viernes, diciembre 30, 2011
La maestra perversa fue a certificar la muerte de su benefactor ; Alvaro Cepeda Neri
La maestra perversa fue a certificar la muerte de su benefactor
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Traicionar y mudar de ideología, principios y convicciones en la politiquería, son santo y seña: “no es la veleta que gira sino el viento que la hace cambiar de dirección” (Denis Jeambar e Ives Roucaute: Sobre el arte de gobernar por medio de la negación, subtítulo del libro: Elogio de la traición).
Es la “maestra” Gordillo un ejemplo de ese acomodarse al oportunismo político. Salinas y Camacho, ahora separados; uno con Peña en el PRI antiguo; el otro con Ebrard, expulsaron al recién fallecido Carlos Jongitud Barrios (1922-2011), del caciquismo sindical, con las siglas del SNTE. Fue “líder” vitalicio de la fantasmagórica “Vanguardia Revolucionaria”, que se fue con él a la tumba. Salinas y Camacho, hartos de Jonguitud y para manejar mejor a los casi dos millones de profesores de primaria y secundaria, impusieron a Elba Esther.
Ahora que falleció Jonguitud, “maestra” graduada y doctorada en todas las perversidades conocidas, cínicamente se presentó al funeral. Nadie de los presentes la corrió del acto. Fruncieron el ceño, pero la dejaron acercarse al féretro… ¡para cerciorarse que Jonguitud realmente estaba muerto! Y no obstante que el cacique fue quien la puso en la antesala de la autocracia del SNTE para transitar del patriarcado al matriarcado, en cuanto Salinas-Camacho la elevaron a la cima del sindicalismo corrupto, que ella ha corrompido totalmente, se dedicó a hundirlo, desprestigiarlo y mantenerlo sufriendo en sus enfermedades.
En el SNTE, Elba Esther Gordillo Morales se adueñó de esa organización y ahora es la “líder vitalicia”, la Gadafi, de los maestros atrapados en ese corporativismo ex priísta, expanista y ahora capturados para su partido: el Panal. No tarda en ser echada del SNTE, no por los maestros, pero sí por las circunstancias poselectorales del 2012, aunque el ganador (que es de dudarse) sea su cómplice Peña. Y peor si gana el PRD-PT-Movimiento Ciudadano o el mismo PAN, al que ha traicionado.
Electoralmente ha sido una traidora para sacar beneficios efímeros. Su reinado ya está en la recta final. Pero le interesa dejar asegurada la “carrera” en la grilla de su hija y de su yerno (quien fue guardia de seguridad… ¡y ahora es nada menos que subsecretario de Educación!
A sus 70 años, representando 80 por tanta cirugía plástica (le apodan sus enemigos la abuelita del magisterio), fue al velorio de Jonguitud para certificar que su antecesor en el sindicalismo blanco, ya no será ni una sombra. Es curioso que la hayan dejado entrar y dar el pésame, cuando el potosino la odiaba. Su muerte política está cerca, aun cuando su cómplice Peña –dicen– gane la sucesión calderonista. Y es que como escribió la certera analista política: Soledad Loaeza: Del plato a la boca (La Jornada: 24/XI/11) o sea que de la urna al recuento Peña puede ser derrotado.
Mientras tanto, la “maestra” ya se subió a la cargada” peñista tras firmar contrato de que la respetarán y las posiciones que pidió: tres senadurías, 30 diputaciones federales y para ella, ¡al fin!, la secretaría de Educación, ya no Pública, porque Calderón, Lujambio y ella la privatizaron.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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