miércoles, septiembre 15, 2010

Rogelio Ramírez de la O : Presupuesto y decadencia económica

Rogelio Ramírez de la O
Presupuesto y decadencia económica


Desde la segunda mitad de los noventa, cuando se sumó el costo del rescate de los banqueros, por la vía del Fobaproa, a la deuda pública, cualquier cálculo aritmético mostraba que dicha carga cancelaba la posibilidad de desarrollo, pues su costo forzaría al gobierno a no hacer la inversión física y social que se requería, tan sólo para mantener un crecimiento modesto.

Esta es la razón de fondo de las limitaciones presupuestales y a la larga de la pérdida de una parte del potencial de crecimiento. A ella se suman otras complicaciones que surgieron posteriormente, en especial el aumento irresponsable del aparato burocrático.

Por eso, lo que casi todos los presupuestos públicos han hecho desde entonces es sólo cumplir con la forma, pretendiendo delinear un cierta estrategia fiscal del gobierno. Pero en la realidad ni han marcado prioridades ni cambios importantes, pues ninguno de éstos ha sido posible con el gobierno atado a compromisos que ya hizo con los grupos de interés.


Y con el envejecimiento de la población y el aumento de sus gastos médicos, las finanzas públicas están cada vez más estranguladas por gastos que crecen a mucha mayor velocidad que los ingresos.

El proyecto de Presupuesto de 2011 es un paso más en esta inercia, tan sólo matizado por el hecho de que el gobierno trata de pintar la situación macroeconómica como positiva, cuando su estructura sigue carcomiéndose.

Este proyecto descansa en supuestos que en su gran mayoría se basan en buenos deseos, como los tendría cualquier mexicano. Sólo que no son útiles para una planeación realista.

Así es el deseo de que la economía de Estados Unidos crezca 2.8%, con lo cual se justifica esperar que México crezca 3.8% en 2011. En parte contradicción, la inflación en aquél país se mantendría baja, en 1.6%. Pero tan bajo porcentaje en realidad borda en deflación (si se toma en cuenta que ya incluye un alza significativa de precios agrícolas). Estar cerca de la deflación es en realidad un escenario de riesgo exacerbado para la actividad en México.

El proyecto del gobierno también supone que el servicio de la deuda pública no se salga de control. Pero con un crecimiento de 2.8% en Estados Unidos, mucho menor al que se esperaba, el riesgo es que la Reserva Federal haga más emisiones de dinero primario y que éstas acaben por desplomar la confianza.

Pero aun el 2.8% no reducirá el alto desempleo, lo que complica todo en México, desde exportaciones hasta remesas, turismo y empleo. De ahí que el crecimiento supuesto en el ingreso federal tributario de 7.3% es otro buen deseo.

Luego está el supuesto de que el precio del petróleo se mantenga alto, en 63 dólares, y de que la plataforma de exportación lo haga en 2.550 millones de barriles diarios.

No es que otros supuestos diferentes resultarían más certeros, sino que ni el proyecto ni el discurso oficial reconocen lo grave de la situación externa y el deterioro en la estructura productiva nacional.

Las cifras del proyecto para el periodo 2004-10 muestran que el PIB creció un raquítico 2.1% anual. Pero contando desde 2001, el inicio de las administraciones panistas, en realidad sólo fue 1.7%, lo que significa cero crecimiento del ingreso per cápita.

Es incomprensible cómo así quiere el gobierno que los mexicanos paguen más impuestos, cuando su ingreso se ha estancado y sus oportunidades de mejorar se han cancelado cuando menos por otra generación. Nada pueden hacer los diputados y senadores con este proyecto, excepto pretender estar en debates que a la larga no resolverán ni aportarán nada nuevo.

rograo@gmail.com

Analista económico

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