Destino fatal
Jesusa Cervantes
Un paso detrás de Juan Camilo Mouriño. Así estuvo siempre Francisco Blake Mora desde que ambos conocieron a Felipe Calderón Hinojosa, en agosto de 2000.
Los tres, Calderón, Blake y Mouriño, formaron parte de la LVIII Legislatura federal; cuando el actual titular del Ejecutivo Federal los conoció, hizo a un lado a su equipo compacto que por años lo había acompañado, entre ellos, a César Nava, Germán Martínez y Julio Castellanos.
Poco a poco, Calderón fue sumando a Mouriño y a Blake a su trabajo político. Al primero lo hizo coordinador nacional de su campaña y al segundo lo dejó a cargo del estado de Baja California.
Ahí, Blake Mora, desde tres años antes conformó el grupo político llamado “Los rojos”. A él pertenecían, por ejemplo, Héctor Osuna Millán –herencia de Vicente Fox en la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel)–, Cuauhtémoc Cardona, quien conoció a Calderón cuando éste fue dirigente nacional del PAN; Guadalupe Osuna Millán, quien pasó a ocupar la diputación cuando Blake Mora concluyó su periodo. Blake y Osuna Millán trabajaron juntos en el Ayuntamiento de Tijuana; el primero era regidor y el segundo, presidente municipal.
“Los Rojos”, grupo del que era líder Blake Mora, tenía a su antagónico dentro del PAN. Ese grupo lo encabezaban el exgobernador interino Alejandro González Alcocer y el diputado federal Francisco Vega. En la contienda por la candidatura del PAN al gobierno de Baja California, Calderón se inclinó por apoyar a “Los Rojos” con Osuna Millán como candidato. Osuna Millán ganó y Blake Mora pasó a ocupar la Secretaría de Gobierno.
Mientras esto ocurría en Baja California, Juan Camilo Mouriño se mantenía como jefe de la Oficina de la Presidencia; este cargo se lo ofreció primero Calderón a Blake pero éste prefirió irse a su estado a apoyar a Osuna Millán.
Antes de que Juan Camilo Mouriño llegara a la Secretaría de Gobernación, Calderón le ofreció el cargo a Blake; pero la oposición lo bloqueó y esa fue la causa por la que finalmente quedó el campechano.
Luego, cuando Eduardo Medina Mora fue removido como procurador general de la República, Calderón llamó a Blake, quien ya había aceptado el cargo pero de nuevo fue bloqueado su nombramiento, entre ellos, por Diego Fernández de Cevallos.
Finalmente, Blake llegó al a Secretaría de Gobernación en sustitución de Fernando Gómez Mont.
Mouriño y Blake crecieron al amparo de Felipe Calderón; quizá tuvieron suerte al coincidir con Calderón en la LVIII Legislatura y podría calificarse como un acierto político que se hubieran mantenido cerca del michoacano, pero también esta cercanía que los llevó en su momento a la Secretaría de Gobernación, la que los llevó a su destino fatal.
Blake siempre estuvo un paso atrás de Mouriño, los cargos que Balke despreciaba Moouriño los aprovechaba, pero al final, cuando Blake logró finalmente colocarse en el gobierno federal y aceptó lo que durante cuatro años le ofreció Felipe Calderón, lo que encontró fue la muerte y no un futuro promisorio. Igual que su compañero de bancada Juan Camilo Mouriño.
Finalmente, Calderón no sólo ha llevado a la muerte a 50 mil mexicanos, sino también a sus dos amigos y recientes hombres de confianza. A otros, a su equipo de siempre como Germán Martínez y César Nava también los ha llevado a la muerte, pero política.
Comentarios mjcervantes@proceso.com.mx
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