Comienza la encuestitis
Virginia González Melgarejo
No cabe duda que una encuesta nos puede dar una fotografía del momento en materia de preferencias o tendencias de la gente en el asunto que usted guste, las casas encuestadoras a petición de quien paga, pueden preguntar lo que usted justamente mande, hoy, a la encuesta política se le ha concedido un papel propagandístico del que antes carecía. Los resultados de las encuestas no eran usados con fines de propaganda, sino como un instrumento que le daba al candidato o partido político un panorama general de donde podría tener mayor o menor aceptación o preferencia.
Las cosas han cambiado de tal manera que ahora las encuestas son utilizadas como un medio de propaganda que pretende incidir directamente en la opinión de los ciudadanos, y la confiabilidad de ese instrumento también se ha puesto en duda.
Quisiera recordarle que allá en 2006, en donde todas las encuestas daban por ganador a Andrés Manuel López Obrador en la contienda por la presidencia de la República, luego hubo una casa encuestadora que de la noche a la mañana declaró que Calderón empataba a López Obrador, posteriormente dijo que había ventaja del michoacano; “haiga sido como haiga sido”, esa encuesta le dio la vuelta a la República, y las cadenas televisivas y medios impresos beneficiados por el foxismo no dejaron de transmitirla. Hoy, todos nosotros hemos padecido el desenlace de aquel episodio político, inmediatamente después de la usurpación, los directores de esa casa encuestadora GEA–ISSA fueron premiados, Jesús Reyes Heroles con la dirección de Pemex y Guillermo Valdés como director del CISEN, ¿coincidencia? ¿Qué meritos tenían unos encuestadores para tener esos cargos públicos? Fue muy obvio el uso manipulador que se les dio a las encuestas.
Del diseño de la muestra y de la zona de aplicación, depende mucho la tendencia que puede presentar una encuesta, no es lo mismo una encuesta telefónica que una encuesta de casa en casa, o una levantada en el municipio de Puebla en la zona centro o en Angelpolis que en la colonia antorchista, pero la encuestitis ha empezado, y en los meses venideros le aseguro que vamos a padecerlas. Ya circulan algunas que nos ponen como destino inexorable el regreso del PRI a Los Pinos, y ahora mismo nos mantiene en vilo la encuesta para tomar la decisión de quien será el candidato de las izquierdas.
Debemos ver pues las encuestas con cautela, no como una verdad absoluta, pues no lo son. Y por cierto ¿a usted alguna vez lo han encuestado?
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