viernes, marzo 26, 2010

Ricardo Andrade Jardí : Ridículo

Ridículo
Ricardo Andrade Jardí


Lo ridículo, no consiste, o no solamente, en que una minoría de maleantes haga del país lo mismo que hacen con el papel higiénico, sino en que una ridícula minoría de tecnócratas, siervos de una reducida minoría de mediocres oligarcas, decidan el destino de millones de ciudadanos que, en su mayoría, tienen mucho mayor talento y voluntad de hacer.
Ahí radica lo ridículo de la situación actual del país. En que sigamos contando muertos. Mientras los que provocan esos muertos desde cualquier orilla que se encuentren sólo cuentan dólares y utilidades mil.

Mientras el usurpador Fecal intenta entender ¿cómo es qué el país es azotado por la violencia de una “ridícula minoría”? sin hacerse ni la menor autocrática. Al resto nos basta con recordar su campaña electoral para entender el porqué de la violencia. Mientras Fecal con la escasez de raciocinio que lo “ilumina” no logra vislumbrar más razones que las que el imperio le dicta pretendiendo hacernos creer que es capaz de indignarse ante el hecho de que una minoría, ajena a su minoría en el poder, pueda azotar al país. Más obvio se hace que las raíces de esa violencia se arraigan en la imposición de su ilegítimo desgobierno y en la imposición del neoliberalismo que se impuso desde antes del fraude electoral del Chupacabras (1988) con lo que el narco pasó de ser un negocio clandestino, a convertirse, por la clase política, en un respetable macro negocio y por eso empresarios y ambiciosos políticos armaron una red de protección, lavado de dinero y chantaje, que se acompañó del desmantelamiento de las empresas paraestatales, privatizando industrias y recursos que tuvieron un gran beneficio, sí, pero para el crimen organizado desde el poder.
Baste como ejemplo: el campo. Lugar de donde millones de campesinos han tenido que migrar o cultivar estupefacientes para no morir de hambre. Como una más de las tantas formas de la violencia con la que una “ridícula minoría” somete a grandes mayorías.
Lo ridículo es que esa minoría que se llena la boca con demagogias mediáticas y discursos enajenantes que parecen argumentos de melodrama mexicano, pretenda vendernos la idea de que la culpa, de estar sometidos a las nuevas formas del narco-estado, es de todos; cuando en realidad todos saben que la minoría criminal es la que adueñada del poder, contra la voluntad popular, se mueve bajo el manto de la IMPUNIDAD y cimenta la corrupción del sistema.
No es un asunto de minorías, sino de enormes mayorías educadas por Chespirito, que entre la Guadalupana y la telenovela, duermen un aletargado sueño, pues la almohada es más, mucho más, amable, que la realidad concreta, donde el absurdo del ridículo se traduce en la imposición de un pelele que ha puesto al país al borde de una guerra de exterminio.
Lo ridículo es que Fecal, siendo pato y moviéndose como pato “haiga sido como haiga sido” siga siendo “presidente” de la cada vez más bananera República Mexicana.
Ridículo... efectivamente ridículo.

No hay comentarios.: