viernes, julio 01, 2011

¿A quién le conviene el desprestigio del Ejército? : María Teresa Jardí


¿A quién le conviene el desprestigio del Ejército?

Por María Teresa Jardí

En mi colaboración de ayer quedó pendiente un tema que me parece importante destacar, es el hecho de que el nuevo secuestro de migrantes se haya realizado cerca de una base militar con total impunidad. Lo que también nos lleva a la evidencia de que quién sabe quiénes son “Los Zetas”, en realidad ni a cuáles instituciones, desarmadas todas en su estructura ética, responden en su criminal actuar.


El Ejército nacional fue sacado a la calle sin poner siquiera las reglas mínimas de funcionamiento en aras de cuidar su prestigio. Y de manera cada vez más recurrente se ha propiciado su desprestigio.


Sin embargo, hay lugares donde los habitantes exigen su presencia y comunidades que no quieren que se le retire del lugar.


Y eso, como es obvio, lleva a pensar que a alguien no le conviene que el Ejército nacional siga en la calle y menos aún que se haga un análisis serio respecto a su actuar. ¿Que ha cometido errores? Saltan a la vista. ¿Que tendría que reconocerlos y actuar en consecuencia? Sin duda, así es. ¿Que se necesitan reglas claras en aras de su actuar en la calle? Es obvio y de necesaria urgencia que las mismas se establezcan de manera clara...



Pero igual no cabe más que pensar que hay alguien que tiene el poder de golpear una y otra vez, impunemente, al Ejército constitucional. Y como también se sabe que no todo el Ejército está de acuerdo en seguir obedeciendo y a cambio recibir todo el desprestigio e incluso que otros muchos mandos no están de acuerdo en seguir limpiando al pueblo, es claro que la manera de callarlos es sumando más y más desprestigio sobre las espaldas de las fuerzas armadas.


Para desprestigiar a un Ejército constitucional, el que sea, donde sea, se necesita tener un poder que las mafias no gubernamentales no alcanzan a tener por más grandes que sean, por lo que podemos deducir que ese poder se encuentra dentro de las mafias que controlan, usurpando, el Poder Ejecutivo federal.


Y si a lo anterior se liga el hecho de que no hay secuestro en el que no aparezcan policías o ex policías, queda claro que es en ese sector donde se encuentra ese alguien con el poder de desprestigiar al único Ejército constitucional.


No son estos los únicos datos alarmantes. El fracaso del PAN como gobierno federal lleva ya casi doce años adentrando a México en una espiral canalla, a la que hoy se suma el querer promover el turismo ruso a nuestra apaleada república.


Es claro, salta a la vista, que ningún ruso común y corriente va a querer venir de vacaciones a un lugar donde se cortan —luego de pelarlas— las cabezas de la gente.


Pero no es un secreto —incluso en las novelas de moda se explicita— el nivel que han alcanzado las mafias rusas, entre otras cosas, en la trata de blancas que manejan en Europa.


Y como en Europa las sociedades se van organizando para enfrentar al sistema promotor de ésa y del resto de mafias que produce el capitalismo en el mundo, ¿qué mejor que promover ese turismo abriendo las puertas de América Latina, desde México, para esas organizaciones criminales?, debe pensar la derecha panista que acaba con el país.


El autor del desprestigio al Ejército nacional tiene nombre y apellido y en la cabeza de los cuerpos policiacos se ubica. Es diáfano.

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