Cómo sobrevivir al neoliberalismo
Por Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Ante la posibilidad de que la izquierda llegara unida a las elecciones federales del año 2012, el grupo en el poder se alista para tratar de evitarlo, sin parar mientes en que de lograr tan nefasto objetivo estaría cancelando la última oportunidad para recomponer al país por la vía pacífica. Como están las cosas hoy, la única opción para desactivar la violencia social latente en el territorio nacional, es una descompresión que permita reorganizar las instituciones con miras a favorecer un clima de paz y de esperanzas en un futuro menos complicado para la gran mayoría. La izquierda unida sería la única fuerza capaz de alcanzar ese objetivo, pero los costos para la oligarquía serían muchos, según sus proyecciones, pues perdería el liderazgo que mantiene desde hace casi tres décadas.
La fracción del PRD conocida como “Los Chuchos”, es el medio que tiene más a su alcance la oligarquía para lograr ese objetivo estratégico, y así asegurar la permanencia de su proyecto antidemocrático, cuando menos otro sexenio más. A ello obedece el interés de algunos personajes clave en dialogar con Jesús Ortega Martínez, como el embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, quien posee información bien fundamentada de que López Obrador está de regreso y con grandes posibilidades, no sólo de ser el abanderado de la izquierda unida, sino de obtener un triunfo inobjetable en los comicios del 2012.
Por Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes
Ante la posibilidad de que la izquierda llegara unida a las elecciones federales del año 2012, el grupo en el poder se alista para tratar de evitarlo, sin parar mientes en que de lograr tan nefasto objetivo estaría cancelando la última oportunidad para recomponer al país por la vía pacífica. Como están las cosas hoy, la única opción para desactivar la violencia social latente en el territorio nacional, es una descompresión que permita reorganizar las instituciones con miras a favorecer un clima de paz y de esperanzas en un futuro menos complicado para la gran mayoría. La izquierda unida sería la única fuerza capaz de alcanzar ese objetivo, pero los costos para la oligarquía serían muchos, según sus proyecciones, pues perdería el liderazgo que mantiene desde hace casi tres décadas.
La fracción del PRD conocida como “Los Chuchos”, es el medio que tiene más a su alcance la oligarquía para lograr ese objetivo estratégico, y así asegurar la permanencia de su proyecto antidemocrático, cuando menos otro sexenio más. A ello obedece el interés de algunos personajes clave en dialogar con Jesús Ortega Martínez, como el embajador de Estados Unidos, Carlos Pascual, quien posee información bien fundamentada de que López Obrador está de regreso y con grandes posibilidades, no sólo de ser el abanderado de la izquierda unida, sino de obtener un triunfo inobjetable en los comicios del 2012.
Las condiciones sociales y económicas del país favorecen una correlación de fuerzas políticas encabezadas por el único líder carismático con fuerte arraigo entre las clases mayoritarias. Es el costo que tendrá que pagar la oligarquía por tantos años de abusos en contra de las clases populares. La firmeza con la que López Obrador ha soportado los embates de una minoría que reclama para sí todos los recursos y riqueza nacionales, lo ha hecho merecedor de la confianza de los más afectados por la estrategia económica neoliberal, más de setenta millones de mexicanos que sufren las calamidades de una pobreza estructural que cada día que pasa se hace más dramática. De ahí la preocupación de la oligarquía, al ver que nada ha podido vencer la resistencia de López Obrador.
En este marco de referencia, a Ortega y compañía no les queda otra alternativa que actuar con sentido común, tratar de ser congruentes y tener visión estratégica, para no cometer el error de sabotear a López Obrador y así prestar un valiosísimo servicio a la oligarquía. Es preciso que entiendan la importancia histórica de que la encrucijada en la que se encuentra el país, se resuelva positivamente. La izquierda unida es la única posibilidad que tiene la nación para abrir cauces a una vida democrática, como conviene ante los riesgos evidentes de una revolución social de alcances impredecibles.
Los millones de pobres y marginados de México, difícilmente podrían resistir sin protestar otro sexenio más de abusos de una oligarquía insaciable. La olla de presión que es en este momento la nación mexicana, por culpa de esa minoría voraz, requiere de escapes que permitan aligerar una presión que amenaza estallar con violencia inusitada. Casi tres décadas de reinado de un puñado de plutócratas, han equivalido a un siglo de dictadura como la que vivieron los mexicanos de hace una centuria. No es una exageración tal comentario, si observamos las enormes desigualdades que caracterizan al México del siglo veintiuno. Y más aún si nos percatamos de la extraordinaria insensibilidad social de esa minoría que disfruta de riquezas y privilegios increíbles.
Para dentro de dos años, los problemas de hoy se habrán magnificado a extremos muy graves, por causas muy concretas, como la firme descomposición del tejido social como consecuencia de factores estructurales distorsionados. El crimen organizado tendrá una influencia social cada vez mayor, el aparato productivo será incapaz de ofrecer empleo a millones que lo exigirán, la migración dejará de ser una vía de escape de millones de desempleados que aquí no encontrarán respuesta a sus demandas. De ahí la urgencia de que el Estado mexicano recupere su viabilidad, para evitar que lo rebasen los acontecimientos desfavorables, cada vez más recurrentes.
Por eso es tan importante que “Los Chuchos” piensen con la cabeza y no con el bolsillo, y se den cuenta que ganarán más, a mediano y largo plazos, siendo congruentes y patriotas, que los beneficios que pudieran obtener en el corto plazo, por más atractivos que pudieran aparecer a primera vista. Su contribución al proceso histórico del país es fundamental en esta hora tan cargada de acechanzas. Como aliados vergonzantes de la oligarquía no tendrían futuro, por los cambios tan bruscos que tendría el país, en los cuales quedarían claramente marcados, mientras que como cuadros políticos del pueblo tendrían amplias posibilidades de seguir contribuyendo a la conformación del nuevo país que debemos consolidar los mexicanos para sobrevivir al neoliberalismo.
(gmofavela2010@hotmail.com)
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