Por Ricardo Monreal Avila
En enero del 2009, la investigadora, académica y articulista Denisse Dresser describió de forma magistral el capitalismo de cuates, compadres y cómplices que ha tenido México en las últimas dos décadas, desde que Miguel de la Madrid inició la política económica de privatizaciones indiscriminadas. Un capitalismo donde el combustible es la corrupción y el maridaje entre el poder político y el poder económico. Cito en extenso a la doctora Dresser, para pasar posteriormente a analizar un ejemplo representativo, el caso Mexicana-Grupo Posadas.
“Hoy México es un ejemplo clásico de lo que el Nobel de Economía Joseph Stiglitz denomina “crony capitalism”: el capitalismo de cuates, el capitalismo de cómplices, el capitalismo que no se basa en la competencia sino en su obstaculización.
“Ese andamiaje de privilegios, ‘posiciones dominantes’ y nudos sindicales en sectores cruciales -telecomunicaciones, servicios financieros, transporte, energía- que aprisiona a la economía y la vuelve ineficiente. Una mezcla de capitalismo de Estado y capitalismo oligárquico.
“Hoy, México -inmerso en la crisis- está aún lejos de acceder al capitalismo dinámico donde el Estado no protege privilegios, defiende cotos, elige ganadores y permite la perpetuación de un pequeño grupo de oligarcas con el poder para vetar reformas que los perjudican.
“Al capitalismo en el cual las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores, que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores. Para los ciudadanos.
“Hoy, México carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar su economía durante los últimos 20 años. Las reformas de los 80 y 90 entrañaron la privatización, la liberalización comercial.
“Pero esas reformas no produjeron una economía de mercado dinámica debido a la ausencia de una regulación gubernamental eficaz, capaz de crear mercados funcionales, competitivos.
“En vez de transparencia y reglas claras, prevaleció la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de las privatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos”.
La venta de Mexicana al Grupo Posadas es un caso típico de este capitalismo de cuates. El 20 de diciembre del año 2005, a un año de concluir su mandato, el gobierno de Vicente Fox oficializó que el Grupo Posadas, propiedad de Gastón Azcarraga Andrade, era el ganador de la licitación por la aerolínea Mexicana de Aviación; 94.5 por ciento de las acciones de esta aerolínea pasaron a ser propiedad del corporativo hotelero que administra la cadena de hoteles Fiesta Inn y Fiesta Americana.
La venta de Mexicana de Aviación se llevó a cabo mediante el supuesto pago de 165.5 millones de dólares. CINTRA S.A. de C.V. y el IPAB reconocieron al Grupo Posadas como el ganador indiscutible de la licitación y nuevo dueño de Mexicana de Aviación.
¿Quién es Gastón Azcárraga y por qué logró adquirir Mexicana de Aviación tan fácilmente y pagando tan poco por dicha empresa? Gastón Azcárraga ayudó a Fox económicamente durante la campaña presidencial de 2000. Siendo Fox candidato, vivió en el Hotel Fiesta Americana de la Ciudad de México, propiedad del empresario, quien recibió en pago en 2005, la empresa pública Mexicana de Aviación. Por si hubiera dudas, el empresario fue también uno de los patrocinadores de la Fundación Vamos México que dirigió en su momento la señora Marta Sahagún.
Aunado a esto, en su carácter de presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, fue promotor de la guerra sucia y defensor del controvertido resultado electoral del 2006.
Desde la adquisición de Mexicana de Aviación, Gastón Azcárraga, ha actuado sin ninguna prudencia empresarial, asumiendo riesgos excesivos, con la seguridad de que no lo van a dejar quebrar.
Por ejemplo, a tres a años de adquirir Mexicana de Aviación, para ser exactos, en junio de 2009, Bancomext le aprobó un crédito por 991.7 millones de pesos. El empréstito se dio justamente en el periodo de la contingencia del virus AH1N1 y se debía liquidar a 2 años.
Por otra parte, pretendió emitir bonos de deuda por un monto de 250 millones de dólares, cifra superior en 100 millones de dólares a lo que había costado la empresa 5 años antes.
Pero el colmo de esto es que dicha emisión de deuda se pretendió respaldar con el gobierno mexicano, a través del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext). Por lo que dicho movimiento no se trataba en realidad de emitir deuda, sino de un rescate disfrazado, que tarde o temprano sería cargado para su pago al pueblo de México.
Bancomext intentó encubrir el movimiento diciendo que no se trataba de un rescate, sino de una operación de fondeo que realizaría Mexicana y en la que Bancomext actuaría como garante o aval. Esto resultaba aún más indignante ya que era un absurdo que Bancomext actuara como aval de una empresa, que le debía al mismo banco y que no había liquidado ni el 10 por ciento de su deuda siendo que, de los 991 millones, Mexicana sólo había liquidado 70 millones.
El gobierno de Felipe Calderón decidió no rescatar al empresario foxista y dejó a su suerte a la compañía de aviación. Argumentó que el gobierno no estaba para más rescates y que Mexicana debía reestructurarse con sus propios recursos o, de plano, cerrar.
La verdad es que el actual gobierno desde un inicio consideró inviable la existencia de dos grandes compañías de aviación, Mexicana y Aeroméxico, y pugnó por la fusión de ambas. En concreto, por la venta de Mexicana a Aeroméxico, sólo que la Comisión Federal de Competencia desautorizó esta salida, ya que dicha compra crearía una empresa privada dominante y casi monopólica en la aviación mexicana. Decidió entonces dejar sólo al empresario foxista.
¿Quién resultó beneficiado con la salida de Mexicana? Si usted viaja frecuentemente en avión, sabe la respuesta. En efecto, Aeroméxico ha vivido su agosto a lo largo de un año, con incrementos de tarifas hasta de un 60% y la imposición de rutas, horarios y precios a los consumidores. El exbanquero Roberto Hernández, propietario mayoritario de Aeroméxico, cercano al PAN y al propio equipo presidencial, a quien apoyó en la contienda presidencial del 2006, es el nuevo capitalista cuate beneficiado. En otras palabras, se dejó morir a un empresario foxista para beneficiar a un empresario calderonista. Este es el tipo de “competencia” y de “capitalismo justo” que fomenta el actual gobierno.
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
Twitter: @ricardomonreala
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