sábado, octubre 17, 2009

Tratamiento peculiar: Francisco Luna Kan.


Tratamiento peculiar
2009-10-17


Francisco Luna Kan

Las medidas adoptadas por el Presidente de la República para la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza que otorga servicios de electricidad a 5 entidades del país, incluyendo el Distrito Federal, produjo reacciones de asombro e incredulidad, no sólo en las áreas servidas por disposición legal. El país entero se cimbró ante tal decisión que afectó más o menos al 25e las empresas productivas del país, donde se ubican poco más de 6.5 millones de viviendas.
Aunque la Secretaría de Trabajo y Previsión Social fue creada para conciliar intereses entre trabajadores y empresarios, en un sistema de economía mixta como el que legalmente existe en nuestro país, no siempre esa dependencia ha contribuido con un desempeño equitativo al concretar sus decisiones. Tal como sospechaban los líderes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la tardanza en otorgarles la “toma de nota” sobre su última elección, no obedecía solamente a irregularidades que supuestamente se hubieran registrado en el proceso electoral, sino principalmente porque las autoridades laborales seguían una táctica dilatoria que entraba dentro de un plan más amplio, programado con anterioridad por el gobierno de la República.
Se hizo realidad el dicho mexicano de “piensa mal y acertarás”. Había trascendido el deseo de desaparecer Luz y Fuerza del Centro (LyFC). El pretexto se encontraba en las irregularidades de la elección, pero la razón básica radica en la concesión usuaria de la fibra óptica que fue extendiendo LyFC y que según estimaciones divulgadas había de otorgarse a una empresa de TV extranjera representada en México por el inefable Diego Fernández.
Lo más lamentable es que se clausura una empresa de las más antiguas del país, cuyos servicios se iniciaron en el régimen porfirista. El gobierno del país que, se supone, busca el progreso de la población celebra el Centenario de la Revolución suprimiendo el servicio de energía eléctrica de antigüedad mayor, atendido por un grupo esforzado de profesionales y operado por obreros de una capacidad probada. El golpe es directo para un sindicato combativo para obtener conquistas gremiales.


La fuente informativa del gobierno federal en la red de Internet: www.hacienda.gob.mx, entre otras expresiones, señala que “en el Programa de Energía Eléctrica se ejercieron 62.557,035 miles de pesos. Se impulsa el desarrollo regional de la zona central del país. Se genera la provisión de servicio eléctrico a más de 5.7 millones de clientes. La población atendida es superior a 20 millones de habitantes de la zona de desarrollo industrial, comercial y de servicios más importantes del país. El área de atención está comprendida por el Distrito Federal y parcialmente los estados de México, Morelos, Hidalgo, Puebla y Michoacán, cuya superficie geográfica alcanza los 20,539 kilómetros cuadrados”.
Quien leyera este texto no pudiera inferir de este informe que Luz y Fuerza del Centro estuviera en situación de bajo rendimiento, ni mucho menos que no cumplía el objetivo por el cual fue creada.
Mal andaría la organización política nacional si el Poder Ejecutivo Federal, para resolver los problemas diversos que pulsan las empresas, tendría que llegarse a la clausura de las mismas. Lo que más indigna a una parte importante del pueblo es que se haga uso de subterfugios para desviar la opinión pública, cuando el objetivo buscado se exhibe finalmente ante la sociedad.
El presidente Calderón parece olvidar que existe la memoria colectiva y el funcionario de mayor rango en el país está expuesto a los calificativos que merece su desempeño. El juicio de la historia es inapelable y para su elaboración no cuentan los “reconocimientos” inducidos, como el recientemente realizado por uno de los organismos empresariales que tienen el control de los medios de comunicación, principalmente de radio y TV, lo más grave sería que el funcionario llegara a creer en una “realidad” basada en la ficción.
Entre tanto, se van sumando las acciones del gobernante. Continuó un gobierno, primero salido de las filas panistas, que llegó con grandes muestras de aceptación, pero el protagonismo del Jefe del Estado no pudo sostener el apreciado nivel de aprobación en su actuación. Terminó Fox su función, llevándose la animadversión popular.
El actual régimen presidencial tiene vigente la duda sobre su legitimidad. El titular del Ejecutivo rindió su protesta llegando por la puerta trasera de la Cámara de Diputados. El reclamo popular lo obligó a que paulatinamente se fuera estableciendo un cerco de vigilancia que lo separa del pueblo en su asistencia a actos oficiales.
Destruir las organizaciones sindicales como el SME no contribuye a un acercamiento con la población y a medida que transcurra su mandato, con el desgaste progresivo que genera con estos actos, prepara una salida de su encargo que no augura ninguna relación cordial. Por de pronto con 40,000 familias despedidas de Luz y Fuerza. Y los que faltan por registrar.

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