jueves, octubre 15, 2009

El pianista y ex priísta del Trabajo se pone bravo: Alvaro Cepeda Neri.


El pianista y ex priísta del Trabajo se pone bravo

2009-10-15


Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri

En el conflicto del dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas y el titular de la Secretaría del Trabajo (ya no es, de Previsión Social, como dicen sus siglas:

STPS) el señor Javier Lozano Alarcón usurpó facultades y funciones de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Además, ratificando su violenta insolencia (hay que mirarle los ojos a través de sus lentes) con la que ha dirigido esa dependencia con el mérito de haber sido compañero de banca de Calderón en la Escuela Libre de Derecho donde con su personalidad autoritaria es un mediocre profesor (al decir de sus alumnos, arrepentidos de tenerlo al frente de la cátedra de Introducción al Derecho) con arrebatos esquizofrénicos.
Pues bien. Lozano Alarcón, dicen es pianista (otro colaborador de Calderón es el director de Comunicación de Los Pinos Max Cortázar, inquisidor contra las libertades de prensa, es baterista y ex integrante de la banda Timbiriche; y Sergio Vela, otro defenestrado calderonista, locutor operístico y aseguran, intenta imitar a Pavarotti, pero no alcanza ninguna nota).
Pero ni cuando se encierra con su piano logra controlar su carácter y por lo cual lo corrieron de las filas priístas, para ser capturado por los panistas.
Tras ponerse bravo contra lo escrito por el periodista Miguel Ángel Granados Chapa (en su columna Plaza Pública, titulado su análisis jurídico y político: Un secretario provocador, en Reforma: 8/X/09), Lozano logró convencer al inquilino de Los Pinos para imponerle a la empresa Luz y Fuerza del Centro, una requisa militar (no le va a alcanzar el Ejército y la Marina al señor Calderón que todo lo está, no resolviendo, sino creando más conflictos, con soldados) con fines de fusionarla con la Comisión Federal de Electricidad (donde su director anda muy enfermo y está por renunciar).
Eso no quita que los calderonistas carecen de un requisito político: negociar primero y convencer para tomar medidas que, si son necesarias, no tienen porqué ejecutarse con violencia que genera violencia.
Lozano Alarcón se salió con la suya y provocador como ha sido durante estos más de tres años, bravo para abusar del poder, creó un conflicto que generará más problemas a los que ha acumulado Calderón quien no atina a conducir el gobierno y la administración pública federales por los caminos de la tranquilidad social.
Hacerle caso al rabioso Lozano Alarcón, en estos momentos cuando por todo el país la paz social pende de un hilo, es no actuar con prudencia. Y si la cúpula sindical (no todos los trabajadores) abusaba de su poder y está corrompida, hubiera primero buscado su desconocimiento, por fraude electoral, ante la Junta de Conciliación y Arbitraje Federal.
Y agotadas todas las instancias, como manda un Estado de Derecho, iniciar la extinción-fusión de LyFC sin el golpismo militar de una requisa propia de regímenes militares. Calderón sigue ahondando su ilegitimidad en el contexto de la crisis económica y la inestabilidad política que anuncian más y mayores desastres sociales.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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