viernes, octubre 30, 2009

SUSANA RAPPO: Frenar la siembra de maíz transgénico


A DEBATE



Frenar la siembra de maíz transgénico




SUSANA RAPPO

Existe ya una solicitud formal para que el Senado de la República revoque los permisos otorgados por instituciones oficiales para la siembra experimental de maíz transgénico. El grupo parlamentario del Verde Ecologista ha solicitado a dicha instancia que acuerde exhortar a las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) revocar los permisos otorgados y establecer una moratoria definitiva para la siembra experimental del maíz, en virtud de que México es centro de origen y diversidad de dicho grano.






Los fundamentos esgrimidos se amparan en que la Sagarpa y la Semarnat, al haber autorizado 17 permisos para la siembra experimental de maíz transgénico, están “violando la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, la cual manda en su artículo 2, fracción XI, el establecimiento de un régimen de protección especial al maíz.”






Violando de esta manera el “principio precautorio establecido por el Protocolo de Cartagena en su artículo primero sobre Seguridad de la Biotecnología Moderna, que señala que cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente y de la diversidad biológica.”






Además de que las dos variedades de maíz transgénico aprobadas para sembrarse de manera experimental en Tamaulipas son “obsoletas, diseñadas para los agricultores industriales, que de acuerdo con los registros de 13 años en Estados Unidos, únicamente aumentaron los rendimientos de las cosechas en 2.3 por ciento”.






El riesgo de contaminación de las razas y variedades nativas atenta contra quienes por años las han utilizado y conservado en diversas regiones del país: campesinos e indígenas que producen cerca de la mitad del volumen de la producción mexicana, de la que depende nuestra alimentación, buscando colocar en manos de las empresas transnacionales productoras de semillas, como de otros insumos industriales, un control mayor de la producción de los alimentos, además de generar riesgos para la salud.






Existe un número creciente de consumidores que rechazan los alimentos transgénicos, rechazando también la posibilidad de convertirnos en campo de experimentación de las empresas biotecnológicas, cuando están en juego la salud y la sobrevivencia misma de un sector de su población; por ello, frenar la siembra de maíz transgénico es uno de los temas prioritario que los legisladores deben atender.






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