jueves, diciembre 29, 2011

Sólo nos falta una macrodevaluación : Guillermo Fabela Quiñones



Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Sólo nos falta una macrodevaluación



El riesgo de la inflación se cierne sobre el país, debido a la caída del peso, proceso que inició en agosto, mes en el que la eurozona comenzó a tener problemas inmanejables por la deuda de Grecia. La semana pasada rebasó los 14 pesos por dólar, con lo que se acumuló una depreciación de 18.84 por ciento. Por su lado, el Banco de México anunció que las reservas internacionales de divisas ascendieron a 140 mil 864 millones de dólares, un incremento de 27 mil 267 millones durante este año, o sea 27 por ciento más que las existentes en 2010.
Si de por sí, el año 2012 se presenta con más sombras que luces en materia económica, con la devaluación de nuestra moneda las cosas podrían complicarse aún más. En noviembre, el banco central puso en marcha el mecanismo de la subasta de dólares en casas de cambio y bancos, hasta completar 400 millones. Esta ocasión no lo ha hecho, quizá porque nada se resuelve con tal mecanismo, y en cambio se favorece la especulación. El ciudadano común sigue preguntándose para qué sirven las reservas internacionales, pues los problemas de la economía se presentan igual que si no las hubiera.
Sin embargo, los responsables de la política económica siguen diciendo que México avanza sin tropiezos, que los problemas de la crisis de la deuda en el mundo aquí no llegan. No les llegarán a ellos, que son la elite de la burocracia dorada, cuyo mundo ideal es absolutamente ajeno al de la mayoría de mexicanos. Pero al pueblo se lo están acabando, al continuar en caída libre el poder adquisitivo del salario, que en lo que va de los “gobiernos” panistas perdió casi 80 por ciento. Y aún con semejante fracaso, Felipe Calderón quiere dejarnos de herencia al que fuera uno de los “estrategas” de tan grave descalabro, quien no pierde oportunidad para adular a su jefe, al considerar que con eso es suficiente para llegar a la Presidencia.


Sólo que la terca realidad se interpone entre sus sueños y las esperanzas del pueblo. Seis años más de lo mismo acabarían con lo que nos queda de país. Si ahora somos la decimotercera economía del mundo, cuando hace diez años ocupábamos la décima posición, para el 2018 estaríamos, sin duda, al nivel de los países africanos más atrasados. Esto debería ser motivo de serias reflexiones para la clase empresarial y la oligarquía, pues obviamente tal retroceso redundaría en menores posibilidades para hacer buenos negocios y, en el mejor de los casos, pasarían a ser simples prestanombres de inversionistas extranjeros.
Esto lo debe vislumbrar Carlos Slim, por eso sus nuevas inversiones las hace fuera de México. Debe pensar que por lo pronto, mientras exista el riesgo de que la política económica siga atada al modelo neoliberal bajo la férula de Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales, lo mejor es poner distancia de por medio, y emigrar a países con más futuro, como Brasil, donde tiene planes para invertir 5 mil 555 millones de dólares tan sólo en el 2012, según información llegada de la nación carioca, cuyo ascenso en el concierto mundial se lo debe a un obrero metalúrgico que no estudio en Harvard.
Esto ejemplifica lo absurdo de suponer que, como nos lo quiere hacer creer Pedro Joaquín Coldwell, dirigente nacional del PRI, haber hecho estudios “en dos prestigiosas universidades extranjeras” garantiza que Enrique Peña Nieto sea un buen gobernante. Ahora Brasil es la sexta economía del mundo, por arriba de la Gran Bretaña, como lo acaba de puntualizar el Centro de Estudios Económicos y Empresariales (CEBR) con sede en Londres.
Vemos que los hechos dicen más que miles de “spots” en los medios electrónicos. Los hechos nos muestran un rotundo fracaso en materia económica, porque el “gobierno” de Calderón no mostró nunca un elemental interés en apuntalar el crecimiento real de México, sino en quedar bien con sus patrocinadores. Todo lo contrario de Inacio Lula da Silva, un patriota que antepuso los intereses de su país a los de una oligarquía apátrida.
Luego la elite se asombra de que México camine para atrás, acelerando la descomposición del tejido social. En vía de ejemplo, vale mencionar la criminal tragedia ocurrida la noche del 25 de diciembre en un centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos de la ciudad de Guadalajara. Cinco personas murieron intoxicadas, entre ellas un menor de edad, y 30 más resultaron afectadas por una “posible intoxicación química de la que se desconoce el origen”. Las autoridades jaliscienses informaron que se estudiarán científicamente las causas de la intoxicación masiva, pero en la Cruz Roja local informaron que los síntomas clínicos de las víctimas permiten suponer que haya sido por ingerir arsénico u algún otro veneno, como cianuro. Es importante conocer el trasfondo de este lamentable hecho, sin duda premeditado, para actuar conforme a derecho y se castigue a los responsables.

(guillermo.favela@hotmail.com)

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