viernes, marzo 26, 2010

María Teresa Jardí : Es la impunidad convertida en regla

Es la impunidad convertida en regla
María Teresa Jardí


Declara el usurpador que su sucesor debe “dar color” en el tema de la atroz inseguridad que él deja. Lo mismo debía pensar su panista antecesor cuando convertido en fantasma ni siquiera se enterara, a lo largo de seis larguísimos años, que era el presidente de México. Lo mismo debía pensar el impresentable Fox, que su sucesor, es decir que por lo visto piensa Calderón, si se puede llamar a eso pensar, que el siguiente ya enderezaría el camino impuesto por su mujer convirtiendo a la corrupción para goce de sus hijitos en otra regla del sistema. Y así es como nos enteramos de que ya ni las guarderías funcionan. Cuidar a los niños no es de entrada solamente un negocio. Los niños no son mercancía y si no se toman las medidas debidas se corre el riesgo de que mueran achicharrados. Se empieza considerando a los niños mercancía para favorecer, desde el Poder, cuando ha dejado de ser la prestación de un servicio, a familiares y amigos, y el que sigue, para que aprendan desde chiquitos, envía al ejército negro del favorito de palacio a echar gases lacrimógenos a niños de otra guardería, para atacar sindicalistas.

Considera la UNESCO “alarmante” el asesinato de 15 periodistas en cuatro años en México. Alarmante, sí, es hecho. Alarmante como cada ejecución, como cada asesinato, como cada desaparición forzada de una persona, que no porque se le llame levantón, deja de llevar impresa también el delito de secuestro y hace suponer la tortura como regla tolerada, cuando no aplicada, por los que imponen un sistema infuncional para millones de personas.
Alarmante es la situación generalizada que hoy prevalece en nuestro país. Pero no nos engañemos, detrás de cada ejecutado y de cada asesinada existe un móvil, que a la impunidad, como encubridora, tiene por compañera.
De nuestros males la IMPUNIDAD es el enemigo a combatir en primerísima instancia.
Lo que aquí sucede, que sí, que al mundo tendría que alarmar, porque a final de cuentas nosotros no somos más que los conejillos de indias presos en la jaula, que más a mano tiene el imperio gringo, es el laboratorio de lo que con América Latina quiere imponer ese imperio bastardo.
Uribe, al servicio, también, como el canalla Calderón, de los yanquis, ya ha logrado el regreso del pueblo colombiano a los bombazos.
Lo que aquí sucede es para que se enteren Evo, Correa, Lugo, Funes, Chávez… Para que se enteren de que si han sido capaces de mantener a Cuba sitiada casi a lo largo del siglo, son capaces también de destruir a cualquier país, en algunos casos, paso a pasito, como se hizo aquí, claramente, desde Echeverría. En otros siempre encontrarán traidores como Micheletti para hacerlo rápido.
Lograron destruir a un país como México, que alguna vez se soñó el ejemplo a seguir por sus aciertos. Como fue su enhiesto y generoso asilo a los perseguidos políticos a lo largo y ancho del planeta. Capaces de eso hoy a México exportan, como ejemplo, para que el resto de países latinoamericanos sepan de lo que son capaces.
Imperio a la baja, que pierde adeptos en Occidente, como bien señala el periodista uruguayo Raúl Zibechi: “…El caso más notable, y en el que todos los observadores coinciden, es el vigoroso ascenso de China como única potencia capaz de desplazar a los Estados Unidos. A la vez se suceden otros cambios menos visibles, no tan contundentes, pero que representan cargas de profundidad al sistema de alianzas en el que se asentó la hegemonía occidental en el último medio siglo, o sea desde que en 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial. Alemania profundiza su alejamiento de Washington y se acerca a Rusia; Turquía hace lo mismo, pero también se aleja de Israel, y se aproxima a Siria e Irán; Japón entra en colisión con la política militar del Pentágono y tiende la mano a China. Más aún: sectores de la Unión Europea piden el ingreso de Rusia a la OTAN y Brasil ya tiene un verdadero conflicto con la Casa Blanca. Según todos los datos, esto es apenas el comienzo de un profundo reajuste que no dejará nada en su lugar…”
O nos ponemos las pilas los mexicanos o fuera de la historia nos vamos a quedar. Calderón debe irse ya.

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