jueves, octubre 15, 2009

¡Viva el SME! : Jaime Ornelas Delgado.



TENDAJÓN MIXTO
¡Viva el SME!




JAIME ORNELAS DELGADO




El gusto por el autoritarismo



Si se revisa el artículo 89 de la Constitución Política del país –que entendemos sigue vigente si Calderón, por la noche, no emitió un decreto para extinguirla, referido a “las facultades y obligaciones del presidente...”, no se encontrará en ninguna de las 18 fracciones que lo integran, una sola donde se otorgue al Eje-cutivo la facultad de extinguir empresas paraestatales. Por eso es abusivo e ilegal el de-creto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) emitido por Felipe Calderón.


¿Es legal el uso de la fuerza pública en la toma de las instalaciones de la empresa y del inmueble sindical antes, incluso, de emitir el decreto que extingue a la empresa o se trata de mostrar el nuevo recurso del método para resolver los problemas sociales?


El candidato del empleo es, hoy, el presidente del desempleo y a los futuros despedidos de la Secretaría de la Reforma Agraria, la de Turismo y la de la Función Pública, que Agustín Carstens aseguró serían 10 mil, ahora de un plumazo quedan sin empleo 44 mil trabajadores sindicalizados y 10 mil de confianza pertenecientes a LFC, que se suman a los 600 mil puestos de trabajo perdidos en los primeros seis meses de este año. Por eso también es repudiable el decreto de extinción de la empresa.


Se dice que desde hace 30 años no se invierte un centavo en la modernización de las instalaciones de Necaxa y de otras estaciones y subestaciones. ¿De quién es, entonces, la responsabilidad de la “comprobada ineficiencia operativa y financiera” de LFC y de los riesgos que corren los trabajadores al laborar en instalaciones peligrosas por antiquísimas?


Si la Comisión Federal de Electricidad vendía a precios muy elevados la energía que distribuía LFC, ¿por qué se le obligaba a ésta vender a un precio menor al de compra?


¿Por qué criminalizar a los trabajadores, acusándolos de tener un salario digno y prestaciones decorosas? ¿Están fuera de la ley o se trata de concentrar el rencor de la población empobrecida por el capitalismo y la política neoliberal de Calderón, en los trabajadores de LFC?


¿A quién, o a quiénes, se concesionarán los mil 200 kilómetros de fibra óptica me-diante la cual la empresa beneficiada podrá ofrecer servicios de telefonía nacional e in-ternacional; servicio de transmisión de datos; provisión y arrendamiento de la red para transmitir y recibir signos, señales, escritos, imágenes, voz, sonidos e información de cualquier naturaleza? La fibra es propiedad de LFC y, hasta el momento, el sindicato ha impedido su privatización. ¿Por eso el encono panista contra la organización sindical y su dirigencia que ha evitado los negocios privados con recursos públicos?


En fin, la ilegalidad; el abuso de autoridad, la insolencia e insensibilidad para atender los problemas laborales; el uso de la fuerza pública para someter a los trabajadores; la furia desatada contra el sindicalismo no sometido al poder y oídos sordos ante los reclamos sociales, caracterizaron la acción emprendida con la pretensión de extinguir LFC.


La situación es delicada. Si el movimiento social y sindical no impide el despropósi-to de Calderón, el paso dado por la derecha, y de su aparato gubernamental para extinguir LFC, será el primero de otros que se darán en cualquier ámbito de la vida social y políti-ca del país y entraremos de lleno a un Estado, no sólo fallido, sino autoritario y represor.





Fascismo corriente



¿Pero usted cree que la derecha se conforma con destruir empresas estatales y sindicatos democráticos? Pues no, la derecha va por más; si no, vea usted: el pasado 4 de oc-tubre la regidora panista del municipio de León, Guanajuato, Hortensia Orozco, junto con las afiliadas a la Coalición Ciudadana por la Familia y la Vida, así como la presidente de “Suma tu voz”, Lourdes Cázares, deshojaron ejemplares del libro de Biología del primer año de secundaria para arrojarlos a una tina y prenderles fuego.


Quemar libros ha sido desde siempre un acto represor emblemático: en México la In-quisición quemó manuscritos mayas; los nazis en Alemania hicieron piras con miles de li-bros, entre ellos los de Carlos Marx; a su vez, Pinochet ordenó quemar cientos de libros de política y, recientemente, los cubanos anticastristas destruyeron los discos de Juanes. En fin, quede aquí la preocupación de este hecho tan cercano al fascismo corriente.




Los méritos de Obama



Con apenas nueve meses en la presidencia de EU, Barack Obama recibió el “Premio Nobel de la Paz”. ¿Pero cuáles son los méritos que los académicos suecos encontraron en Obama? Una de sus promesas, cerrar la prisión de Guantánamo, no la ha cumplido y siguen los horrores de esa infame cárcel. Puede ser que las fuerzas internas se lo impidan, pero lo prometió. Las tropas estadunidenses siguen en Irak y en Afganistán y, al parecer, tampoco tienen para cuando salir de esos países y la guerra sigue.


Más cerca de nosotros, en América Latina, la actuación de Obama ha sido decepcionante. No ha mostrado firmeza frente a los golpistas hondureños y, más bien, los ha consentido otorgándoles un tiempo que no merecen y se soslaya la represión y la flagran-te violación a los derechos humanos que se cometen en Honduras de manera contumaz e impune. De la misma manera, Obama ha decidido mantener el criminal bloqueo contra Cuba, más criminal todavía en las condiciones de la actual crisis económica.


Finalmente, de la reforma migratoria, nada, sólo discursos llenos de lugares comunes.


Si estos son méritos suficientes para obtener el Premio Nobel de la Paz, no sería extraño que los suecos en algún momento se lo otorgaran a Álvaro Uribe, presidente de Colombia, por sus “éxitos” en defensa del “mundo libre” y su empeño por frenar el avance del socialismo del siglo XXI mediante la intervención de su tropa en cualquier país donde se ponga en riesgo el orden y la ganancia del capital y para corregir los errores de los pueblos cuando eligen a gobernantes que no son del agrado de Washington.












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