miércoles, octubre 21, 2009

VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO: Sin trabajadores, no hay riqueza



Sin trabajadores, no hay riqueza


VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO

Un buen amigo comentaba que la riqueza de un país la generan los trabajadores, y qué verdad más cierta, todos y todas las personas que a diario salimos de nuestra casa a desempeñar cualquier trabajo, por modesto que sea, estamos generando riqueza.


Todas las empresas dependen del trabajo de sus empleados. ¿Imaginan ustedes a Slim, el hombre más rico de México, sin empleados?..., pues por más audaz que hubiera sido para los negocios sin empleados jamás hubiera logrado esa inmensa fortuna, lo mismo las televisoras, las cementeras, cerveceras, hoteleras y autoservicios, que según un artículo publicado en La Jornada el sábado 17 de este mes, los 400 grandes consorcios que el año pasado ganaron casi 5 billones de pesos, pagaron solo el 1.7 por ciento de Impuesto sobre la Renta (ISR), esto es, 10 veces menos de lo que paga cualquier mortal. Esa ganancia, quién lo duda, fue generada por todos sus trabajadores, sin ellos eso hubiera sido imposible, por esa sencilla razón esa fuerza de trabajo merece tener un sueldo decoroso y, como establece la Constitución, suficiente para satisfacer las necesidades de la familia del trabajador en el orden material, social y cultural y educativo, así que tener un salario digno no es delito, y más bien todos los trabajadores de este país deberían disfrutar de estas garantías, como lo hacían los trabajadores de LFC, a quienes de manera arbitraria se les ha quitado su empleo. La pérdida de ingresos de los 44 mil trabajadores ejerce un brutal impacto en el bienestar de sus familias, lo cual le ha importado poco a Calderón; además, estos trabajadores son los que mantenían en operación la empresa administrada por el gobierno federal, y es ahí que nos damos cuenta de la mala, malísima administración de que ha sido objeto.


Por eso hoy nos preguntamos: ¿Dónde está el administrador de LFC? ¿Quiénes son responsables de fijar las tarifas preferenciales? ¿Quiénes las cobran? ¿Quienes obligan a LFC a comprar la luz a la CFE y venderla más barata a los empresarios? ¿Quiénes decidieron dejar de invertir en la modernización de la empresa?


En las respuestas están los responsables de despilfarrar ese dinero público, no los trabajadores que están siendo objeto de una injusta y dura crítica, al grado de achacarles la pérdida, según el inútil “presidente del empleo”, de 100 mil puestos trabajo y del 1 por ciento de PIB. Nada más absurdo, ahora dicen que van a recontratar a esos mismos “ineficientes” porque obvio, no han podido sustituir con éxito sus funciones, sólo que después de que hayan renunciado a las prestaciones que les da el contrato colectivo de trabajo, contrato aceptado y firmado por el Secretario del Trabajo Javier Lozano y que pretende desconocer.


Quienes aplauden a Calderón, mire bien, son esos empresarios que día a día se enriquecen, aun más, por dos vías: evadiendo impuestos y pagando bajos salarios y dejando a sus trabajadores sin prestaciones, es decir, explotados al máximo. Esa es la razón por la cual debemos oponernos a la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Hoy son ellos, mañana pueden ser otros, podemos ser todos. Defendamos juntos los derechos conquistados por los trabajadores del país, los verdaderos creadores de la riqueza, pensemos en que nuestros hijos serán los trabajadores de mañana.

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