viernes, julio 23, 2010

FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA : El caso de Irineo Mújica destapa una serie de vicios institucionales

CUITLATLÁN
El caso de Irineo Mújica destapa una serie de vicios institucionales

FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA


El caso del colega Irineo Mújica Arzate, quien mantiene una huelga de hambre frente el Instituto Nacional de Migración (INM) es una muestra clara de la indolencia y frivolidad que priva en el INM y en general en el gobierno federal panista. Pero sobre todo exhibe, una vez más, que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) y la Comisión de Derechos Humanos del Congreso local no sirven para nada.

Un incidente que debía haberse resuelto pronto ha servido para poner de manifiesto la falta de legalidad y respeto a la vida que priva en el INM; la actuación irregular de la Policía Municipal de Puebla y que en el estado no existen instancias efectivas de protección de los derechos humanos.

Para documentar lo anterior, el caso se puede analizar desde cuatro ángulos:

1. Irineo Mújica es un fotoperiodista que labora como freelance que se ha especializado en el tema de los migrantes centroamericanos que cruzan el país para intentar llegar a Estados Unidos y que en México son asaltados, violados, maltratados por el crimen organizado y por las autoridades de los tres niveles de gobierno. Sus trabajos han aparecido en varios medios de comunicación, como La Jornada, Reforma y Proceso. Es decir, no es un desconocido.

Él venía en un tren, y en Soltepec le tocó presenciar –según ha denunciado– un operativo del INM contra indocumentados. Como parte de la agresión con que se conducen los agentes migratorios, él fue golpeado, perdió su equipo fotográfico y dinero. Como reclamó sus pertenencias y no se las entregaron, decidió el sábado, un día después de la agresión, iniciar una huelga de hambre en frente de la estación migratoria de Puebla.

Lo acontecido con Irineo Mújica muestra la falta de profesionalismo del personal del INM, que se supone no tiene porqué agredir a los ciudadanos mexicanos en sus operativos, pues todos los que nacimos en el país tenemos las garantías de libre tránsito y de libertad de expresión. Por tanto, los agentes migratorios no tendrían que impedir que un periodista los quisiera fotografiar.

Queda claro que agredieron a Mújica Arzate para que no documentara el trato inhumano, salvaje que los agentes migratorios dan a los ciudadanos centroamericanos. El gobierno de Felipe Calderón se rasga las vestiduras cuando ocurre un incidente con un connacional en la frontera, pero no ha hecho nada para frenar los abusos contra los indocumentados que transitan por territorio nacional.

2. La actitud de la delegada del INM en Puebla, Rocío Sánchez de la Vega Escalante, es de indolencia, frivolidad y una falta de respeto por la vida.

Esta funcionaria, en lugar de investigar y sancionar a los responsables de la agresión contra Irineo Mújica, ha decidido hacer mutis. No abre la boca ni ha hablado con el afectado. Ni mucho menos se preocupa por la salud del quejoso.

La colega Kara Castillo, del diario Puntual, “la entrevistó este viernes a la funcionaria y ésta asumió una actitud de que no pasó nada, que los agentes del INM se portaron como caballeros y lo invitaron a bajar del tren. Que no lo agredieron, sino que fue el fotoperiodista quien actuó violentamente. Y además, no le consta que Irineo Mújica es periodista.

Esas respuestas denotan un desprecio por la gente. Para empezar, si actuara con responsabilidad y sentido común, preguntaría en medios de comunicación, como La Jornada, si conocen el trabajo de Irineo Mújica. Y aunque no fuera periodista, los agentes del INM no tenían por qué agredirlo.

Yo me pregunto: ¿si con un periodista mexicano ocurre ese tipo de violencia, entonces cuál es el grado de agresividad de los agentes del INM contra indocumentados centroamericanos o de otra parte del mundo?. Esta pregunta me recuerda un comentario que una vez me hizo un salvadoreño: “Es preferible que lo asalten a uno que toparse con la Policía mexicana, porque ésta te roba, te tortura, te detiene y te ofende”.

3. Irineo Mújica se encadenó de un poste afuera de la estación del INM para protestar y ahí fue detenido por la Policía Municipal, que lo llevó a un juzgado calificador en donde se determinó que no había delito que perseguir.

La Constitución nos otorga a todos los mexicanos el derecho de protestar en la vía pública. Los agentes policiacos de Puebla no tenían por que detener al fotoperiodista. No había delito que sancionar.

En lugar de que las autoridades locales de Puebla investiguen la agresión contra el colega, se acabaron sumando a la violencia que ha sufrido. Y ahora es necesario preguntarse: ¿quién llamó a la policía y le pidió que detuviera a Irineo Mújica?

Todo hace suponer que la intervención policiaca se habría dado por petición del INM. Eso quiere decir que la delegación del instituto no sabe cómo resolver un conflicto por medio del dialogo, de la investigación y de buscar resarcir el daño provocado al periodista.

Tiene que recurrir a la violencia para atender un caso que ha minimizado.

4. Como siempre, en casos de violaciones a los derechos humanos, los últimos en llegar son los integrantes de la CDH que dirige Marcia Bullen Navarro.

Desde el sábado empezó a circular en portales de internet lo ocurrido con Mújica Arzate, y fue hasta el lunes en la tarde cuando hicieron su flamante aparición los visitadores de la CDH. De sobra es conocido que la CDH no sirve para nada.

Que es lo único que queda pedir acerca de la comisión, que ojalá en el próximo sexenio la desaparezcan o la reformen.

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