miércoles, marzo 17, 2010

Rogelio Ramírez de la O : Libre comercio y crecimiento

Rogelio Ramírez de la O
Libre comercio y crecimiento
17 de marzo de 2010 

La creencia de que el comercio por sí mismo lleva al crecimiento se ha llevado a un extremo, causada principalmente por falta de conocimiento de la teoría y una defectuosa interpretación de la evidencia. En la teoría la liga entre uno y otro no es automática y hay casos de crecimiento empobrecedor.



La evidencia muestra que los países que crecen más rápido lo hacen con superávit comercial, como China, India y gran parte de Asia, así como con exportaciones industriales, en la mayor parte de los casos apoyadas por el Estado. A ellos se suma recientemente Brasil, con exportaciones de materias primas y también con apoyos del Estado para las industriales.


Peor aún es suponer que tratados de libre comercio (TLC) con países que crecen rápidamente harán crecer a México más rápido, solamente por esa razón, como si el crecimiento fuera por ósmosis.


La prensa recogió el razonamiento del secretario de Economía de que México tiene superávit de 49 millones de dólares con naciones con las que tenemos un TLC y un déficit de 54 millones con quienes no lo tenemos. Por lo tanto, conviene firmar más tratados de libre comercio. Si todos los gobiernos pensaran así, firmarían TLC con todos los países y la firma de uno más ya no añadiría ninguna ventaja sobre nadie.


La realidad es que en 2009 con Estados Unidos tuvimos un superávit de 72 mil millones de dólares, pero con el resto de países tuvimos un déficit de 77 mil millones. De ahí resultan saldos negativos con China (30 mil millones), con la Unión Europea (17 mil millones) y con Japón (10 mil millones).


Si quitáramos a Estados Unidos, el déficit con los países con los que tenemos un TLC sería tan alto que no podría sostenerse. Así, es el TLC con Estados Unidos el que da sustento a la apertura comercial de México.


Por ello cualquier detalle en este TLC es probablemente mucho más importante que la firma de un nuevo acuerdo. Y aquí es en donde no se entiende la lógica del gobierno de firmar más tratados cuando hay temas fundamentales que atender con nuestro principal socio. Los empresarios saben eso y con razón se oponen a un TLC con Brasil.


Las solas restricciones que EU ha impuesto a la exportación de alimentos y más recientemente a la carne y al camarón son mucho más importantes en valor y en impacto sobre el empleo que las negociaciones con Brasil. Se dice que estas últimas abarcarían también aspectos distintos al comercio, como los servicios y las compras de gobierno. Pero éstos pueden resolverse cada uno en su campo sin tener que firmar otro TLC.


La liga entre el comercio y el crecimiento hay que entenderla en la realidad como una liga entre los superávit comerciales y el crecimiento. Así lo demuestran China, la India y Alemania, éste último el exportador más grande del mundo. Pero los dos primeros países no abren su mercado interno francamente y en Alemania, sorprendentemente, el consumo interno no ha crecido en una década. Precisamente esa crítica surgió en Europa con la crisis de Grecia, al no ofrecer Alemania un mercado en expansión para los productos de sus propios socios.


Si el gobierno quiere el récord mundial de tratados de libre comercio firmados, entonces que firme uno nuevo con Brasil. Si lo que quiere es el crecimiento ligado al comercio, entonces primero debe ocuparse de problemas y oportunidades importantes con Estados Unidos. Y a la vez pensar que antes de firmar debe ayudar a ampliar la oferta exportable, dando a la industria certidumbre de una política de largo plazo, financiamiento e infraestructura y energéticos e insumos competitivos.


rograo@gmail.com


Analista económico

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