Consensar o imponer
Susana Rappo
El gobierno del estado de Puebla, a través de la Secretaría de Infraestructura, anunció que será cuestión de días para que inicie la construcción del Libramiento Norte de la capital, pues la empresa española Obrascón, Huarte y Laín (OHL) superó 89 por ciento de la liberación del derecho de vía, por lo que ya no habría impedimento para que la obra inicie. Así lo informó este medio de comunicación, a través de la nota de Javier Puga Martínez, quién también registró el rechazo de los representantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua a dicha aseveración y a la posibilidad que la empresa Alter, contratada por OHL, para la adquisición del derecho de vía, haya comprado los predios necesarios para la construcción de la vialidad.
El derecho de vía es la franja de terreno donde se alojará la carretera, acorde a las reglas establecidas en la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, se supone que para iniciar una obra debería liberarse 100 por ciento, mediante acuerdo entre los propietarios o poseedores de los terrenos o propiedades por donde se construirá la obra; más aun en territorios donde la tenencia de la tierra es compleja.
Sería pertinente que el gobierno estatal transparentara dicha afirmación, ya que el trazo corre por un territorio donde están asentados diversos pueblos y comunidades, que no tienen información sobre las afectaciones reales y las transformaciones que dicha obra imprimirá a sus localidades. Si bien este es un proyecto nacional, que incluso trasciende las fronteras del país, los conflictos deberán asumirse en los territorios afectados. En este caso, los municipios involucrados son San Miguel Xoxtla, Santa María Coronango, San Juan Cuautlancingo, Puebla, Amozoc y Acajete. Los predios por los que deben atravesar son propiedad privada y ejidos, y por el momento no se ha especificado la composición de ese 89 por ciento, que ya tendría la disposición de vender sus lotes y/o que ya los hubiera vendido.
La construcción y operación del Libramiento Norte, concesionado por el gobierno estatal a la empresa Autovías Concesionadas OHL, S.A. de C., filial en México de OHL, tendrá una longitud de casi 35 kilómetros, estimándose alrededor de 67 mil 200.0 m2 (6.72 ha), como la superficie para la construcción de obras permanentes, con una inversión aproximada de 500 millones de pesos.
Si bien el proyecto es anterior al actual gobierno estatal, forma parte de una concepción más general del papel que Puebla debe jugar por su ubicación geográfica como nodo de enlace interregional, para lo cual el Programa Nacional de Infraestructura propuso la construcción y modernización de tramos carreteros con altas especificaciones para canalizar por ellos, el tráfico de largo itinerario, estructurando una red que interconecte a los corredores por medio de vías modernas.
El buen funcionamiento de este tipo de nodos, tiene, según afirmaciones gubernamentales, “un alto rendimiento en los costos–beneficios, ya que se esperan resultados a corto plazo, al construir los libramientos carreteros que requieren los Corredores Troncales, facilitando el paso por la Zona Metropolitana de la Ciudad de Puebla”.
Desde la lógica de la infraestructura vial, el libramiento tiene su justificación, en un área que por la expansión urbana e industrial se ha vuelto complicada para transitar; sin embargo, desde la vida de los pueblos y personas afectadas, se necesitaría lograr ciertos consensos que permitiera valorar otras alternativas, en lugar de imponer una visión asociada a los proyectos de integración regional e internacional, como el Plan Puebla Panamá y el ALCA, bajo la hegemonía de Estados Unidos, y que si bien han generado diversos niveles de oposición, siguen avanzando sobre los territorios y sus poblaciones.
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