El regalo de Peña Nieto al Papa
JESUSA CERVANTES
La Iglesia regresa por sus fueros. La articulación entre los hombres del poder y los poderosos jerarcas católicos en México no es nueva y hoy, ante unas elecciones federales en puerta, unos y otros se cobijan en la complicidad y la entrega de dádivas mutuas.
En el siglo XIX, Benito Juárez llevó a cabo las Leyes de Reforma, con las que se alcanzó a separación de Iglesia y Estado; desde entonces quedó de manifiesto que el clero no podía intervenir en asuntos educativos en el sector público ni intervenir en política.
“Al César lo que es del César (los asuntos de Estado) y a Dios lo que es de Dios (los asuntos de conciencia)”, como habría dicho Jesús de Nazaret a los fariseos.
Sin embargo, al poder arropó a Carlos Salinas de Gortari y, en pleno siglo XX, éste aplicó un freno a lo establecido por Juárez. Entre otras cosas, reconoció derechos políticos no activos al clero, otorgó personalidad jurídica a las asociaciones religiosas y creó la Ley de Asociaciones Religiosas para “limitar” la injerencia de la Iglesia en asuntos de Estado.
Hoy, en el siglo XXI, los priistas intentaron un retroceso mayor: abrogar en los hechos la Ley de Asociaciones Religiosas, permitir la injerencia de la Iglesia en la educación básica y la posibilidad de acceder a medios de comunicación a través de concesiones.
El regalo para la Iglesia católica fue promovido por el virtual candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, quien creyó que todos los diputados lo seguirían sin chistar. Por suerte, algunos dieron la batalla y lograron mantener sin variaciones la ley; sin embargo, no pudieron impedir el fraseo de permitir la libertad religiosa en “lo colectivo o individua.” Y “lo público o lo privado”.
De cierto, ambas frases abren la puerta a diversas interpretaciones por las cuales se pueden colar las diversas iglesias.
En realidad el regalo es para el papa Benedicto XVI, quien llegará a México en marzo próximo.
Es así que la jerarquía católica y Peña Nieto se reunieron y acordaron los cambios en la reforma religiosa: el clero recuperaría algunos de sus fueros en tanto que el exgobernador mexiquense tendría el apoyo de la Iglesia en su campaña presidencial del 2012.
Con objetivos distintos pero siempre unidos, PRI e Iglesia católica caminan juntos hacia el 2012.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
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