jueves, octubre 08, 2009

Salvación, ni en todo el sexenio con un gabinete presidencial tan débil: Félix Fuentes.

Félix Fuentes
En la Línea

08 de octubre de 2009 






Salvación, ni en el sexenio con un gabinete presidencial tan débil


A la interrogante de cuándo saldrá México de la crisis, analistas independientes afirman que no será en este sexenio debido a la magnitud del deterioro económico-laboral y porque la desconfianza prevalecerá mientras los cárteles de las drogas mantengan su poderío.



Pequeños y medianos inversionistas, incluidos los escasos productores del campo, viven aterrados por tantos secuestros y extorsiones semanarias o mensuales del hampa organizada. Todo se ha paralizado debido a la falta de paz y seguridad.


Hace meses se escucha por doquier que altos funcionarios están coludidos con el narco y esto provoca profunda decepción y atonía. Como lo reconoció el presidente Felipe Calderón, el número de pobres ha ido en aumento y eso reafirma el miedo sobre la posibilidad de estallidos sociales.


De esferas del gobierno parten versiones de que las fuerzas armadas están listas para sofocar cualquier rebelión. Sería trágico llegar a esa situación, y quienes echan por delante a los militares debieran tragarse sus palabras en vez de provocar a los pobres en estos tiempos de efervescencia.


Para colmo, el gabinete presidencial sigue perdido y cambios como el de la PGR o la supresión de la Reforma Agraria y Turismo no eliminan el “catarrito” del hacendario Agustín Carstens.


De por sí trasciende que los secretarios de Estado tienen temor en la toma de decisiones, porque se desconfía en ellos y cuanto dicen, como la fantasía de la “economía blindada” o que los niños no podrán comer ni ir a la escuela de no ser elevados los impuestos, son conceptos del “jefe”, no de ellos.


Falta cohesión en el equipo y el primer mandatario carece de tela de donde cortar. En otros tiempos eran frecuentes las reuniones de gabinetes y se hacían planes o eran ideadas acciones para enfrentar las crisis, fuesen financieras o de seguridad.


Hoy no se sabe que se trabaje en la administración pública más allá de las cinco de la tarde, solo en contadas ocasiones, para hacer algún anuncio. Al pueblo le queda claro que el barco está a la deriva.


En Estados Unidos, donde comenzó la crisis, son advertidos síntomas de recuperación, lo cual no se refleja en México. Aquí, empresas trasnacionales como Ford y General Motors recontratan al personal. Igual sucede con las maquiladoras del norte del país. Quizá por ello habló el Presidente de la generación de 71 mil empleos, pero no son de empresas mexicanas.


La incredulidad federal es manifiesta. ¿O como se puede confiar en el secretario de Salud, José Ángel Córdova, si afirma que la influenza AH1N1 “no es tan grave” y tampoco debemos apanicarnos si se han contagiado en México 35 mil 838 hombres y mujeres y han muerto 245? El Presidente dijo ayer que redoblemos esfuerzos de prevención. Esto no es posible porque su gobierno no ha sido capaz de adquirir las vacunas requeridas, mientras en Estados Unidos y otros países ya se inmuniza.


¿Cómo creer en el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, de que maneja las finanzas de México, si se retrata tan ufano entre Dominique Strauss, director del Fondo Monetario Internacional, y Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, quienes ordenan cómo debe ser conducida nuestra economía?

No hay comentarios.: