miércoles, marzo 24, 2010

Guillermo Fabela Quiñones : La hora de las decisiones cruciales

La hora de las decisiones cruciales

Apuntes
Guillermo Fabela Quiñones


Lo más interesante de la reunión bilateral entre funcionarios del gobierno mexicano y la Casa Blanca será lo que no salga a la luz pública. Habremos de tener acceso a generalidades muy ajenas a la importancia del evento, no así a lo que subyace en el fondo de una realidad sin precedentes en el país, demostrativa de que México es un Estado fallido sin posibilidad alguna de cambios favorables, no al menos en el corto plazo ni mientras a Estados Unidos le convenga mantener una situación que justifica una intervención más directa y de mayores alcances. Así lo demuestran las declaraciones del general Barry McCaffrey, ex zar antidrogas, quien no dudó en afirmar que “(Ciudad) Juárez es inmensamente más peligroso que Bagdad o Kabul. Para mí es necesario que Estados Unidos dé serios niveles de apoyo a las instituciones de seguridad mexicanas y no tres helicópteros”.

Sin embargo, para el embajador de nuestro país en Washington, Arturo Sarukhan, “está descartado” el despliegue de tropas de la nación vecina en nuestro territorio. Según él, tampoco está previsto que el cuerpo castrense estadounidense “realice operaciones de inteligencia militar como en Irak o Afganistán”. Es una lástima que sus palabras no puedan ser sostenidas con hechos, pues resulta por demás obvio que el “gobierno” de Felipe Calderón está absolutamente imposibilitado para oponer una resistencia concreta a las presiones de la Casa Blanca. Podría decirse que nunca como en la actualidad, la debilidad del Ejecutivo mexicano había sido tan clara, no sólo por la fuerza real del crimen organizado, sino porque las Fuerzas Armadas de México se encuentran entrampadas, tanto por falta de operatividad como por un alto desprestigio.
Tenía que llegarse a esta situación, debido a la incompetencia del Ejecutivo mexicano para ver más allá del corto plazo, pero sobre todo por la falta de compromiso con el país. A la tecnocracia neoliberal nunca le ha interesado defender los intereses nacionales y ahora se están pagando las consecuencias. Lo dicho por McCaffrey es por demás ilustrativo de una realidad inocultable: están dadas las condiciones para que el gobierno estadounidense argumente que llegó la hora de intervenir abiertamente en nuestro territorio, con “serios niveles de apoyo”. Según el razonamiento de McCaffrey, para evitar riesgos como los sufridos en el Medio Oriente, deben actuar a tiempo y de manera contundente, no sólo con “tres helicópteros”.
Para eso vino precisamente la delegación de primerísimo nivel enviada por el presidente Obama, no sólo con el fin de evaluar los avances de la Iniciativa Mérida. Esta ha quedado rebasada por la realidad, ya no es necesaria como pretexto para intervenir con más contundencia en los asuntos internos de nuestro país. Era válida en otro contexto, cuando el crimen organizado en México estaba aún bajo control, no como ahora que presenta niveles alarmantes, por la ineficacia gubernamental para derrotar a las organizaciones delictivas con capacidad suficiente para enfrentar a las Fuerzas Armadas y hacerlas ver mal, como lamentablemente sucede con más frecuencia.
En los días y semanas subsecuentes veremos cuál fue la finalidad concreta de la visita de los miembros del gabinete de seguridad nacional del gobierno de Obama. Nos podremos dar cuenta de que seremos víctimas de más abiertas intromisiones de la Casa Blanca, porque el gobierno mexicano está imposibilitado para garantizar la seguridad de ciudadanos estadounidenses y de sus intereses. No deja de llamar la atención la similitud histórica con los tiempos del porfiriato, cuando la intervención directa de tropas estadounidenses se justificaba fácilmente y no había objeciones de un gobierno federal carcomido por la corrupción de las elites, un Ejército nacional sin capacidad para enfrentar en los hechos injerencias de tropas extranjeras, y un Estado también hundido en su obsolescencia y falta de patriotismo.
A nadie engaña ni tranquiliza Sarukhan con sus palabras ajenas a la realidad. Otra cosa sería si el gobierno mexicano sirviera a los intereses nacionales, pues contaría con el decidido apoyo de las mayorías para su defensa, de manera incondicional. Como no es así, debido a su entrega a intereses mezquinos, apátridas, contrarios a los de la sociedad mayoritaria, está abandonado a su suerte, aun cuando ello no convenga y sea aprovechado por los enemigos del país. Las cosas cambiarán cuando coincidan los intereses de la sociedad mayoritaria con los del grupo en el poder, lo que estamos muy lejos de que suceda, no mientras el Ejecutivo sirva a una oligarqcom)

uía cuyo único interés es salvaguardar sus privilegios. Si eso lo garantiza un ejército extranjero, bienvenido sea, no faltaba más. De ahí el imperativo de que el Estado mexicano recupere su fuerza y capacidad de liderazgo, deje de ser un Estado fallido.

(gmofavela@hotmail.

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