesillos que llevaba a los encargados de darle el dinero (y que le enviaba otro de sus hermanos que vive en la capital oaxaqueña).


Fernando Larrazábal Bretón terminó de tajo su carrera política, aunque se deslindó de la actividad de Jonás (pero ha dicho que lo visitará en la cárcel). Ambicionaba ser gobernador o senador por el PAN, pero al desobedecer la petición estatutaria de separarse del cargo mientras se desarrollaban las investigaciones, se puso la soga al cuello. Calderón ya lo tachó de su lista para senadores. El escándalo puso a uno tras las rejas (su abogado, pagado por los Larrazábal restantes, hace lo imposible por rebajarle la sanción penal y la civil) y truncó el ascenso del otro, tras haber sido con Fox (por recomendación de Creel) director del Capfce y tener a su cargo la construcción de la biblioteca Vasconcelos que se hundió por corrupción en los materiales.
No era la venta de tasajo lo que llevaba a Jonás a los casinos. Iba por la “comisión” para dejarlos funcionar, para quitarles la clausura o abrir otros centros tramitados ante la Secretaría de Gobernación donde despacharon Ramírez Acuña, Blake y Creel. Comprobaremos sobre el proceso de Jonás que la corrupción del PAN, en once años, ha superado la priísta y ahí se va con la perredista. Todos ellos no “hacen malos quesos”, saliendo de ahí no pocos millonarios a través del enriquecimiento ilícito. A Jonás no se lo comió un tiburón, sino que Jonás se tragó una ballena… llena de dinero, arrastrando a su hermano Fernando al fondo del mar de la corrupción, donde ahogará sus ambiciones políticas.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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