miércoles, julio 13, 2011

Cursilada : Jorge Lara Rivera



Cursilada

Jorge Lara Rivera



Cursi, penosa cursilería. Sólo así puede calificarse el arrebato. Entre pretendida grandilocuencia, megalomanía, ridiculez y oportunismo queda la insólita declaración de “Patitas blancas”: “México no será el mismo después del triunfo de la Sub 17”. Cuánta orfandad de respeto a la Patria, cuánto reduccionismo amnésico neoliberal qué miseria de concepto de su papel pretender que un partido de fútbol es el nuevo parteaguas de la historia nacional, quererlo equiparar a las gloriosas gestas independentista y revolucionaria de México, a su defensa heroica –por el pueblo– del invasor y del explotador ¡nomás eso nos faltaba!


Logro encomiable el de los jóvenes integrantes del equipo tricolor que merece reconocimiento, pero sin exageraciones grotescas. ¡Por Dios, el jefe del Ejecutivo federal da pena ajena! ¿Cómo pierde así toda proporción?, ¿habló en él su vena aficionada en extremo a bebidas espirituosas? ¿O el calculado y convenenciero reduccionismo neoliberal que busca producir amnesia con su “Alianza por la Educación de Calidad”? Estas son las consecuencias: en su exaltación hace gala simple y tristemente de ignorancia, pues es sabido que en su categoría la Selección es ahora bicampeona, o sea que hace sólo unos pocos años ocurrió algo idéntico –de ahí surgieron figuras como Carlos Vela, Jonathan Dosantos, etc. Y el país es el mismo…o está peor y por culpa de la ineptitud del gobierno que encabeza precisamente el exageradito.



Lo prueba su hipocresía pues aunque se la pase alardeando de apego a la legalidad –él, que llegó a Los Pinos “haiga sido como haiga sido”–, pese a que mereció la condena del IFE por violar la Constitución que juró cumplir y hacer cumplir no respetando el periodo de silencio en las elecciones de julio de 2010, su régimen incurre de nuevo, contumaz, en esa violencia a la ley; atribuida ahora sólo a Francisco Blake Mora, su secretario de Gobernación, y subalternos de éste, por continuar transmitiendo los “spots” promocionales de la “obra” y “logros” realizados supuestamente “durante el gobierno del Presidente” en los 4 estados donde el domingo 3 de los corrientes se realizaron elecciones; irregularidad que también salpica al secretario de Salud, José A. Córdova V. quien apunta para candidato panista al gobierno de Guanajuato, lo que explica que a él no se le culpara. Tal doblez moral es la misma que puso en marcha el fiasco que resultó el “Programa Nacional de Transparencia y Combate a la Corrupción” destinado, supuestamente, a erradicar viciadas prácticas como el nepotismo, el amiguismo, el compadrazgo, el tráfico de influencias, el cohecho, etc., y allí tiene a Salvador Vega Casillas en la Secretaría de la Función Pública, impertérrito, consagrando la impunidad en el escándalo del desfalco a las finanzas del ISSSTE, airado públicamente por la bronca entre la Profra. Gordillo Morales, dirigente del sindicato magisterial y su otrora adláter, el ex director y ex candidato panista al gobierno de Veracruz, Miguel A. Yunes Linares que ella impuso allí por el acuerdo que celebró con la derecha para operar la elección de 2006; aquél sin atreverse a tocarlos ni con el pétalo de una flor, no obstante el punto de acuerdo de la Cámara de Diputados solicitando se realice una auditoría al periodo de ese funcionario. En el colmo, tan vergonzante titular de la Secretaría de la Función Pública se atreve a afirmar a priori que “no hay fundamentos para auditar de manera especial la gestión de Yunes Linares”, pese a casos concretos de 16 mil millones de pesos, y con respecto a la Lotería Nacional que sólo han encontrado “las desviaciones normales” (sic).


Y es que sólo en un país como el nuestro, donde el cinismo y la impunidad del poderoso tienen patente de corso, puede ocurrir que un caradura de la calaña de Santiago Creel Miranda (aquél que en el foxiato pontificaba sobre “los valores morales de la familia” y procreó una niña fuera de matrimonio, porque no se conformó con una sola, propia, a la cual sólo dio su apellido 4 años luego, porque fue descubierto, y se divorció cuando no cuajó su candidatura para casarse después con una “Aventurera”, acaso la más célebre, el mismo que, botarate, repartió concesiones a Televisa para hacer negocio con los juegos de azar un mes antes de irse de la Secretaría de Gobernación) siga haciendo prédica de “principios” y “ética” (igual que aquél tartufo barbaján prepotente, autosecuestrado, que hizo negocio con información privilegiada para ganar casos de cientos de millones al fisco y agenciarse terrenos en Punta Diamante). Hasta demandó de los otros aspirantes a la candidatura de su partido que se separen de sus cargos (él no pierde nada, sólo está de licencia). Ya se sabe que ni Ernesto Cordero ni Alonso Lujambio quieren soltar los privilegios de la ubre federal; corre mientras el plazo que se dio a sí mismo el esquirol Javier Lozano “para decidir con base en encuestas si será precandidato”. Panismo de siempre: maniobras, embustes, pura chapucería. Pero, ¡salirnos ahora con cursiladas!

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