viernes, marzo 26, 2010

Gilberto Balam Pereira : Mientras nos rasgamos las vestiduras

Soberanía comprometida hace años

Gilberto Balam Pereira
Mientras nos rasgamos las vestiduras


Desde el 20 de enero de 2009 Obama se propuso empujar a Fecal para que sustituyera la acción del Ejército Mexicano en la lucha contra el narcotráfico por operativos de inteligencia coordinados por el Departamento de Defensa de los EU. Este Departamento hace más de nueve meses reforzó sus asesorías a las fuerzas federales mexicanas con la anuencia del gobierno actual. Ha ampliado los esfuerzos para entrenar a militares y agentes civiles en operaciones muy parecidas a las que aquel país ha llevado a cabo en Afganistán y en Irak, a fin de reemplazar la fallida estrategia fecalista y facilitar el repliegue del Ejército Mexicano de los lugares más críticos.

Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Obama, declaró el martes 17 del presente, en una entrevista con la cadena de televisión MSNBC: “para nada ha ayudado el envío del Ejército Mexicano por el presidente Calderón para combatir el narcotráfico, esta acción ha sido insustancial y deficiente”.
Por supuesto que el Secretario de Gobernación desautorizó al día siguiente los enunciados de Napolitano aduciendo “fallas de traducción”. Pero el daño de esta funcionaria ya estaba hecho.
Una semana después, el Departamento de Estado anunciaba la llegada de Hillary Clinton a la capital mexicana acompañada de una delegación de alto nivel a fin de evaluar la Iniciativa Mérida.
El sabía demasiado. Desde el jueves 11, tres días antes de que se produjera el asesinato de tres personajes vinculados con el Consulado de EU en Ciudad Juárez, el embajador norteamericano Carlos Pascual sostuvo una reunión con los senadores mexicanos en la que les entregó un documento preventivo en el que se señalaba que “el esquema de relación bilateral estaba ya agotado y que eran inminentes los tiempos de mayor violencia fronteriza, lo que representaba una amenaza para la seguridad interna del país”.
Los senadores se sorprendieron de la visión del diplomático. “Sabe demasiado, más que nosotros, está bien informado y es muy inteligente”, comentaron entre sí los legisladores.
¡Ah qué nuestros senadores!, me digo.
“Sabe que el problema de México –continuaron- es que tiene a un presidente gris, que no tiene fuerza ni liderazgo para imponer políticas públicas que den tranquilidad a Estados Unidos”.
La presencia de los evaluadores norteamericanos era evidentemente de carácter militar, aunque había también integrantes de servicios de inteligencia entre ellos.
El objetivo de la misión es estructurar un nuevo enfoque para la estrategia contra el narcotráfico en el país.
Los visitantes no dejan de plantear que urgen resultados positivos porque la percepción general, tanto de los mexicanos como de los estadunidenses es que “se está perdiendo la batalla”.
Pero lo novedoso del caso es que esta visita estaba pactada desde hace mucho tiempo, con la anuencia y los condicionantes aceptados por el gobierno ilegítimo de Calderón, lo que ha creado más tensión en el país entre las fuerzas progresistas, que rechazan la descarada intromisión gringa que viola la soberanía nacional. Dicha intromisión lleva tiempo de permanecer entre nosotros. La DEA, desde antes de enero de 2006 contaba oficialmente con poco más de 30 agentes asignados en ocho oficinas en la Ciudad de México, Guadalajara, Hermosillo, Ciudad Juárez, Mazatlán, Mérida, Tijuana y Monterrey.
Dicha violación la justifican los estadunidenses con el argumento de que fue el General Guillermo Galván Galván, Secretario de la SEDENA, quien pidió esta asistencia extranjera para impartir un entrenamiento único en la integración de operaciones, la aplicación de la ley, de la justicia y los derechos humanos.
Obama aprovechará que su antecesor George W. Bush logró que Fecal APROBARA que la inteligencia estadounidense controlara TOTALMENTE la lucha contra el narcotráfico en México mediante la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI) con sede en el DF.

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