Cuento puro, puro cuento
Jorge Lara Rivera
30 mil mexicanos muertos violentamente se apilan como obstáculo ante el llamado del Ejecutivo federal en el “Día del Turista” para “contar también lo bueno”, a “hablar bien” del país.
A menos que se pretenda que todos se hagan cómplices de la simulación, esa petición de narrar juntos la “felicidad nacional” entristece, pues las solas palabras no solucionarán los graves desafíos de la realidad mexicana. Y la verdad, poco tiene que ver en ello el amor al país de “los buenos mexicanos”.
Hacerlo sería casi como aceptar que, con apoyo en una encuesta de “Transparencia Nacional” –de la cual se desconoce la metodología empleada– un 77% de los millones de asegurados, porcentaje altísimo según jactancia del hablador Daniel Karam Toumeh (y excepto por el tiempo de espera, el maltrato a derechohabientes del personal y la falta de medicamentos), están ¡satisfechos! con los servicios del IMSS. Conoce Ud. alguien real, no una entelequia estadística, que lo corrobore. Ya parece. ¿Pues a quiénes le preguntaron?, ¿a los funcionarios, médicos, enfermeras, camilleros, administrativos, secretarias, choferes, empleados diversos del Seguro que reciben aguinaldos de 3 meses, estímulos de puntualidad y, a diferencia de los otros trabajadores del país, tienen aseguradas sus pensiones con el fondo de las aportaciones de todos los demás? Esos pudieran estar satisfechos, pero resulta que tampoco; o sea, “una patraña más del Bicentenario”.
Jorge Lara Rivera
30 mil mexicanos muertos violentamente se apilan como obstáculo ante el llamado del Ejecutivo federal en el “Día del Turista” para “contar también lo bueno”, a “hablar bien” del país.
A menos que se pretenda que todos se hagan cómplices de la simulación, esa petición de narrar juntos la “felicidad nacional” entristece, pues las solas palabras no solucionarán los graves desafíos de la realidad mexicana. Y la verdad, poco tiene que ver en ello el amor al país de “los buenos mexicanos”.
Hacerlo sería casi como aceptar que, con apoyo en una encuesta de “Transparencia Nacional” –de la cual se desconoce la metodología empleada– un 77% de los millones de asegurados, porcentaje altísimo según jactancia del hablador Daniel Karam Toumeh (y excepto por el tiempo de espera, el maltrato a derechohabientes del personal y la falta de medicamentos), están ¡satisfechos! con los servicios del IMSS. Conoce Ud. alguien real, no una entelequia estadística, que lo corrobore. Ya parece. ¿Pues a quiénes le preguntaron?, ¿a los funcionarios, médicos, enfermeras, camilleros, administrativos, secretarias, choferes, empleados diversos del Seguro que reciben aguinaldos de 3 meses, estímulos de puntualidad y, a diferencia de los otros trabajadores del país, tienen aseguradas sus pensiones con el fondo de las aportaciones de todos los demás? Esos pudieran estar satisfechos, pero resulta que tampoco; o sea, “una patraña más del Bicentenario”.
Creerse esas argucias sería igual a confiar en el mitotero pajarraco Juan Sandoval Íñiguez cuando se da golpes de pecho para descalificar a los demás, toda vez que, salta a la vista, es incapaz de la menor autocrítica, ni de admitir sus yerros, pues su ostentosa soberbia y prejuicio fanático ofenden al Creador.
(A propósito, mientras, Leonardo Valdés Zurita, consejero presidente del IFE, sigue sin decir esta boca es mía en este caso de pájaros de cuenta clericales que alientan el odio y la discriminación contra los integrantes de la comunidad de la diversidad sexual, pero también llaman a votar contra un partido determinado por impulsar reformas jurídicas necesarias para realizar la equidad ante la ley, como ordena la Constitución, violando flagrantemente las disposiciones del COFIPE)
Confiar así, sin más, sería portarse tan desprevenido e imprudente como para no cuestionar lo afirmado por Genaro García Luna, fabuloso Secretario de Seguridad Pública federal, innovador de la Aritmética, estadígrafo, y aspirante a director escénico (por su propensión a los montajes espectaculares con fines propagandísticos), sobre el parejo trato dado en el combate a la delincuencia a los distintos cárteles del narcotráfico.
Tanto equivale a esperar que Hacienda y Ernesto Cordero Arroyo tengan la sinceridad de transparentar el verdadero destino de los recursos incluidos en ese Presupuesto del Ejecutivo con menos inversión social y más gasto corriente en “Asesores” y “Otros gastos” presentado al Congreso.
Pero es que este cinismo ya parece epidemia. Así la expresión “Los ‘chuchos’ se ponen perros” que bien podría sonar redundante en Chiapas, no lo es para los demás a quienes, turbadoramente, indica cómo tras denostarlo hasta el exceso por criticar las infamantes alianzas con la derecha, ni tardos ni perezosos correligionarios suyos ya le toman la palabra a Andrés M. López O. quien desafió al grupo que usufructúa actualmente al PRD a “quitarse la máscara y afiliarse al PAN”. Por lo pronto sin el menor decoro, en el más sucio estilo de Demetrio Sodi de la Tijera, Minelia Álvarez quien llegó a senadora como candidata del partido del sol azteca, deserta sin sonrojo por su traición a la ideología social para pasarse con toda desvergüenza y cargo incluido para hacerle gordo el caldo al panismo, por “invitación” (compra, alquiler o soborno) del hipócrita Gustavo Madero, desvaído descendiente de aquel Franciso I., “Apóstol de la democracia” para unos y sólo otro señorito, según los agraristas.
De veras que, como dice el slogan paniconvergente, “no se trata de izquierdas ni de derechas” sino de llegar al precio.
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