miércoles, septiembre 15, 2010

Virginia González Melgarejo : Combatir la corrupción


Combatir la corrupción
Virginia González Melgarejo



El dispendio de recursos públicos que hace el gobierno federal resulta inadmisible. Los 3 mil millones de pesos que se ha propuesto gastar en la conmemoración del bicentenario resultan un insulto vil al pueblo de México, que tiene tantas necesidades insatisfechas, y mucho menos se justifica ese gasto para honrar la memoria de héroes como José María Morelos y Pavón, quien habló de la moderación entre la opulencia y la indigencia, cosa que este gobierno ni entiende. Es evidente que ni en Calderón ni en su incompetente gabinete existe la ética republicana, y son servidores públicos sin vocación de servicio, servidores que ocupan el cargo para servirse de él, para hacer negocios privados con recursos públicos al amparo del poder; a ninguno de ellos se les reconoce voluntad para servir al pueblo y a la nación.


En un régimen sin democracia real, y en el cual además impera la impunidad, se hace posible cualquier cantidad de actos de corrupción, fideicomisos oscuros a donde van a parar los subejercicios presupuestales; organismos y dependencias que no transparentan su gasto, y gastos obscenos como el que se erogará en un espectáculo multimedia que se presentará en Palacio Nacional los días patrios y que tendrá un costo cercano a los 124 millones de pesos, espectáculo de adjudicación directa a una compañía extranjera; pero si se quiere otro ejemplo de gasto absurdo y ofensivo, tenemos los 19 millones y medio de pesos pagados a Televisa por el lanzamiento del programa de actos conmemorativos del bicentenario, transmitido en el llamado “canal de las estrellas”; una burla más, es el monumento conmemorativo del bicentenario por el cual se pagaron más de 16 millones de pesos al ganador del proyecto y un millón y medio de pesos para un acto de colocación de la primera piedra del monumento, el cual, dicho sea de paso, no estará terminado sino hasta 2012, con un costo que se eleva día con día. Todo esto debe terminar, y podemos hacerlo.

Pero el derroche de la oligarquía no se puede cambiar en forma aislada. Ese cambio, como otros más, sólo puede hacerse si cambiamos el país, si se hace prevalecer el interés de las mayorías, de los trabajadores de la ciudad y el campo, de las clases medias, de todos los ofendidos por la rapacidad del régimen. La clase gobernante está obligada a respetar y servir a los ciudadanos; es la esencia del cambio democrático y de una nueva ética política, y eso es, justamente, lo que plantea en el apartado 4, “nueva política y combate a la corrupción”, el nuevo proyecto alternativo de nación que ha puesto Andrés Manuel López Obrador a la consideración del pueblo de México para su discusión y recibir todas las sugerencias y opiniones del pueblo.

El proyecto puede consultarse en la página del gobierno legítimo: www.gobiernolegitimo.org.mx; en el periódico Regeneración: www.regeneracion. mx, así como en el blog: http://consultaproyectodenacion.wordpress.com/

Discutir el proyecto es comenzar a construir, entre todos, el país que queremos.


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