martes, septiembre 07, 2010

SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ : La esperanza

CARPETA
La esperanza

SERGIO CORTÉS SÁNCHEZ


La opinión y la confianza que la ciudadanía tiene en Andrés López Obrador es superior a la del Partido de la Revolución Democrática; entre los perredistas, dos de cada tres lo prefieren de candidato presidencial, y del total de ciudadanos de la República Mexicana, 27 por ciento estaría de acuerdo en que se postulara para la elección presidencial del año 2012; en respuesta inducida y en respuesta espontánea, López Obrador es el segundo mejor posesionado de los precandidatos, sólo superado por Enrique Peña Nieto, del PRI; los datos proceden de Consulta Mitofsky y corresponden al pasado mes de agosto (“Las preliminares rumbo al 2012”. versión electrónica en www.consulta.com.mx). Sin cargo público; sin empresarios exentos de carga fiscal que lo patrocinen, sin partido político, y considerado aun por Felipe Calderón como el principal problema de México, el tabasqueño es el enemigo a vencer por los panistas.


En el país, la identidad y la preferencia de los ciudadanos con el PRI es casi de dos a uno con relación al PAN, y de cuatro a uno con relación al PRD. Para siete de cada 10 priistas, su candidato a la presidencia es Enrique Peña Nieto, en tanto que uno de cada 10 mencionó a Beatriz Paredes. En respuesta inducida de voto, Peña Nieto tiene mayoría absoluta; en respuesta espontanea, registró 28 por ciento el pasado mes de agosto, 20 puntos por arriba de López Obrador y 24 por arriba de Santiago Creel, el mejor posesionado de los panistas. Para acortar la ventaja, los panistas tratarán de desviar las intenciones de voto del PRI hacia Marcelo Ebrard, cuyo perfil corresponde a una parte de los electores del PRI y a los intereses del grupo de los Chuchos, actuales dirigentes nacionales del PRD. La candidatura de Marcelo Ebrard es de mayor espectro político, y la suma de las opiniones favorables hacia él son mayores que las opiniones negativas, lo que hace rentable impulsar esa candidatura para restarle votos a López Obrador y a Enrique Peña Nieto.

En estos momentos, en el municipio de Puebla, 28 por ciento de los ciudadanos estaría dispuesto a votar por Andrés Manuel López Obrador; es poco comparado con 50 por ciento de los años 2004 y 2005, pero es cercano al 32 por ciento registrado en junio del año 2006, lo cual es mucho comparado con la división de partidos que lo apoyaron en aquella ocasión, la traición de la dirigencia nacional del PRD y el olvido estructural al que lo han condenado los medios masivos de comunicación. El principal medio de comunicación a través del cual los ciudadanos del municipio de Puebla se informan de política es la televisión (58 por ciento); en segundo término aparece la Internet (17 por ciento), y en tercer lugar, los impresos (11 por ciento); basta que el duopolio televiso satanice a López Obrador y lo excluya de su barra de noticieros para restarle importancia al movimiento por el encabezado. 17 por ciento de los ciudadanos de este municipio asocia al tabasqueño con atributos positivos, y un 32 por ciento lo asocia con atributos negativos; para Marcelo Ebrard, esos porcentajes fueron de 16 y 14, en tanto que para Enrique Peña Nieto fueron de 12 y 13, respectivamente.

En el municipio de Puebla, en intención de voto por partido –sin considerar candidaturas– el PRI y el PAN están empatados en 32 por ciento; la tercera posición le corresponde al PT, con 8 por ciento, y la cuarta al PRD, con 6.6 por ciento; los partidos Verde Ecologista, Convergencia y Panal registran en conjunto menos de 2 por ciento de la intención del voto. En respuesta inducida de voto por candidato, Enrique Peña tiene 32 por ciento, Andrés Manuel López Obrador, 21 por ciento, y Santiago Creel, 14 por ciento. Peña Nieto y López Obrador por arriba de sus partidos; Creel Miranda, muy por debajo del PAN. Casi la mitad de votos de Andrés Manuel proceden del PT; la mayoría de las intenciones de voto de Santiago Creel son del PAN, en tanto que el 60 por ciento de las intenciones de voto de Enrique Peña son del PRI y 40 por ciento son de ciudadanos ajenos a ese partido.

Del total de votos potenciales de Marcelo Ebrard, 38 por ciento son de ciudadanos que manifestaron una intención de voto a favor del PRI y 17 por ciento procede de ciudadanos que manifestaron una intención del voto favorable al PRD. Lo más probable es que Manuel Camacho negocie con el PAN impulsar la candidatura de Marcelo Ebrard bajó los auspicios de los Chuchos del PRD y quizá de Convergencia, de esta manera se dividirá las intenciones del voto en ese partido en dos candidaturas; colateralmente los priistas pueden tener una merma con más de un tercio de sus probables electores, sobre todo de aquellos más afines a la ideología del nacionalismo revolucionario. Así, los panistas pueden tener mayores probabilidades de refrendar la presidencia de la república. La ofensiva de la derecha clerical y neoliberal contra la UNAM se inscriben en este contexto, así como la instrumentación que de la UAP pretende hacer el PAN, que quiere para sí lo que desde hace 20 años ha sido del PRI: el servilismo y complicidad de sus rectores.

Los panistas son amorales comerciantes: hace cuatro años negociaron la presidencia de la república por un indulto; este año, permutaron la gubernatura y la presidencia del municipio de Puebla por otro perdón al gobernador. La gracia fue para ejecutivo estatal, los subalternos, que pongan sus barbas a remojar.

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