miércoles, septiembre 29, 2010

Alejandro Gertz Manero : La matanza como estrategia

La matanza como estrategia
Alejandro Gertz Manero


Se necesita poseer un grado superlativo de ignorancia, de ineptitud o de perversidad corrupta para creer que se puede medrar políticamente a mediano y a largo plazos con la confrontación social, con la violencia desmesurada y con cifras masivas de asesinatos y ejecuciones como una forma de legitimación o de posicionamiento mediático frente a cualquier crisis de legitimidad, de gobernabilidad o de popularidad política.
El apostar a la matanza como justificación al incumplimiento del deber, es olvidar la función primigenia de cualquier Estado y de sus poderes, la cual consiste en garantizar la vida, la integridad física y el patrimonio de los habitantes de cualquier nación; y quien provoca una guerra intestina o quien no la puede controlar o someter es absolutamente incapaz de realizar la tarea más importante que un gobierno puede tener encomendada en razón de su esencia constitucional y de su propia existencia.

La tragedia social en que nos ha hundido este gobierno se encuentra ubicada en las hipótesis antes señaladas, ya que ha sido totalmente incompetente para controlar la ola de muerte, de ejecuciones y de violencia que está sufriendo el país, y al pretender achacarla a una guerra entre pandillas de delincuentes ha confesado palmariamente su ineptitud e incapacidad para imponer el orden y la legalidad en todos los territorios donde hoy ya se han formado estructuras paralelas de poder, manejadas por criminales que imponen su hegemonía cobrando derechos de piso a comerciantes e industriales, secuestrando y extorsionando a la población, mientras se disputan a la niñez y a la juventud del país para someterlas a la leva criminal de las adicciones, que finalmente convertirá a cada víctima en un esclavo que vivirá por poco tiempo y siempre arrodillado ante sus explotadores y ante su propia desgracia personal, que necesariamente habrá de obligarlo a delinquir, robando, extorsionando o traficando, para así poder sufragar sus adicciones.
La siguiente muestra de la ineptitud abrumadora y la corrupción profunda que corroen a las instituciones del poder y a su política de seguridad y justicia, es el crecimiento constante e incontrolable de los índices delictivos del fuero común, en especial el robo y el despojo en todas sus acepciones, desde el asalto hasta los ilícitos patrimoniales más sofisticados, mediante los cuales las buenas conciencias de cuello blanco, lo mismo desmantelan el sistema de transporte aéreo que se reparten como buitres las concesiones y los grandes saqueos nacionales.
En todo este contexto es innegable que las detenciones de un puñado de delincuentes que organizan y operan la exportación de drogas hacia Estados Unidos, se han realizado fundamentalmente con el trabajo de inteligencia de las agencias gubernamentales estadounidenses, lo cual ha sido muy reconocido por ese gobierno, que al mismo tiempo también ha señalado críticamente la situación de violencia e inseguridad en que vive el país, lo cual ha sido expresado con toda claridad por la propia Secretaria de Estado, que ha hecho pública su preocupación por el gravísimo problema de seguridad nacional en México, que evidentemente está afectando a los Estados Unidos y a sus intereses.
Esta realidad es innegable, ya que en ningún momento el número de detenciones de narcotraficantes de cierta importancia ha reducido en nada la matanza, la violencia, el consumo de las drogas y la multiplicación de los delitos, y si se examinan las estadísticas que han sido publicadas recientemente, los niveles de violencia en el país se han incrementado en estos cuatro años en más de un 400%, y al paso que vamos, a fines de 2010 será del 500%.
Frente a esta situación, seguir apostando a las matanzas y a la multiplicación del gasto público inútil e ilegal, como otra clara evidencia del nivel de corrupción e ineptitud que hemos alcanzado, es una estrategia equivocada y perversa que evidentemente seguirá descalificando a este gobierno, tanto en territorio nacional como frente a las autoridades estadounidenses que tanto le preocupan, ya que la demagogia mediática que a diario se ejerce dejó de ser una dinámica positiva para irse convirtiendo en un multiplicador y en un acicate de la catástrofe política y social que cada día crece más y más, y que será extremadamente difícil revertir para quien tenga que enfrentar este desastre en el próximo sexenio.

Comentarios: editorial2003@terra.com.mx

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